Corinna, aterrorizada, acusa al CNI de amenazarla recordando el caso Diana de Gales

  • Corinna dice que encontró en su casa un libro de Diana

  • Declara que un anónimo la llamaba recordándola los túneles entre Mónaco y Niza

  • Confirma su reunión con Villarejo y el exjefe del CNI, Félix Roldán al que acusa de amenazas

Todo un culebrón en el que se libró más de una partida de póker entre jugadores experimentados. Es lo que ha mostrado el inicio del juicio contra Villarejo. La ex amante del Rey emérito Juan Carlos I, Corinna Larsen, de negro, pero rubia como siempre, y sin mascarilla, y el todopoderoso exjefe del CNI, Félix Sanz Roldán y el propio Villarejo, el hombre al que susurraban todos, vivos y muertos. El hombre de los dossier. De todos y para todos. Una guerra en la que ni Roldán ni Villarejo pueden ni verse y en la que Corinna ha reconocido que tuvo miedo, que le dejaron libros en su casa con la historia de Diana y que un anónimo le recordaba que había muchos túneles entre Mónica y Niza. Muchos túneles como en el que falleció la princesa del pueblo.

Corinna ha confirmado este viernes durante su declaración como testigo en el primer juicio seguido contra el comisario jubilado y en prisión José Manuel Villarejo, que en la primavera de 2012 se reunió en su habitación de hotel en Londres con el que era entonces jefe de los espías españoles Feliz Sanz Roldán, y que éste le amenazó señalándole que si no seguía "determinadas instrucciones", él no iba a poder "asegurar" su seguridad física y la de su hijo.

El ex director del Centro Nacional de Inteligencia (CNI) Félix Sanz Roldán ha negado de forma taxativa ante un tribunal que amenazara a Corinna Larsen, ex amante del Rey emérito Juan Carlos I, y a su hijo durante una reunión que ambos mantuvieron en mayo de 2012 en Londres, si bien ha rechazado dar cuenta del contenido de dicho encuentro o de si éste tenía como objeto la defensa de la Seguridad del Estado amparándose en la ley.

Corinna dice que se reunió con el jefe del CNI por orden de Don Juan Carlos...

Corinna ha resaltado que esa reunión se produjo después de que así se lo pidiera el rey emérito Juan Carlos I y ha explicado que en sus comunicaciones "siempre querían hacer constar que el señor Sanz Roldán recibía los órdenes del Rey Juan Carlos I, que las recibía desde arriba", ha dicho. Corinna ha confirmado su encuentro personal con el ex responsable del CNI en mayo de ese año, quien se trasladó expresamente a Londres para ello según le informó el propio Juan Carlos I. Ha relatado que el general Sanz Roldán se presentó en el Hotel Connor y a ella le incomodó que la reunión, a la que sólo asistieron ellos dos, se tuviera que realizar en su habitación.

... Y en ella se sintió amenazada como persona y mujer

Por otro lado, ha recordado que también se sintió amenazada "como ciudadana, como persona normal y mujer" cuando sus oficinas y su apartamento en Mónaco fueron registradas ese mismo año por una empresa de seguridad contratada por los servicios de inteligencia españoles (CNI). Sobre ese hecho, ha explicado, pidió explicaciones al hoy ex monarca y éste le dijo que se trataba de una operación para protegerla de los paparazzi.

Larsen, vestida de negro y mediante videoconferencia desde una sede judicial en Londres, ha confirmado así las tesis de la defensa de Villarejo, para quien se piden dos años de cárcel por presuntos delitos de calumnias y denuncia falsa contra el ex director del Centro Nacional de Inteligencia (CNI) Félix Sanz Roldán. Su declaración ha sido en inglés, y ha transcurrido algo lenta al precisar la intervención de intérprete --de hecho la propia Larsen ha interrumpido en varias ocasiones para corregir o matizar traducciones--.

"Sí, estaba decididamente muy asustada"

Quien primero le ha interrogado ha sido el abogado del excomisario, José García Cabrera, quien le ha preguntado si había tenido la sensación de ser "una ciudadana amenazada por un jefe de Estado y por los servicios secretos y si eso le hizo sentir miedo", a lo que la empresaria de origen alemán ha contestado afirmativamente.

"Sí, estaba decididamente muy asustada. No entendía el motivo y no se me proporcionó una explicación adecuada como ciudadana, a una persona normal, una mujer que se encuentra enfrentada con unas personas tan poderosas en territorio extranjero", ha contestado a la pregunta, calificando de "ilegal" la ocupación de sus oficinas y vivienda. Ha añadido que la explicación que obtuvo del rey no tenía sentido porque además al día siguiente tenía previsto abandonar Mónaco, por lo que no habría problemas con los fotógrafos.

