Miles de ciudadanos despiden a Mijaíl Gorbachov, el último dirigente de la Unión Soviética, en Moscú

Miles de ciudadanos rusos han pasado este sábado por la Sala de las Columnas de la Casa de los Sindicatos de Moscú, reservada a personalidades ilustres, para despedirse de Míjail Gorbachov, último dirigente de la Unión Soviética, fallecido este pasado martes a los 91 años tras una larga y grave enfermedad.

El lugar donde se instaló la capilla ardiente, que apenas duró cuatro horas, ha sido "una decisión de la familia", tal y como ha precisado un portavoz de la Fundación Gorbachov. A continuación, el último líder soviético ha sido enterrado, sin salvas de honor, en el cementerio Novodévichi junto a su esposa, Raísa, fallecida en 1999. Descansar al lado de los restos de su mujer era su deseo, según ha señalado la única hija del matrimonio, Irina.

En la Sala de las Columnas de la Casa de los Sindicatos de Moscú han tenido lugar los funerales de destacadas personalidades de la historia del país, incluido el fundador de la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS), Vladimir Lenin. El último político cuyo velatorio tuvo lugar en esta sala fue el del líder del Partido Liberal-Democrático de Rusia Vladimir Zhirinovski, fallecido en abril de 2022.

Adiós a Gorbachov sin Putin ni homenajes de Estado

Por decisión del presidente del país, Vladimir Putin, estas exequias no han tenido significación de Estado. No obstante, el sepelio ha contado con ciertos elementos de ceremonia de Estado como ha sido la presencia de la Guardia de Honor.

El mandatario, ausente en el funeral y en el entierro por, según su portavoz, Dimitri Peskov, "motivos de agenda", describió esta semana a Gorbachov como "un político y un estadista que influyó enormemente en la historia mundial". El jefe del Kremlin dijo que "Gorbi" dirigió el país en un "período de complejos y dramáticos cambios, de desafíos sociales, económicos y de política exterior de gran envergadura".

Sin luto nacional, Putin se limitó el pasado miércoles a depositar un ramo de flores ante el féretro en el Hospital Central Clínico de Moscú. Por parte de la cúpula política rusa, la presencia más representativa ha sido la del exmandatario del país y actual vicepresidente del Consejo de Seguridad, Dimitri Medvedev. También han estado presentes en los actos fúnebres algunos diputados y figuras del mundo cultural.

Excepto el primer ministro de Hungría, Viktor Orbán, ningún otro líder occidental ha acudido a Moscú para despedirse de Gorbachov. Después del inicio de la invasión de Ucrania por las tropas rusas, el pasado 24 de febrero, se suspendieron los vuelos entre Rusia y la mayor parte de los países de Occidente, lo que complica enormemente la tarea de desplazarse hasta la capital rusa.

Gorbachov fue el artífice de los primeros pasos de la Rusia moderna. Su figura está asociada a la Perestroika, un conjunto de reformas políticas dentro del Partido Comunista de la URSS que le granjeó más admiradores fuera que dentro.

Muchos líderes y figuras públicas occidentales han destacado estos días el papel de Gorbachov en el final pacífico de la Guerra Fría y su compromiso con los ideales humanistas. En su país, sin embargo, sigue cundiendo cierto malestar en parte de la ciudadanía hacia una figura que asocian al fin de una época de esplendor.

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