María José Herrera, psicóloga de emergencias en La Palma: “Lo que más preocupa son aquellas personas que no piden ayuda, porque es peligroso”
La psicóloga de emergencias en La Palma, María José Herrera, habla de su máxima preocupación
Lo que más preocupa los psicólogos son aquellas personas que están aisladas y que no se están comunicando
La experta aconseja a los vecinos de La Palma tratar de socializar
Los palmeros ya están desesperados, el volcán de Cumbre Vieja lleva casi seis semanas en erupción y parece que su actividad no remite, mientras el terreno que las coladas engulle sigue aumentando.
María José Herrera, psicóloga de emergencias en La Palma, acude a Informativos Telecinco para explicar cómo se encuentran los vecinos de la isla mientras el volcán sigue sin mostrar signos de debilitamiento y explica su máxima preocupación.
Es peligroso no pedir ayuda
La psicóloga asegura que son muchísimos los testimonios dolorosos a los que se está enfrentando ella y el equipo que trabaja en la isla: “Unos por la edad, otras por las pérdidas, otras por el trabajo y el esfuerzo que hay detrás para obtener esas propiedades, otros que han perdido el trabajo. Pero lo que más preocupa los psicólogos, son aquellas personas que están aisladas y que no se están comunicando, que no piden ayuda, porque es peligroso”, asegura María José Herrera.
Para poder evitar estas situaciones de aislamiento, la experta aconseja a los vecinos de La Palma: “Tratar de socializar, tratar con otras personas porque ese dolor puede ocasionar consecuencias más graves”
María José Herrera cree que esta “situación se prolongará durante mucho tiempo, estamos atendiendo personas con estrés agudo, pero seguramente evolucionará a trastornos de estrés postraumático y a procesos de duelo tremendamente complejos”
Por ello es importante “permitir que se estrese, que puedan ventilar esas emociones, validarlas, porque muchas veces pensamos que lo que estamos experimentando y sintiendo es tremendamente raro y a veces cuando lo consultamos con un profesional, nos damos cuenta que no solo es completamente normal sino que incluso es adaptativo para la evolución de esas emociones para que no se patologicen”
