El momento más tenso de una crisis legislativa inédita en siglo y medio en EE.UU.
Un congresista republicano tuvo que ser agarrado para no llegar a las manos con otro de su mismo partido
Sucedió en la votación anterior a la que proclamó a Kevin McCarthy presidente de la Cámara de Representantes
La votación del presidente de la Cámara Baja de EE.UU. se convierte en la más larga en 164 años
MadridEl momento no podía ser más tenso. Eran las 11 de la noche del viernes, después de cuatro días de votaciones, discusiones y rifirrafes en la Cámara de Representantes. El cansancio y los nervios eran palpables. Se acababa de celebrar la votación número 14 para elegir a su presidente y de nuevo el candidato republicano, Kevin McCarthy, se había quedado a las puertas de la elección.
Esa votación decimocuarta parecía ya la definitiva. McCarthy había conseguido atraerse a algunos republicanos rebeldes que habían exigido más cuotas de poder y el triunfo parecía asegurado. Pero no. Se quedó a un solo voto de la mayoría, y ese voto tenía cara y nombre: el del republicano de Florida, Matt Gaetz, su principal crítico.
Hacia él se dirigió McCarthy una vez terminada la votación y ambos iniciaron una discusión. El resto de los congresistas contemplaban la escena girados hacia esa bancada. McCarthy estaba serio. Gaetz desafiante. Para los partidarios del primero, Gaetz personificaba una inmensa piedra en el camino del segundo para convertirse en presidente de la cámara.
Tras un breve intercambio de palabras, apareció un aliado clave de McCarthy, el representante de Alabama Mike Rogers. En ese momento McCarthy volvió a su sitio pero a medio camino algo llamó su atención. El tono había subido en la sala. Lo que vio fue a Rogers agarrado por otro congresista para evitar que llegara a las manos con Gaetz.
La escena la captaron varios fotógrafos y las cámaras de televisión. Fue el momento más tenso de una jornada que se recordará en la historia de la Cámara de Representantes, con una crisis legislativa sin precedentes en más de siglo y medio.
McCarthy no consiguó convencer a Gaetz de que cambiara el sentido de su voto y volvió abatido a su asiento con la idea en mente de un aplazamiento de la sesión hasta el lunes. Pero algo pasó entonces y ese algo era Donald Trump. El expresidente llamó por teléfono a varios de sus congresistas más fieles y les convenció para que cambiaran su voto.
Al final seis díscolos republicamos se limitaron a votar “presente” y eso fue suficiente para que MCarthy consiguiera su ansiada mayoría. Eso sí, a cambio de tremendas concesiones a los partidarios de Trump.