Bienestar

La ciudad ideal para cuidar la salud, según una arquitecta: "Se acerca mucho al modelo tradicional europeo"

¿Cómo sería la ciudad ideal?. UNSPLASH
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En los últimos años han cobrado fuerza conceptos como “las ciudades de 15 minutos” en las que tener acceso inmediato a todo lo que necesitamos en menos de un cuarto de hora. El concepto de “ciudad ideal” puede tener muchas ópticas. Pero en materia de salud y sostenibilidad, la arquitecta Rita Gasalla --Gallow Arquitectos-- explica cuáles son los elementos que hacen que un espacio urbano sea “ideal” para vivir.

¿El primer adelanto? “Se acerca mucho al modelo tradicional europeo”. Sin embargo, esto es sólo la punta del iceberg.

Los meteoros se abren paso

Aunque en muchos puntos del globo se hacen esfuerzos para devolver espacios verdes a las ciudades, la naturaleza es protagonista en otro aspecto. Gasalla lo explica de la siguiente forma:

“La dirección del viento es muy importante para diseñar los espacios. Tener calles ventiladas de forma constante permite tener un aire más limpio. También lo es el lugar en el que construimos: zonas inundables o zonas boscosas pueden ser un desastre para nuestras casas y nuestra salud si hay lluvias torrenciales o incendios”, explica.

¿Por qué es importante el modelo tradicional europeo?

De acuerdo con la experta, este tipo de ciudades “tiene calles, plazas, parques, edificios en altura y zonas peatonales. Se induce a la gente a que salga de su casa, que llegue a los sitios caminando, a usar menos el coche.

Los centros son microcentros en cada barrio, donde hay todos los servicios a los que necesitamos acceder en el día a día. Y contrariamente a lo que se pueda pensar, la ciudad concentrada es aquella que nos permite acceder al instante a lo que necesitamos”.

Cuando el cambio climático se abre paso

Las grandes urbes tienen un problema: las islas de calor. Las temperaturas son más altas en centros densamente poblados.

“Materiales como el asfalto, construir edificios muy reflectantes, los gases de los tubos de escape o el exceso de aires acondicionados son los principales culpables de tener ese aumento. También carecer de espacios verdes o zonas con agua contribuyen a que el calor se condense”, explica.

Aquí la experta también ilustra el fenómeno de la propia construcción: “los espacios interiores se han de diseñar pensando en cómo afectarán al resto de elementos que hay fuera. También se ha de pensar en cómo podemos estar cómodos en un espacio cerrado sin tener que recurrir a maquinaria de climatización, o al menos, que el uso sea lo más eficiente posible”.

Tanto por dentro como por fuera, Gasalla abre paso al siguiente escenario: el enfoque global, teniendo en cuenta su impacto en la salud.

El enfoque global de la salud

Aunque la arquitectura y el modo de diseñar y construir tiene peso protagonista, la salud mental es otra de las cuestiones en las que Rita Gasalla hace énfasis:

“Si tenemos espacios amigables a los que salir a la calle, socializamos más. Tener contacto con personas reales y salir de nuestra casa mejora muchísimo nuestra salud mental. Del mismo modo que el concepto de salud vira hacia lo global, también tenemos que pensar en las ciudades desde la perspectiva de la salud social y mental”, explica.

Concluye con lo siguiente: “Todo está conectado. Menos coches, más espacio para las personas y que socialicen y salgan a la calle. Por ejemplo, construir un edificio que no sea reflectante --y proyecte los rayos de Sol siempre en una misma zona-- nos evita el ‘efecto invernadero’ y no tendremos usar tanto aire acondicionado, el cual, a su vez, emitirá menos calor al exterior. Así, sucesivamente, la ciudad ideal ha de tener ese enfoque global porque nada está aislado de nada”, concluye.