¿Por qué hay personas más fotogénicas que otras, según la ciencia?

Ser fotogénico puede ser más importante que tener un buen fotógrafo. Unsplash
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La Real Academia Española de la Lengua define fotogenia como la cualidad de fotogénico, que a su vez significa que da buena imagen fotográfica. Esta cualidad está intrínsecamente relacionada con la belleza, pero la ciencia tiene más claves sobre qué se necesita para salir bien en las fotos, más allá de un físico agraciado. Esto explicaría por qué algunas personas bellas nunca salen bien en las fotos y viceversa.

La psicología de vernos bien en las fotografías

A la hora de determinar la fotogenia de una persona, lo bien o mal que sale en las fotos, entra en juego la psicología y cómo influye en la percepción de quienes ven esa instantánea, tanto la autoevaluación que hagamos de nuestro retrato como la que harán observadores externos. Durante años, diversos investigadores han estudiado las preferencias que tiene el ser humano por los rostros simétricos.

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Hay diversas teorías al respecto, aunque son dos las corrientes principales al respecto para explicar las preferencias humanas por la simetría. Una de ellas explica esta predilección por la simetría desde un punto de vista evolutivo. Algunos autores como Thornhill y Gangestad en 1999 y Little y Jones en 2003 establecieron que esta preferencia por los rostros más simétricos es una aptitud heredada que se explica porque la simetría es una unidad de medida útil a nivel evolutivo al ser un sinónimo de la capacidad que tiene o ha tenido un ser humano para lidiar con el estrés del desarrollo, tanto genético como ambiental. Dicho de otro modo, sirve como un indicador tanto de la calidad fenotípica como genotípica.

Otra segunda forma de entender la preferencia humana por los rostros simétricos tiene que ver con que nuestro sistema visual procesa más fácilmente los estímulos simétricos. Por tanto, surge la llamada la perspectiva del sesgo perceptual, que nos dice que estas preferencias simétricas han surgido de sesgos basados en la evolución de nuestra percepción. Este enfoque explicaría por qué la simetría también es un concepto clave no solamente para elegir parejas, sino para que nos gusten otros elementos simétricos como objetos cotidianos y arte decorativo. Sin embargo, la ausencia de simetría no implica necesariamente ausencia de belleza, y esto es cierto en paisajes naturales, en el arte o en rostros humanos.

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Además, hay que tener en cuenta el peso que juega el concepto de la familiaridad. En la percepción sobre si una persona es fotogénica o no entra en juego este fenómeno por el que nos parecerán más atractivas las caras que nos resultan familiares. Al final, el concepto de atractivo también está marcado por un sesgo social y cultural. Piensa en ejemplos como que para los antiguos japoneses los pies vendados eran un símbolo de belleza o que hay tribus que se colocan anillos para tener “cuello de jirafa”.

Autoestima y entrenamiento de poses

Tras tratar de comprender qué aspectos hacen que veamos mejor unas fotografías que otras, llega la pregunta del millón: ¿se puede entrenar para ser más fotogénico? La respuesta parece ser afirmativa. En primer lugar, tal y como explica la Doctora en Biomedicina y Bioquímica conocida en redes sociales como LadyScience, “la autoestima y la actitud juegan un papel importante, ya que las personas seguras de sí mismas tienden a relajarse más frente a una cámara”. Esto tiene una traducción directa en la postura corporal y facial que representará dicha imagen.

Las personas más seguras frente a una cámara estarán más relajadas, lo que se traduce en fotos más naturales y atractivas. En cambio, aquellos más tensos frente al objetivo suelen aparecer en la posterior instantánea como más forzados, incómodos o presentar expresiones no muy favorecedoras que puedan ir en detrimento de su propia belleza natural.

Hay que saber cuáles son nuestros puntos fuertes y eso también tiene que ver con el conocimiento de los propios ángulos. Cada rostro es diferente y hay poses que resaltan más los puntos fuertes que otras. No es nada descabellado tener un “perfil bueno” con el que obtengamos mejores resultados delante de la cámara. Las personas más fotogénicas parecen tener esa habilidad natural para mostrar su mejor cara de forma innata, pero también es un conocimiento que se puede adquirir posteriormente con ensayo y error, practicando poses y viendo en cuál te ves mejor.