La copia de libro de Diana y las llamadas de un teléfono oculto

Además, a preguntas del abogado de Villarejo ha explicado que el mismo día en el que mantuvo la reunión con Sanz Roldán encontró en su casa familiar de Suiza, a la que viajó, una copia de un libro que versaba sobre la muerte de Lady Diana y además le telefonearon con número oculto para transmitirle que "había muchos túneles entre Mónaco y Niza" --el aeropuerto de Mónaco se encuentra en Niza--.

Confirma su reunión con Villarejo

A esto ha sumado que se ratificaba en su declaración jurada que presentó previamente a la causa y en la que hacía referencia tanto a las supuestas amenazas de Sanz Roldán como a lo que habló en su reunión de 2015 con Villarejo. Cabe recordar que Villarejo se sienta en el banquillo entre otras cosas por decir en un programa de televisión --Salvados-- que el ex jefe de los espías amenazó a Corinna según le había relatado ésta.

Corinna Larsen, ya a preguntas de Fiscalía ha explicado que esa reunión se produjo en abril de 2015 en su casa de Londres y que a la misma asistió Juan Villalonga, que fue quien le presentó al comisario. En la misma, Corinna ha explicado que le contó su reunión con Sanz Roldán en su hotel londinense y las amenazas recibidas.

No quiso denunciar por miedo y por su relación con Don Juan Carlos

Al hilo, ha indicado que a pesar de que valoró con su equipo jurídico si denunciar esas amenazas o no, finalmente decidió no hacerlo porque "estaba aterrorizada" y porque el hecho de denunciar a Sanz Roldán conllevaría denunciar "al rey Juan Carlos porque era quien daba ordenes". "Y al tener inmunidad diplomática y al estar protegido el rey por la ley, no tendría consecuencias y no aseguraría mi seguridad en Londres", ha añadido.

Además, ha explicado que no sacó a la luz los hechos porque se enfrentaba a personas con mucho nivel de poder, y ha recordado que hasta 2019 Sanz Roldán seguía siendo el jefe del CNI y por tanto tenía inmunidad. No obstante, ha explicado que en septiembre de 2018 presentó una denuncia ante una sección de la policía londinense.

La fiscalía retira el delito de calumnias

La Fiscalía ha decidido retirar el delito de calumnias del que acusaba al comisario jubilado y en prisión provisional José Manuel Villarejo por haber dicho en televisión que el ex jefe del CNI Félix Sanz Roldán amenazó de muerte a la ex amiga del Rey emérito, Corinna Larsen, si bien ha mantenido la acusación por un delito de denuncia falsa, con lo que la pena que pide para el comisario pasa de dos años a uno. El fiscal ha indicado que ha decidido modificar así su escrito de acusación inicial, retirando el delito de calumnias pero no porque se haya producido o no el hecho --las amenazas a Larsen en 2012-- sino porque Villarejo se limita a explicar en el programa 'Salvados' lo que le refiere en una reunión en 2015 la examante del emérito.

Cabe recordar que el Ministerio Público pedía para él un total de dos años de cárcel: un año de prisión, la inhabilitación especial para el ejercicio del derecho al sufragio pasivo durante el tiempo de la condena, y 20 meses de multa con una cuota diaria de 20 euros, por el delito de denuncia falsa; y otro año y la misma inhabilitación, por el de calumnias. Por lo que ahora sólo solicita uno.

"Era determinante que Corinna Larsen se ratificase en su declaracion jurada. Lo ha hecho y ha dicho expresamente que tuvo conversación en 2015 --con Villarejo-- y que se sentía amenazada por el director del CNI, que es lo que dijo Villarejo en Salvados. Con independencia de que ocurrieran esos hechos o no, las amenazas no están ni judicializadas. Pero no concurre el delito de calumnias", ha indicado el fiscal.

En cambio, ha defendido en su exposición final que sí concurre un delito de acusación y denuncia falsa porque Villarejo imputó a una persona --Félix Sanz Roldán-- hechos que constituían una infracción penal. "Es pluriofesivo porque atenta contra el buen funcionamiento de la Justicia y atenta contra la persona afectada", ha indicado.

Ese delito hace referencia a la denuncia que presentó el comisario a raíz de una fotografía publicada en 'El País' para ilustrar un artículo sobre los supuestos "tentáculos" de Villarejo en el mundo judicial. En ella se ve le ve bajando de un avión y, según él, de esta forma se destapó una operación antiterrorista llevada a cabo en Melilla de la que volvían.

El fiscal ha argumentado al respecto que Villarejo entendía que esa fotografía que publicaba El País había sido filtrada por Sanz Roldán, pero que lo mantiene sin tener la "certeza" de que sea así. "No ha podido asegurar que tuviera indicio acreditado para inferir eso", ha indicado para luego apostillar que el que fuera jefe de los espías españoles ha negado en su testifical los hechos.

En relación a la posible animadversión que pudiera haber entre Villarejo y Sanz Roldán, el fiscal ha explicado que por la declaración de otro de los testigos (y que aparece junto al comisario en la foto), el que fuera director del Centro de Inteligencia contra el Terrorismo y el Crimen Organizado (CITCO), el comisario José Luis Olivera, se deduce que ambos no se conocían, si acaso por los medios de comunicación.

