¿Cómo afectan los eclipses solares a las personas?

El principal riesgo para la salud de un eclipse solar es a nivel ocular. Al contrario de lo que muchos piensan, en el momento del eclipse la radiación es menor que mirar fijamente al Sol.
Otros factores como la relación entre los eclipses y trastornos de salud mental no han sido probados con la suficiente evidencia científica.
Calendario astronómico 2025: eclipses, lluvia de estrellas y cometas
Los eventos celestiales, como los eclipses solares, nos han fascinado desde hace mucho tiempo, siendo su escasez parte de su atractivo, ya que todo lo que no podemos ver en muchos años hace que sea más interesante. Durante años, se ha tratado de unir la aparición de eclipses con ciertos fenómenos que afectan a las personas, asociándose durante años la aparición de estos eclipses con creencias comunes entre los astrólogos como presagios de algo muy malo que está por suceder o que predicen cambios importantes en la vida. ¿Influyen realmente estas maravillas naturales en nuestra salud?
El principal peligro: tu salud ocular
Los eclipses solares ocurren cuando la Luna se interpone entre el Sol y la Tierra. La Luna impide que la luz del Sol llegue a la Tierra, proyectando una sombra sobre ella. Un eclipse solar total ocurre cuando la Luna bloquea completamente el Sol. La atmósfera exterior del Sol (llamada corona solar) brilla alrededor de la luna cuando bloquea el Sol. Un eclipse solar parcial ocurre cuando la Luna solo bloquea una parte del Sol. Sea cual sea el tipo de eclipse solar que vayamos a presenciar, tienen un denominador común: ver un eclipse solar parcial puede exponer tus ojos a los rayos del sol, lo que puede causar daños oculares.
Sin embargo, el daño ocular no tiene tanto que ver con el propio momento del eclipse, sino con la observación directamente del Sol antes y después. Tal y como explica la NASA, “Durante un eclipse solar total, cuando el disco lunar cubre completamente el sol, la brillante corona emite únicamente radiación electromagnética, aunque a veces con un tono verdoso. Los científicos han estudiado esta radiación durante siglos. Al ser un millón de veces más tenue que la luz del propio Sol, no hay nada en la luz coronal que pueda atravesar 150 millones de kilómetros de espacio, penetrar nuestra densa atmósfera y causar ceguera. Sin embargo, si observas el Sol antes de la totalidad, vislumbrarás la brillante superficie solar, lo que puede causar daño a la retina, aunque la respuesta instintiva humana típica es apartar la mirada rápidamente antes de que se produzca un daño grave”. Dicho de otro modo, el único momento en que puedes observar un eclipse solar de forma segura sin equipo especial es durante la parte del eclipse solar en que la Luna cubre completamente el Sol.
Esta exposición prolongada de nuestra vista a estos eclipses solares y sus fases anteriores y posteriores pueden provocar “ceguera por eclipse” o quemaduras en la retina, también conocidas como retinopatía solar. La exposición a la luz solar puede dañar o incluso destruir las células de la retina (la parte posterior del ojo) que son las encargadas de transmitir la información visual al cerebro. Este daño puede ser temporal o permanente y se produce sin dolor, por lo que uno puede tardar desde unas horas hasta varios días después de ver el eclipse solar en darse cuenta del daño.

Para evitar estos daños, hay que usar gafas para eclipse solar aprobadas por expertos para observar un eclipse solar de forma segura y sin dañar sus ojos. No valdría con comprar cualquiera, sino que, para una mayor seguridad sobre su efectividad, estas deberían estar certificadas bajo la normativa ISO 12312-2. Esta catalogación asegura que se trata de filtros solares especiales que bloquean lo suficiente los malos rayos UV y la luz realmente brillante.
También podemos encontrar otra “solución de andar por casa” en la llamada proyección estenopeica, la forma más segura y económica de observar un eclipse solar consistente en un método de proyección de imágenes que se realiza a través de un pequeño orificio, o estenopo. Permite evitar mirar directamente al eclipse mediante una imagen proyectada. Este proyecto casero consiste en hacer un agujero en un cartón con el Sol a un lado y un trozo de papel a un metro de distancia, sin ninguna obstrucción, para proyectar la imagen al otro lado. De esta forma, podemos observar la proyección sin mirar al Sol a través del agujero.
De igual forma, también conviene recordar ciertas formas de observación que no son seguras, por mucha creencia popular que haya sobre ellas. Principalmente, nunca observes un eclipse solar a través de tu smartphone o el visor de una cámara fotográfica. En esencia, puedes dañar tus ojos de la misma manera que mirarlo directamente y corres el riesgo de que dañar la cámara de tu teléfono inteligente. Tampoco conviene ver el eclipse a través de ciertos dispositivos ópticos como telescopios o binoculares. Ni siquiera a través de negativos fotográficos, gafas de sol o vidrios ahumados, por mucho que veas a personas que los miran así.
Otros efectos físicos, sin evidencia científica
Durante años, varios estudios han explorado la influencia potencial de los eventos celestiales en la salud mental, y las investigaciones han rastreado las fluctuaciones hormonales durante los eclipses, con falta de evidencia científica. Un buen resumen de esto lo encontramos en 2019, cuando Innovations in Clinical Neuroscience publicó un artículo que no reveló “ninguna asociación real entre el comportamiento lunar y solar y las acciones de los pacientes con trastornos psiquiátricos”.
Además de no haberse encontrado resultados absolutos que prueben estos efectos, hay entidades como la NASA que desmienten categóricamente estos efectos. “No existe una relación física entre un eclipse solar total y la salud (…) En una muestra aleatoria de personas, es posible encontrar este tipo de correlaciones ocasionalmente, pero son superadas por todas las demás ocasiones en las que la salud fue excelente”, puede leerse en su página web en un apartado específico para falsos mitos sobre eclipses.