El acoso de Julia Wandelt a los padres de Madeleine McCann fue "cruel e impacable", subrayan los fiscales

Imagen de Julia Wandelt, la joven polaca que decía ser Madeleine McCann desde 2022
Imagen de Julia Wandelt, la joven polaca que decía ser Madeleine McCann desde 2022. Informativos Telecinco
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Este lunes ha tenido lugar en Reino Unido una nueva sesión del juicio por el presunto acoso que sufrieron los padres de Madeleine McCann por parte de Julia Wandelt, la joven polaca que afirmaba ser la pequeña británica desaparecida, y Karen Spragg, una mujer de 61 años a la que acusan de apoyar el discurso de Wandelt.

Los fiscales han afirmado durante el juicio que el presunto acoso de las dos mujeres a los McCann fue "cruel e implacable" y no mostraba señales de detenerse. El abogado Michael Duck KC, según recoge 'BBC', ha asegurado que las pruebas demuestran que Julia Wandelt era "capaz de ser increíblemente manipuladora".

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Dirigiéndose al jurado en el Tribunal de la Corona de Leicester, el letrado ha afirmado que Karen Spragg, de 61 años, quien ayudó a organizar una confrontación en la puerta de la casa de los McCann para pedir una prueba de ADN, no era "una cómplice" y había sido una "participante voluntaria" con una "noción preconcebida" de la desaparición no resuelta en Portugal en 2007.

El comportamiento de Julia Wandelt con los padres de Madeleine McCann

Ambas acusadas niegan haber acosado a Gerry y Kate McCann y causarles grave alarma y angustia durante dos años y medio. El abogado Duck también hizo mención de una carta que, según el letrado, fue "redactada conjuntamente" por las dos acusadas, firmada por Julia Wandelt como Madeleine y entregada en mano en el domicilio de los McCann en diciembre de 2024, un día después de que se les dijera a las acusadas que dejaran de intentar contactar con los progenitores. Este documento demuestra, según Duck, que el "tormento" de la pareja a la familia "no iba a cesar".

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El abogado subraya que "cualquier sugerencia de que haberse realizado una prueba de ADN habría detenido su acoso era una tontería". El letrado señaló la negativa de la señorita Wandelt a aceptar que "el juego finalmente había terminado" cuando le comunicaron el resultado de la prueba de ADN en abril de este año. Cuando Duck sugirió que los supuestos recuerdos de infancia de Wandelt como Madeleine McCann eran "una manifestación" y que los detalles provenían de los vídeos caseros de los McCann que se publicaron en línea, la joven polaca se emocionó y abandonó el banquillo entre lágrimas.

Además, el abogado destacó otro cambio: Wandelt pasó de firmar los mensajes como Madeleine y llamar a Kate McCann "mamá" a que Karen Spragg le enviara un mensaje a Kate diciéndole que ella solo "cree que puede ser" la niña desaparecida. "Operaban juntas y tenían la capacidad y la voluntad de manipular. Es absolutamente claro que nunca hubo ni podría haber pruebas que respaldaran su creencia, basándose únicamente en sus propias afirmaciones", apuntó el letrado. "Julia Wandelt no es Madeleine McCann, y las únicas personas que no están dispuestas a aceptarlo son las dos que están sentadas en el banquillo de los acusados", precisó.

Una amiga de Karen Spragg defendió que es una persona "sincera, confiable y honesta"

Dirigiéndose al jurado, la jueza Cutts KC destacó que cualquiera que tuviera opiniones sobre la desaparición de Madeleine McCann en 2007 debería "dejarlas de lado" y considerar únicamente las pruebas escuchadas durante el juicio. Añadió que ambas acusadas tienen un historial intachable, con solo una advertencia previa en el expediente de Karen Spragg de 2006 por abofetear a un vecino en la nuca durante una discusión.

Durante la sesión, leyó ante el tribunal una carta de recomendación de la cuidadora Susan Aherne, amiga de Karen Spragg desde hace 40 años, que la describía como una "persona genuina" que "escucharía con atención y brindaría apoyo". Una persona, según ella, "sincera, confiable y, sin duda alguna, honesta".

Julia Wandelt, de 24 años, residente de Jana Kochanowskiego, en Lubin (Polonia), y Karen Spragg, de 61 años, residente de Caerau Court Road, en Cardiff (Gales), niegan haber acosado a los McCann causándoles angustia y alarma entre junio de 2022 y febrero de 2025. El juicio continúa.