La Unión Europea se lanza en brazos de Argelia como alternativa al gas ruso

  • Con España vetada en Argel, Francia quiere tomar la delantera y tras la gira de Macron envía una delegación con 16 ministros y la primera ministra Borne al país norteafricano para estrechar lazos con su antigua colonia

La Unión Europea trata estos días en Argel de reforzar la cooperación energética con el país norteafricano, convertido en el principal proveedor de gas, en plena estrategia contrarreloj de desconexión de Rusia. Desde el fin de semana se celebran prácticamente de manera simultánea la quinta sesión del comité intergubernamental de alto nivel Francia-Argelia, la cuarta reunión anual de alto nivel del diálogo energético entre Argelia y la UE y el segundo foro empresarial Argelia-UE sobre energía.

El invierno se aproxima lentamente y, más allá de las buenas palabras sobre la fortaleza de la alianza con Argel y el impulso de las energías renovables en los próximos años, todos ambicionan hoy los hidrocarburos argelinos en la coyuntura de crisis energética internacional abierta por la guerra en Ucrania. Bruselas trabaja en el establecimiento de un marco estable de inversiones y compra de gas argelino en el horizonte de la próxima década para las distintas gasistas europeas, incluidas las españolas.

El objetivo de las autoridades comunitarias, que estudia poner un límite al precio del gas importado por sus países miembros, es evitar que Argelia venda el gas al precio marcado por el TFF, el índice del mercado neerlandés y principal referencia del continente que la UE quiere modificar al considerarlo demasiado especulativo. Así las cosas, Bruselas trabaja en la puesta en funcionamiento de una plataforma comunitaria de compras conjuntas para evitar que la competencia entre países eleve los precios del gas natural licuado.

En este sentido, y a pesar de la crisis diplomática abierta entre el Gobierno de Sánchez y Argelia el pasado jueves el operador argelino Sonatrach hacía público el acuerdo alcanzado con el español Naturgy sobre el incremento del gas -aunque sin ofrecer detalles sobre el precio final- que, con carácter retroactivo, se aplicará desde el 1 de enero de 2022. El siguiente paso será la negociación de las tarifas para 2023 en el marco que vincula a las dos sociedades hasta 2030.

Entre otros aspectos, resta ahora por ver si la oxidada maquinaria del Estado argelino está en condiciones de aumentar de manera notable a corto y medio plazo la producción de gas para satisfacer la demanda de los distintos países europeos. La producción de gas argelina se situó en los 100.000 millones de metros cúbicos el año pasado y el actual deberá cerrar con una producción de 103.000 millones, según datos de S&P Global recogidos por Radio France Internationale. Los planes del Gobierno argelino pasan por elevarla a los 106.000 millones de metros cúbicos. Pero producción no quiere decir exportación: el consumo doméstico argelino aumenta de manera considerable cada año.

UE quiere consolidar “aún más” la alianza con Argelia

En su primer día en la capital argelina la comisaria europea de Energía Kadri Simson expresó el deseo de la UE de estrechar “aún más” la relación en materia energética con Argelia y dejó claro que ello pasa por aumentar las importaciones de gas desde el país norteafricano. “Somos socios desde hace mucho tiempo y ambos nos beneficiaríamos del aumento de los volúmenes de gas de Argelia potencialmente disponibles para exportar a Europa. Este aumento podría lograrse en cooperación con empresas europeas aprovechando nuevos yacimientos de gas”, aseguró Simson.

“Los lazos en el sector de la energía entre Argelia y la UE son históricos, fuertes y profundos”, zanjó la comisaria de Energía en su cuenta oficial de Twitter en la tarde del lunes. Acababa de concluir la cuarta reunión anual de alto nivel de diálogo energético entre Argelia y la Unión Europea, y Simson estuvo acompañada por el ministro argelino de Energía Mohamed Arkab. Un foro, por cierto, que no se celebraba en Argel desde noviembre de 2018.

Entre los temas abordados en la primera jornada del encuentro de alto nivel constan el desarrollo de inversiones en la exploración y producción de hidrocarburos, perspectivas de impulso de la industria del gas y del hidrógeno verde, la electricidad y la cooperación en el ámbito de las renovables y la eficiencia energética.

