La primera granja flotante de Getaria cría ya 75 atunes rojos: así funciona el proyecto que pretende revitalizar la pesca de esta especie

Estos ejemplares, con un peso medio 80 kilos, fueron capturados el pasado julio.. Azti
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San SebastiánDesde hace un año, a una distancia de 3,7 millas del puerto de Getaria (Guipúzcoa), hay una granja flotante de atún rojo. Se trata de dos piscinas sumergibles, en medio del mar Cantábrico, en las que se crían 75 ejemplares capturados el pasado mes de julio. El atún rojo es una especie que actualmente no se pesca ni se produce en Euskadi. Algo que podría cambiar si este proyecto funciona.

Desde que cayeron en las redes del barco ‘Kantauri’, a 48 kilómetros de la costa guipuzcoana, estos ejemplares, lejos de acabar en una lonja para su venta y posterior comercialización en las pescaderías, fueron trasladados a vivir en esta especie de granja, montada por ItsasBalfegó. Desde entonces se les alimenta a base de “verdel congelado” en esas piscinas y han alcanzado ya "un peso medio de 80 kilos".

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La idea de poner en marcha este criadero de atún rojo, en el mar Cantábrico, surgió de la compañía Balfegó y el centro tecnológico AZTI y como en cualquier proyecto, hay que verificar su viabilidad técnica y económica. Desde el laboratorio de Azti, Marina Santurtun, directora de Mercado, Pesca y Océanos Sostenibles, detalla que ahí se analizarán desde el músculo de esos atunes rojos para "hacer estudios genéticos", los estómagos "para saber cuánto pescado han comido" y las piezas duras, como espinas o un huesecillo que tienen en el oído y a través de los que podrán estudiar su crecimiento.

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El siguiente paso llegará a final de año, cuando los resultados serán evaluados y validados por la Comisión Internacional para la Conservación del Atún Atlántico (ICCAT) que determinará si la actividad comercial puede ampliarse y en qué condiciones.

Una especie que no se pesca en Euskadi

El objetivo es revitalizar la pesca de atún rojo en el área costera del Cantábrico, en colaboración con la flota pesquera vasca, a través de un nuevo modelo que incluye la captura de los ejemplares con arte de cerco, autorizado para capturar atún rojo en el Cantábrico, y su traslado a unas instalaciones acuícolas para ser cuidados y alimentados para su venta posterior.

El proyecto empleará sistemas automatizados y precisos que aseguran una distribución eficiente del alimento, minimizan los residuos y garantizan la trazabilidad de los ingredientes, todos ellos procedentes de pesquerías gestionadas de manera responsable.

No en vano, uno de los principales objetivos del proyecto es involucrar también a los pescadores en la industria de transformación, lo que permite generar valor añadido y buscar conjuntamente las mejores estrategias para desarrollar de manera coordinada la actividad de pesca y engorde de atún rojo, maximizando así la creación de valor añadido y la distribución de los beneficios entre todas las partes.

Vigilancia ambiental continua

Sensores y cámaras instalados en las piscinas monitorean desde la calidad del agua a la actividad biológica, con el objetivo de evitar cualquier impacto negativo en el ecosistema marino. "Si queremos realizar una pesca sostenible, tenemos que conocer aspectos como: el modo en que se reproducen, cómo se mueven o la manera en que crecen. Con ese "conocimiento base", desarrollado por Azti, luego la administración competente puede establecer, por ejemplo, los cupos de pesca.

ItsasBalfegó constituye también una plataforma de investigación orientada a mejorar el conocimiento y la gestión del atún rojo. Así, a través de unos sensores "que hemos metido en los atunes" se registra desde su ritmo cardíaco hasta "el estrés al que han estado sometidos estos meses". Si el resultado indica niveles muy altos de estrés, "habría que buscar las causas y poner remedio", puntualiza esta científica.

“Actualmente, la pesca con red de cerco no está permitida en el Cantábrico a doce millas de la costa. Sin embargo, hemos recibido una autorización provisional del Ministerio para esta experiencia piloto con el objetivo de explorar métodos sostenibles. Si el proyecto demuestra ser viable, se revisará el marco regulatorio de ICCAT para ampliar las instalaciones y se considerará autorizar la pesca con esta técnica a algunos barcos, siempre garantizando la sostenibilidad y protección del medio ambiente”, añade Juan José Navarro, director general adjunto de Balfegó.