El Orgullo vuelve a las calles de Madrid con los derechos trans por bandera
Los organizadores han diseñado un protocolo para intentar guardar las distancias y respetar las restricciones sanitarias
Los derechos del colectivo trans protagonizan la manifestación de este año, sin políticos, pero con mucho activismo
Irene Montero, ministra de Igualdad: "Este Orgullo 2021 hacemos historia"
Orgullo muy atípico. De entrada porque las primeras banderas han sido otras: azul, rosa y blanco. Las del colectivo trans, protagonista de esta edición con el proyecto de ley del Gobierno. Atípica también la pancarta, con activistas, pero nada de políticos en las primeras filas. Y atípica, claro, la puesta en escena. Sin carrozas ni escenarios y con mascarilla y distancia obligatoria. Pero como dicen todos, lo importante es que el Orgullo, tras el parón del año pasado, vuelve donde siempre ha estado: en la calle, en la vida, entre todos nosotros.
La reivindicación de los derechos trans centra precisamente el lema de la manifestación de este año -"Los derechos humanos no se negocian, se legislan. Ley Integral Trans ¡Ya!"-, que culmina simbólicamente en la plaza de Colón para recuperar un espacio que en los últimos tiempos ha sido escenario de importantes concentraciones de la derecha.
El protocolo para mantener la seguridad
Los organizadores han diseñado un protocolo para intentar guardar las distancias y respetar las restricciones sanitarias, con mascarilla obligatoria, en una manifestación con una participación máxima de 25.000 personas.
A falta del color de las carrozas, los colectivos organizadores apuestan por una Orgullo reivindicativo y político y reconocen la importancia de llegar a la marcha con un anteproyecto de ley que despatologiza la transexualidad y recoge la autodeterminación de género, el derecho a cambiar de sexo en el registro sin informes ni testigos.
El Consejo de Ministros lo aprobó el martes tras largas negociaciones en el seno del Gobierno de coalición y los colectivos han asegurado que estarán muy atentos a su tramitación. Confían aún en que se permita el cambio de sexo desde los 12 años -el anteproyecto los fija en 14- y que se reconozcan derechos a las personas trans migrantes y de las no binarias (que no se sienten ni hombre ni mujer).