Starmer implantará el carné de identidad digital obligatorio para frenar la inmigración ilegal en Reino Unido
El primer ministro británico defiende la medida como respuesta a la oleada de la ultraderecha
El documento obligatorio será necesario para alquilar una vivienda y para trabajar en Reino Unido
El auge de la ultraderecha desafía a Keir Starmer, en Reino Unido, donde ha salido a las calles a mostrar su rechazo a la inmigración. El primer ministro británico, en respuesta ha anunciado la introducción por primera vez en el Reino Unido de una tarjeta de identificación digital que será obligatoria para trabajar o alquilar vivienda, con el objetivo de disuadir a la inmigración ilegal.
En Reino Unido no existe un documento nacional de identidad, y a los ciudadanos les basta para identificarse el pasaporte, el carné de conducir u otros justificantes, pero Starmer va a cambiar eso para luchar contra los inmigrantes ilegales.
“No es una política compasiva de izquierdas acabar dependiendo de un tipo de oferta laboral que explota a los trabajadores extranjeros y socava unos salarios justos. Es un simple hecho que cada nación necesita controlar sus propias fronteras”, ha explicado Starmer. “Durante muchos años ha sido demasiado fácil llegar hasta el Reino Unido, infiltrarse en la economía sumergida y permanecer aquí ilegalmente”.
El líder laborista, ha hablado de la necesidad de tener "una frontera segura y una migración controlada", que "son demandas razonables, y este Gobierno está escuchando y cumpliendo", ha asegurado Starmer, en clara alusión a las acusaciones de la derecha sobre la inmigración en Reino Unido.
Para Starmer, la identificación digital "endurecerá la lucha contra el trabajo ilegal y ofrecerá a los ciudadanos ventajas al demostrar su identidad para acceder rápidamente a servicios clave".
Reacción de políticos y activistas que avisan de excesiva intromisión del Estado
La implantación del nuevo documento de identidad obligatorio implicará la existencia de una base de datos centralizada, algo que ha provocado la reacción de algunos políticos y organizaciones de derechos humanos, que ya avisan de una excesiva intromisión del Estado.
La información oficial habla de una credencial se integrará en la futura cartera digital del Gobierno y que se podrá llevar en el teléfono del usuario con cifrado de "última generación".
No será obligatorio llevarla encima, ni mostrarla salvo en los casos exigidos, pero sí habrá que tenerla para demostrar obtener un empleo y, en una segunda fase, para alquilar una vivienda.
El carné, que se prevé que entre en vigor esta legislatura, previa probación de una ley, incluirá nombre, fecha de nacimiento, nacionalidad o estatus de residencia y foto para verificación biométrica.
Si el móvil se pierde, los datos podrán revocarse y reemitirse, detalla el comunicado.
El Gobierno laborista subraya que el documento permitirá agilizar trámites como la obtención del permiso de conducir, el acceso a historiales fiscales y la solicitud de ayudas sociales, reduciendo la necesidad de papeleo.
La aprobación del nuevo documento de identidad requerirá de una consulta pública
Para cualquier gestión burocrática en el Reino Unido hay que probar la identidad con varios medios a la vez, lo que puede incluir también, por ejemplo, la presentación de facturas para demostrar la residencia.
El Ejecutivo abrirá este año una consulta pública para definir el servicio y garantizar el acceso de personas sin teléfono inteligente, facilitando asistencia presencial para colectivos vulnerables, dice el comunicado.
Según el primer ministro, la nueva herramienta servirá para cerrar el acceso al mercado laboral a quienes no tienen derecho a residir en el país y reducir así uno de los principales reclamos de las travesías irregulares desde Francia en bote por el canal de la Mancha.
El proyecto original del documento de identidad fue impulsado en 2006, por Tony Blair, pero fue anulado en 2010 por los conservadores al considerarlo costoso y una amenaza a la privacidad.