Acuerdo de libre comercio Emiratos-Israel: ¿hacia fin del boicot árabe?

  • El atractivo de hacer negocios con Israel y la necesidad de construir un frente común contra Irán ha empujado a la monarquía árabe a multiplicar sus ámbitos de colaboración con Tel Aviv desde que firmaron los Acuerdos de Abraham en septiembre de 2020

  • Tel Aviv marca un nuevo hito en el camino de su normalización en Oriente Medio al firmar el primer acuerdo de libre comercio con un país árabe

Israel sigue marcando hitos en Oriente Medio. La firma el pasado 31 de mayo del Acuerdo de Libre Comercio entre Emiratos Árabes Unidos e Israel, el primero que Tel Aviv firma con un país árabe en su historia, supone un paso más –todo apunta a que no será en último- hacia el reconocimiento y normalización israelí en el conjunto de la región. Los Acuerdos de Abraham, firmados en septiembre de 2020 por Israel, Emiratos y Baréin –Marruecos se incorporaría, tras restablecer relaciones con Tel Aviv, en diciembre de aquel año-, iban en serio.

También constata la firma del nuevo acuerdo comercial que para el Estado emiratí la forja de una alianza estratégica contra el enemigo común –Irán, líder del mundo chiita- y seguir insuflando nuevos estímulos a su economía tras la pandemia son la prioridad del momento, por encima de cualquier otra cuestión, incluida la palestina. El acuerdo supondrá la desaparición del 96% de los aranceles en el comercio bilateral, en el que destacan los productos agroalimentarios, los cosméticos, el equipamiento médico y las medicinas.

“Vamos a eliminar barreras juntos y promover un comercio amplio y nuevas tecnologías, las cuales van a sentar unas bases sólidas para un camino común y contribuir al bienestar de los ciudadanos, además de volver más sencillo hacer negocios”, sintetizó la ministra de Economía israelí Orna Barbivay. Ambos países confían en que el acuerdo siente las bases para el impulso de los intercambios en energía y tecnología, entre otros ámbitos.

Flamante alianza

Ambos países confían en que los intercambios se incrementen en los próximos cinco años hasta alcanzar un valor de 10.000 millones de dólares. El comercio bilateral entre Emiratos e Israel se situaba en 2020 los 180 millones de dólares para llegar en noviembre del año pasado a los 885 millones, según datos del Ministerio de Economía israelí. Por otra parte, el pasado mes de marzo las autoridades emiratíes anunciaban un fondo por valor de 10.000 millones de dólares para invertir en sector estratégicos de la economía israelí.

Recordemos que Israel abrió su embajada en Abu Dabi en junio de 2021 y Emiratos hizo lo propio en Tel Aviv un mes más tarde. Unos meses después, en septiembre de 2021, el fondo soberano emiratí, Mubadala, adquirió el 22% del capital del proyecto gasístico israelí Tamar.

Para Israel, la entrada en Emiratos va mucho más allá de la importancia de un mercado de apenas 10 millones de personas. Las autoridades y empresarios israelíes confían en poder servirse de la plataforma emiratí para vender e invertir en otras zonas de la región, sudeste asiático y Extremo Oriente. El Consejo de Negocios Emiratos-Israel estima que habrá casi un millar de empresas israelíes haciendo negocios en el país del Golfo antes de que acabe el año.

La firma del acuerdo quedó definitivamente sellada con la visita del primer ministro Naftali Bennett –la segunda del jefe del Gobierno israelí después de la de noviembre- a Abu Dabi el pasado 9 de junio, un día después de que Irán rechazara la resolución de la Junta de Gobernadores del Organismo Internacional de la Energía Atómica (prometiendo una respuesta “proporcionada”, con la instalación de nuevas centrifugadoras). La agencia emiratí de noticias daba cuenta tres días antes de los planes de la Cámara Internacional de Dubái de abrir una oficina de representación en Israel.

A pesar, en fin, de que la firma del acuerdo se produjo en pleno estallido violento en la Explanada de las Mezquitas de Jerusalén –la intervención de las fuerzas israelíes en el patio de la mezquita de Al Aqsa mereció la condena de las autoridades emiratíes-, lo cierto es que el paso adoptado por Israel y Emiratos se ha producido sin apenas voces de protesta en el resto del mundo árabe. La pequeña monarquía demuestra tener una dinámica agenda propia ajena a las tradicionales posiciones de los principales países del mundo árabe. Emiratos firmó en febrero con India un acuerdo comercial similar al suscrito con Israel. En estos momentos negocia acuerdos similares con países como Indonesia y Corea del Sur.

El imparable avance de Israel en la región

Para Israel el éxito es doble: consigue, poco a poco, el reconocimiento en una región que hasta hace muy poco no aceptaba su propia existencia como Estado. Son ya seis los países de la Liga Árabe que mantienen relaciones diplomáticas con Tel Aviv. Israel lo ha logrado manteniendo la ocupación; sin ceder un centímetro cuadrado en Cisjordania.

Es el triunfo de la realpolitik: hacer negocios con Israel es percibido como bueno por los gobernantes de la región y contar con la cooperación tecnológica y militar de una potencia como Tel Aviv frente a otras amenazas (Irán para los países del Golfo, Argelia para Marruecos) es considerado una garantía.

En una muestra más de las cada vez más estrechas relaciones entre Israel y Marruecos, la titular de Interior israelí Ayelet Shaked visitaba este lunes Rabat para discutir “asuntos de la agenda bilateral”. Está previsto además que Marruecos inaugure este verano embajada en Tel Aviv. Por otra parte, la semana pasada, la UE, Egipto e Israel firmaban un acuerdo en El Cairo para transportar gas israelí a Europa a través del país árabe en el contexto del boicot comunitario a Rusia. Otro ejemplo más de la cooperación entre Tel Aviv y sus vecinos egipcios.

Las miradas se posan ahora sobre Arabia Saudí. La monarquía árabe, que durante décadas se ha referido a Israel como “la entidad sionista”, podría estar próxima a dar el paso de normalizar relaciones con Tel Aviv. Israel, por su parte, ha dado el visto bueno a la transferencia de la soberanía de las islas de Tirán y Sanafir, en el mar Rojo, de Egipto a Arabia Saudí. La próxima visita del presidente estadounidense Joe Biden a Oriente Medio, que le llevará por Israel, los Territorios Palestinos y Arabia Saudí, puede ser determinante en este sentido (está previsto, por otra parte, que Estados Unidos patrocine una cumbre cuatripartita junto a India, Israel y Emiratos en el curso de la citada gira). El ministro de Exteriores israelí, Yair Lapid, ya había avanzado recientemente que Estados Unidos, Emiratos y su Gobierno trabajaban para lograr un acuerdo definitivo con Riad.

En una región en que, más de una década después de las Primaveras Árabes, Estados Unidos ha decidido jugar un papel más discreto que en otros tiempos e Irán se ha convertido en la némesis del mundo suní, han sido las monarquías árabes las que han abierto el camino hacia la plena normalización de Israel en Oriente Medio en tiempo récord. La democracia y los derechos humanos pueden esperar. Parafraseando al otro, it’s business, stupid!