Además, entre hoy y mañana la capital argelina acogerá el segundo foro empresarial Argelia-UE sobre energía previsto para los días 11 y 12. El primer Foro Empresarial Argelia-UE se celebró en mayo de 2016 en Argel. No casualmente han regresado de repente viejos foros y convocatorias entre la UE y sus colegas argelinos.

Francia resetea su relación con Argelia

Entretanto, Francia trata de aprovechar el momento para resetear la relación con su antigua colonia. El primer hito había sido la visita del presidente galo Emmanuel Macron a Argel y Orán a finales de agosto. Domingo y lunes una delegación francesa encabezada por la primera ministra Élizabeth Borne –a la que acompañaron un total de 16 ministros- ha tratado de convertir en acuerdos concretos la nueva alianza –que se forja en medio de un período de crisis en las relaciones entre París y Rabat- en todos los terrenos, incluido el energético. Tras la gira de Macron trascendió en medios del Hexágono que la intención del mandatario galo era incrementar nada menos que un 50% las importaciones de gas argelino.

A falta de un gran compromiso en materia energética –aunque ambas administraciones han suscrito 12 acuerdos-, como ocurrió en la visita estival de Macron, las dos jornadas de trabajo de la jefa del Ejecutivo galo en Argelia han estado marcadas por el simbolismo. Francia quiere sentar sobre unas bases firmes las nuevas relaciones con Argelia consciente de la importancia que tiene el potencial en recursos naturales del país norteafricano para la nueva etapa del continente.

Para ello Macron no está teniendo inconveniente en privilegiar la relación con Argel en detrimento de la siempre fuerte con Rabat. No en vano, a su regreso de Argelia el mandatario galo prometió para este mes una visita a Marruecos de la que no se ha sabido más.

Por lo pronto, los dos países celebraron la quinta reunión del Comité Intergubernamental de Alto Nivel franco-argelino –que tampoco se convocaba desde 2017- y el Foro Empresarial Argelia-Francia. La primera ministra Borne fue recibida por el jefe del Estado argelino, el presidente Abdelmadjid Tebboune.

Con el Ejecutivo de Sánchez vetado en Argel tras el cambio de postura en la cuestión del Sáhara Occidental –el apoyo explícito del Gobierno de Sánchez a Marruecos provocó la indisposición, de manera inmediata, en las relaciones con Argelia el pasado mes de marzo-, Francia e Italia compiten por convertirse en socio preferencial del gigante norteafricano en el seno de la Unión Europea.

Un compromiso por la estabilidad regional

Si el creciente protagonismo de Argelia, que es el décimo productor mundial de gas, para Europa a raíz de la invasión rusa de Ucrania llega en un momento agitado en el Magreb, precisamente la seriedad del escenario puede tener consecuencias positivas en forma de un compromiso regional por la estabilidad.

Desde que se produjo el reconocimiento por parte de Estados Unidos de la soberanía marroquí sobre el Sáhara Occidental y el restablecimiento de relaciones diplomáticas con Israel –punto de partida de una flamante alianza empezando por el terreno militar y de inteligencia- las relaciones entre Marruecos y Argelia comenzaron a deteriorarse, y a finales de agosto de 2021 los dos vecinos magrebíes rompían relaciones diplomáticas. Semanas después Argelia dejaba inutilizado el gasoducto Magreb Europa.

No ha llegado la sangre al río entre las dos potencias norteafricanas, sin embargo, y tanto Estados Unidos como la Unión Europea han mantenido en los últimos meses un medido equilibrio en sus relaciones con Rabat y Argel con vistas a procurar la mayor estabilidad posible el Magreb ante el deterioro previsible de la situación en Ucrania y el agravamiento de la crisis energética en los próximos meses.

En ese sentido debe enmarcarse la visita de la presidenta de la Comisión Europea a Rabat en febrero y del Consejo Europeo en septiembre, en el curso de la cual se avanzó la actualización del Acuerdo de Asociación entre Argelia y la UE (suscrito en 2002 y en vigor desde 2005). Y en el mismo contexto debe situarse la gira del secretario de Estado de Estados Unidos a Rabat y Argel a finales de marzo. El mensaje conjunto es claro: os necesitamos a ambos, y lo mejor avenidos posible.