Nadia Erostarbe, la surfista vasca que ha hecho historia al debutar en el WCT: "Llevo surfeando desde los tres años"

San Sebastián“Ponerse el neopreno mojado es lo peor”, revela Nadia Erostarbe Geiser (Zarautz, 27 de mayo de 2000) durante su conversación con la web de Informativos Telecinco. Esa simple frase, pronunciada entre risas, nos recuerda que esta joven de 24 años, además de una enorme deportista, es humana. Una característica que, repasando su trayectoria y logros, a veces cuesta recordar, y es que la guipuzcoana ha hecho historia en el deporte vasco al ser la primera mujer del Estado en competir en el WCT, el circuito mundial de mayor nivel. Hasta la fecha solo otro surfista vasco había logrado estar en el circuito más prestigioso del surf, el también deportista de Basque Team Aritz Aranburu.

En su reciente paso por el Lexus Pipe Pro disputado en Banzai, Oahu, terminó novena: “Tuvimos mala suerte con las olas, pero fue increíble poder competir con las mejores surfistas del mundo en uno de los campeonatos más icónicos que hay”, confiesa la que fuera primera surfista a nivel estatal en conseguir la clasificación para unos Juegos Olímpicos.

La gran temporada realizada por la de Zarautz, la pasada campaña, no pasó desapercibida para la World Surf League (WSL), y el máximo organismo del surf a nivel privado, le otorgó una invitación para participar en la primera gran cita de este año. En 2024, se quedó a un puesto del ascenso al CT, era la sexta surfista en el ranking de las Challenger Series, por eso fue ella la elegida para sustituir a Johanne Defay, que causó baja en Hawái. 

Surfista desde los tres años

En el Lexus Pipe Pro, Nadia realizó un gran debut y consiguió clasificarse en segundo puesto en la manga inicial, garantizándose así un puesto en octavos de final, donde se enfrentó a la estadounidense Caroline Marks, campeona del Mundo en 2023. En una manga de 40 minutos con pocas olas y mucha corriente, fue imposible lucirse. Nadia concluyó novena en la primera gran prueba del año en el CT, y lo que es más importante, dio otro paso de gigante en su brillante carrera.

A Nadia le llamaron un sábado “para estar allí el martes siguiente”, no lo dudó y acostumbrada como está, a viajar y a tener “el pasaporte siempre en el bolsillo”, hizo la maleta y puso rumbo a Hawái. Allí ha estado durante tres semanas y regresó hace solo unos días a Euskadi. Tiempo suficiente para darse un chapuzón en su Zarautz natal. “Ha hecho muy bueno y además ha habido olas buenísimas, había que aprovechar”, afirma.

De sus 24 años de vida, esta guipuzcoana ha pasado 21 sobre una tabla. El surf le viene de familia, “mis padres surfean y mi hermana mayor también”, así que con tres años, Nadia empezó a coger olas y, desde entonces, no ha parado. Los recuerdos de su infancia están ineludiblemente ligados al mar, “soy de Zarautz y aquí el surf está muy presente”, dice. Junto a su familia ha recorrido medio mundo “con viajes siempre planificados en torno a las olas”, en los que los Erostarbe Geiser compaginaban “hacer turismo con practicar surf”. Costa Rica, Maldivas, Nicaragua, Marruecos, Francia o Irlanda han sido algunos de los lugares en los que han cogido olas en familia.

Hoy en día, esta joven vasca ha hecho de su pasión su profesión y, aunque reconoce que “no da para vivir con lujos”, admite que, desde que en Tokio 2020 esta disciplina deportiva se incluyera en los Juegos Olímpicos, “se puede vivir del surf porque hay más ayudas y gente interesada en esponsorizar”, en su caso, “me da para viajar y competir y con eso, me conformo”.

Orrue, en otoño

La deportista de Basque Team entrena tanto dentro como fuera del agua para estar al máximo nivel. “Hay que estar fuerte” para evitar lesiones en cadera o rodillas, muy habituales en los surfistas. Para ello, “entreno de lunes a viernes y la intensidad, varía en función de la cercanía de los campeonatos”. Además, desde hace seis años Nadia practica una dieta vegana que “me va bien”.

El otoño es su época del año preferida para zambullirse con su tabla en el mar y, no es difícil, encontrarla entrenando en la cala de Orrua, a diez minutos de Zarautz, donde sus fondos de roca crean buenas secciones tuberas, tanto en la izquierda como en la derecha. Nadia admite que ponerse el neopreno mojado “es lo peor” y “madrugar tampoco lo llevo bien”, pequeños detalles que humanizan a esta supermujer.

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