Ucrania celebra estos días su semana más patriótica en medio de los incesantes ataques y bombardeos de las fuerzas rusas. La guerra dura ya más de seis meses, y lejos de atisbarse el final, los de Volodímir Zelenski extreman la alerta, porque temen que Rusia aproveche los festejos por el día de la independencia, que es este miércoles, para realizar una ofensiva cruel que podría tener catastróficas consecuencias. Además, también se temen a las represalias tras el atentado que acabó con la vida de Daria Dugina, hija del ‘cerebro de Vladimir Putin’, Alexander Dugin. Desde Moscú, donde se produjo el suceso, aseguran que el ataque lo perpetró Natalia Pavlovna Vok, una agente del servicio secreto de Ucrania, según el Kremlin, pese a que Kiev insiste en desvincularse del atentado.
En este escenario, el Gobierno ucraniano ha pedido extremar la precaución. Hoy se celebra el día de la bandera nacional, y desde ayer ya se pidió a los ciudadanos de Kiev, que han vuelto en masa a la capital en las últimas semanas, que eviten las aglomeraciones en las calles; que no haya concentraciones a pesar de las celebraciones que se están dando estos días, en las que se han visto exposiciones en las calles de los tanques rusos que han caído en batalla.
En esta línea, el servicio secreto de Estados Unidos también ha señalado que las probabilidades de que en los próximos días haya ataques contra infraestructuras civiles o edificios gubernamentales es muy alta. De hecho, atendiendo a estas amenazas, los trabajadores de esos edificios desde ayer están trabajando desde su casa, y así lo harán probablemente hasta el viernes, como ha reclamado el Gobierno.
La situación es de máxima alerta. Así lo relata también Marcos Méndez, reportero de Informativos Telecinco en Ucrania, quien explica que incluso para su emisión en directo les han solicitado documentación, realizado fotografías y les han indicado el plano que debía registrar la cámara para delimitar lo que se puede enseñar y lo que no, pese a estar en esos momentos en una calle normal del centro de Kiev; precauciones máximas para una situación de máximo riesgo.
Con esto en consideración, la tensión además se recrudece ante la situación en la central de Zaporiyia, militarizada y ocupada en su mayoría por las fuerzas rusas. Ayer, precisamente, EEUU, Francia, Alemania y Reino Unido, apoyando al presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, coincidían al afirmar que la ONU tendría que intervenir para desmilitarizar la central. Sin embargo, hoy lo que ha sorprendido es que ha sido la propia Rusia la que, en un movimiento inesperado, ha solicitado una reunión de urgente al Consejo de Seguridad de Naciones Unidas para tratar la situación de seguridad de Zaporiyia; y la solicita para hoy mismo.