A pesar de la modificación de Fiscalía, la Abogacía del Estado sí que ha elevado a definitivas sus conclusiones y ha mantenido la acusación por calumnias a Sánz Roldán e injurias al CNI y denuncia falsa. Lo sostiene argumentando que en la reunión con Larsen es el propio Villarejo quien pregunta a la examate de Juan Carlos I si le han amenazado. "Y esta dice que hay amenazas pero por las preguntas de Villarejo", ha indicado.

En este sentido, ha señalado que las palabras de Sanz Roldán a Corinna Larsen en 2012 debieron entenderse en su contexto, porque entonces ella llevaba escolta para evitar el acoso de paparazis, y ha incidido en que no hubo amenaza de muerte por parte del jefe del CNI ni por parte del propio servicio secreto.

Por su parte, el abogado de Villarejo, Antonio García Cabrera, ha solicitado al juez una sentencia absolutoria de su cliente y ha incidido en que la Abogacía del Estado no tiene la legitimidad para personarse en la causa en representación de Feliz Sanz Roldán.

Además, ha tratado de desmotar la acusación del delito de calumnia señalando que dado que el propio Sanz Roldán no ha podido decir que viajó a Londres en ejercicio de su cargo, entonces no puede haber calumnia. Con todo, ha insitido en que Villarejo no calumnió porque en la vista "ha sido capaz de probar que dijo exactamente lo que le decía" Corinna Larsen en 2015.

En cuanto al delito de denuncia falsa, ha explicado que quien comete ese hecho debe ser consciente de que la denuncia es falsa, y ha explicado que Villarejo está amparado por la verdad subjetiva que le lleva a denunciar a Sanz Roldán. "Es normal que siendo agente encubierto no le guste que publiquen esa foto", ha añadido.

Tras las intervenciones de las partes, el juez Jesús de Jesús ha ofrecido la posibilidad a Villarejo de tener un último turno de palabra, y éste lo ha aprovechado para denunciar que tras cuatro años en preventiva se lo han quitado todo menos la convicción de que hay justicia en España.

"Los jueces son honorables e independientes", ha dicho, aunque luego ha apuntado que según le habían trasladado antes del juicio de este viernes, por cuestiones de estado debía ser desacreditado en esta vista por miedo a lo que pudiera llegar a declarar en el resto de causas que aun tiene pendientes (sólo en la Audiencia Nacional el caso en el que se le investiga tiene una treintena de piezas separadas).

Tras esto, ha indicado que opina que sus problemas comenzaron cuando decidió denunciar las actuaciones de Sanz Roldán --"una irresponsabilidad mía"-- ya que nunca habría tenido problemas si hubiera mirado para otro lado. El comisario jubilado ha sostenido que el motivo que le llevó a denunciar a Sanz Roldán fue defender los intereses institucionales de España. "Con la madre, con la patria, sin razón o sin ella. Yo jamás voy en contra, como español", ha sentenciado, al tiempo que ha criticado que "este es un país absurdo donde a uno le insultan llamándole patriota".

Al hilo, ha recordado alguno de sus servicios como agente encubierto --"en Somalia, en Siria, en Irán"--, ha alabado el trabajo de sus compañeros agentes de campo en el CNI, y ha denunciado que fue Sanz Roldán quien organizó su detención. Y eso, ha añadido, a pesar de que él quería que sus archivos fueran a manos del CNI.

Sobre ellos ha explicado que no entiende porque se destruyen si son "historia de España", y ha citado de pasada el 23-F y el 11-M. Y ha añadido que aun no sabe como se le acusa de denuncia falsa cuando ni siquiera se admitió a trámite. "El ciudadano va a acabar pensando que en este país no hay un Estado garantista", ha afirmado.

Por otro lado, ha atacado la testifical de la ex responsable del Centro de Inteligencia contra el Terrorismo y el Crimen Organizado (CITCO) y actual jefa de Gabinete de la ministra de Defensa, Esperanza Casteleiro, para lo que ha parafraseado a Voltaire diciendo que "lo peor del encubrimiento es que se cometen delitos más graves que los que se trata de ocultar".

Para acabar, Villarejo ha tirado del refranero propio de un espía para apuntar que hay una máxima en la KGB, "un pueblo de borregos se merece un gobierno de lobos". "Si me tengo que morir en la cárcel lo haré, pero nadie me va a callar", ha indicado, momento en el que el juez ha señalado que el juicio queda visto para sentencia.

Sanz Roldán ha negado de forma categórica conocer personalmente a Villarejo, del que ha dicho que le ha visto hoy por primera vez. También ha negado que hubiera participado en actividad alguna con el CNI durante la etapa en la que él estuvo al frente del centro. "Y si lo hubiera sabido lo hubiera prohibido", ha añadido a las preguntas de la acusación pública.