Vizcaya busca familias para acoger a 51 niños y niñas en situación de vulnerabilidad: ¿qué requisitos hay que cumplir?

Una niña juega con unos juguetes en un aula
Una niña juega con unos juguetes en un aula.. Europa press-Archivo
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BilbaoLa pandemia sacudió nuestras vidas hace cinco años y tras ella, muchas cosas cambiaron. Algunas a mejor, otras a peor. En Vizcaya, desde aquello, ha ido descendiendo el número de familias dispuestas a abrir las puertas de su hogar a menores en situación de vulnerabilidad. Cada vez se ofrecen menos familias para acoger y no porque las situaciones de desprotección infantil se hayan reducido, ya que desde la institución foral, responsable de las tutelas de estos menores, insisten en que “permanecen constantes”. Una realidad que se repite en otros puntos de la Comunidad Autónoma Vasca.

Esas puertas cerradas obligan a medio centenar de pequeños a crecer en centros de acogida, lejos de un “hogar estable, cálido, normalizado y adecuado”, que sería lo adecuado para ellos. Son niños y niñas, algunos solo unos bebés, otros adolescentes que viven en centros tutelados por la Diputación de Bizkaia, en muchos casos, debido a situaciones de desprotección que les han privado de crecer en un entorno familiar.

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De esos 51 pequeños que necesitan una familia de acogida, hay 11 para los que ya “se ha aprobado el acogimiento familiar como medida más adecuada para ejercer su guarda”. El problema es que el número de familias dispuestas a acoger a uno de estos menores vulnerables se reduce a una. Hay algunas otras, aunque aún no son aptas, ya que están en proceso de formación o valoración psicosocial.

Tipos de acogimiento

Vizcaya necesita personas o familias para acogimientos para menores de todas las edades y para cualquiera de las cuatro modalidades existentes: de urgencia, temporal, permanente y especializado. Familias dispuestas a acoger desde bebés menores de 3 años, para evitar su ingreso en un centro de acogida en un momento tan clave para su desarrollo vital, hasta menores de entre 3 y 13 años. También para acoger grupos de hermanos y para niñas y niños con necesidades especiales.

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  • El acogimiento de urgencia está pensado para niños y niñas menores de seis años, a la espera de que se decida qué medida de protección familiar le corresponde. El tiempo máximo es de seis meses.
  • El acogimiento temporal es para menores que se prevé van a poder volver a integrarse en su propia familia; para niños y niñas, a la espera de una medida de protección más estable como el acogimiento permanente o la adopción. ¿Cuánto tiempo? Dos años máximo, salvo que el interés superior del menor aconseje la prórroga de la medida por la previsible e inmediata reintegración familiar, o la adopción de otra medida de protección definitiva.
  • El acogimiento permanente está dirigido a menores que ya han pasado dos años en acogimiento temporal y no pueden reintegrarse en su familia de origen. Se trata de un acogimiento estable con previsión de más dos años, pudiendo llegar a ser una medida definitiva.
  • El acogimiento especializado, es para niños y niñas con necesidades o situaciones especiales, en familias donde alguna de las personas que la componen tiene formación o experiencia específica para desarrollar esa labor.

Ser familia de acogida no es una decisión fácil, pero sí “una aportación única e insustituible que cambia vidas, tanto de quienes acogen como de quienes son acogidos”, puntualiza la responsable de Acción Social de la Diputación Foral de Bizkaia, Amaia Antxustegi. Las familias ofrecen a los menores desprotegidos un entorno afectivo y seguro, “que les permite desarrollarse y crecer mientras se mantienen los vínculos con sus familias biológicas y su retorno a ellas, cuando es posible.

Beneficios de crecer en una familia

El acogimiento familiar ofrece a un niño o a una niña la oportunidad de crecer en un entorno donde puede encontrar afecto, dedicación y apoyo durante el tiempo que sea necesario, facilitando el desarrollo de los y las menores de edad en una familia de acogida como si fueran parte de ella. Asimismo, mantendrán y mejorarán la relación con sus padres o madres biológicos y se apoyará el proceso de vuelta en los casos en los que el retorno sea posible.

El acogimiento les aporta a los menores un hogar estable, cálido, normalizado, adecuado, con pautas educativas claras y contribuye a que las personas menores puedan crear nuevos vínculos, mejorar a nivel físico y emocional, conocer un modelo familiar adecuado y mantener su identidad y la relación con sus padres y/o madres.

Cómo ser familia de acogida

Las personas interesadas en formar parte de la red de familias acogedoras deben pasar un proceso de valoración y preparación. En todo momento recibirán un acompañamiento integral por parte de un equipo multidisciplinar del departamento de Acción Social que funciona las 24 horas al día los 365 días del año.

Las personas o familias que se están pensando convertirse en familia de acogida pueden consultar la web foral específica donde se explica qué es el acogimiento familiar, qué implica para las niñas y niños de acogida, para la familia de origen de esos menores y para la familia de acogida; cuáles son las diferentes modalidades de acogimiento familiar o cómo es el proceso, entre otras cuestiones. Puede consultarse todo ello en la página web de la diputación.

También pueden ponerse en contacto por email en la dirección acogimientofamiliar@bizkaia.eus  o pueden solicitar información llamando al teléfono 944 470 737.