Artesanía

Redes de pesca recicladas: diseño, tradición y empoderamiento femenino en A Guarda, Pontevedra

Amalia trabajando en la asociación de redeiras
Amalia Puga, trabajando en la asociación de redeiras. Cedida
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PontevedraAmalia Puga nació en A Guarda y se formó en Elisava Escuela Universitaria de Diseño e Ingeniería de Barcelona (Barcelona), pero el vínculo con su pueblo siempre estuvo ahí. "Vengo de familia marinera, el mundo de la pesca siempre fue muy cercano en casa", cuenta. Hace siete años, durante su Trabajo de Fin de Grado, comenzó a colaborar con la Asociación de Redeiras de A Guarda, reparadoras de redes de pesca, y su relación se convirtió en una alianza creativa y social.

Estas mujeres desempeñan un oficio crucial para la economía local, pero han sido prácticamente invisibles. Con Proxecto Bolina, Puga busca recuperar esa memoria y ofrecer nuevas oportunidades laborales: “En su día a día, se dedican a reparar aparejos, pero a la vez, en épocas bajas de trabajo de pesca, trabajan con nosotros. Y me hace mucha ilusión que valoren trabajar en Poxecto Bolina como una oportunidad laboral más y un futuro para el oficio”.

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Amalia diseñando en la asociación de redeiras

Técnica ancestral y creatividad contemporánea

Para desarrollar las piezas, Amalia vivió con las redeiras, aprendió sus nudos y técnicas. Luego trasladó ese saber a objetos actuales: iluminación, mobiliario, bolsos… fabricados con materiales recuperados del mar. “Con el tiempo, yo he aprendido a atar también y saber qué nudos funcionan mejor con según qué material”, reconoce contenta.

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El éxito de Bolina y premios internacionales

El punto de partida fue la silla “Bolina”, su proyecto de TFG, tejida completamente a mano con redes de pesca. Siete años después de su creación, ha ganado el premio de Innovación Sostenible de los III Premios Escala de Interiorismo, impulsados por la Escuela Madrileña de Decoración. La silla ha formado parte de exposiciones como “From Spain with Design” y “Diseñadoras. (Re)diseñando el mundo” del Instituto Cervantes. Con ambas, ha viajado dentro y fuera de España.

Amalia sospecha que, en alguna de esas paradas, alguien presentó la silla al certamen. “Para mí fue una sorpresa. Me hizo mucha ilusión porque a pesar de que ya llevamos una cierta trayectoria, me he dado cuenta de que el origen de todo le gusta a la gente. Este reconocimiento me da muchas ganas de continuar desarrollando nuevas piezas”, admite entusiasmada.

La silla Bolina

Diseño rural con proyección global

Proxecto Bolina también se ha encargado de diseñar los escaparates españoles de Adolfo Domínguez: “Es una forma de visibilizar nuestro trabajo y llevar lo rural fuera de los pueblos. Lo de crear en los pueblos no tiene porqué quedarse aquí”. Su objetivo: mantener vivas artesanías y técnicas tradicionales, integrándolas en el diseño contemporáneo.