Estados Unidos

Pillan a Donald Trump y Melania en plena discusión: tensión, señalamiento con el dedo y aspavientos

Donald Trump y Melania Trump, en el helicóptero presidencial. Informativos Telecinco
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Donald Trump ha vuelto a protagonizar una escena de tensión con su esposa, la primera dama estadounidense, Melania Trump, a quien ya se ha visto otras veces sin ocultar en sus gestos cuando algo de su marido no le gusta. En esta última ocasión la escena se ha producido cuando bajaban del helicóptero presidencial, nada más llegar a la Casa Blanca.

Concretamente, tal como se aprecia en el vídeo, la secuencia recoge una aparente discusión y un Donald Trump que se levanta y la señala con el dedo mientras ella niega con la cabeza.

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Donald Trump y su implacable política autoritaria contra sus adversarios

Más allá de esta escena, lo que también está en el foco es la implacable política autoritaria que el mandatario estadounidense continúa ejerciendo contra sus adversarios. Ejemplo de ello es su animadversión hacia James Comey, convertida casi en una obsesión. No en vano, el presidente estadounidense lleva amenazando y atacando al que fuera director del FBI casi una década.

Sin ir más lejos, ayer mismo, jueves 25 de septiembre, dijo que “Comey es una mala persona”, calificándolo de “enfermo”.

“Hizo cosas terribles en el FBI”, ha señalado, pero hasta ahora nunca había logrado llevar a juicio a uno de sus enemigos políticos. La razón y el eje del asunto tiene que ver con que Comey investigó la injerencia rusa en su primera campaña electoral, algo que el mandatario estadounidense ni olvida ni perdona.

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James Comey, imputado por el Departamento de Justicia de Donald Trump

“El miedo es el arma del tirano”, ha declarado el exdirector del FBI tras conocer su imputación por parte del Departamento de Justicia de Trump y reclamar su inocencia.

Al respecto, cada vez más voces denuncian la deriva autoritaria de un presidente que en apenas nueve meses ha llevado sus poderes hasta el límite para lograr sus objetivos. Ejemplo de ello es el uso la Guardia Nacional en redadas contra migrantes en California o el envío de soldados, igualmente, para combatir la criminalidad en Washington. Allí, de hecho, Trump acaba de devolver la pena de muerte.

"Pena capital en la capital", ironizaba el magnate republicano 35 años después de su abolición.

En esta deriva, son notorias sus presiones y amenazas a los jueces, a los medios no afines y a los que le critican, incluso desde el humor.

Donald Trump sigue, además, sin admitir que en el 2020 perdió las elecciones. Ayer volvía a hablar de fraude ante el presidente turco. Se permitía incluso utilizar la ironía: "Él sabe más que nadie de elecciones amañadas”,  decía ante un Recep Tayyip Erdogan, –su homólogo turco–, perplejo.