Dos ancianas de 90 años se niegan a abandonar su hogar: una cueva

Informativos Telecinco
23/01/201920:29 h.Las dos ancianas, de noventa años de edad, se oponen a trasladarse de ‘Sassi’, esta cueva ubicada en la región italiana de Matera. “Aquí moriremos”, aseguran entre emoción. Desde esa estructura han presenciado la guerra y el fascismo, de la que añaden que fue un periodo “feo”, recuerda una de las ancianas.

Asimismo, fueron testigos de la rehabilitación del asentamiento en 1993, tras ser considerado Patrimonio de la Humanidad por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco) y, en el 2019, Capital Europea de la Cultura. A pesar del desarrollo del sector artesano y de diseño del enclave, diversas casas se venden o se alquilan dada la advertencia previa de insalubridad emitida en el año 1952.
Sus últimos días en paz
Estas dos mujeres apenas comen y beben. Ya se aprecia el paso de los años en ellas mientras que una habla, la otra se limita a asentir con la cabeza. Provienen de una familia acomodada y, al igual que sus hermanos ahora difuntos, no tuvieron ni pareja, ni descendencia. La vivienda fue parte de una herencia familiar, y gracias al cuidado de una vecina logran subsistir a sus 90 años.
La cueva está decorada como si de un inmueble se tratase, con todo tipo de cuadros que escenifican la época en la que vivieron. Uno de ellos muestra a su madre transportando el agua para beber, y otro el vehículo que empleaban al recolectaban aceitunas. Momentos que distancian mucho de la idea de alejarse de aquel emotivo parador para estas dos mujeres.
El dormitorio en el que habitan cuenta con una vieja cama, un armario de pequeña dimensión, un par de cómodas y un baúl. También poseen un desván que previamente utilizaban como granero. También guardan una época menos "amable". Durante la guerra la zona fue atacada, por lo que tuvieron que refugiarse en las grutas y cuevas paleolíticas de los alrededores.
Instalaciones
A pesar de parecer algo antiguo y con limitación de recursos, la cueva cuenta con calefacción y una televisión, la única forma de permanecer en contacto con el mundo. Ante la sugerencia de abandonar ese lugar e irse a otro más cómodo, estas dos ancianas se quedan de manera definitiva. Según estas dos mujeres, las casas de sus vecinos “eran feas” y por eso se marcharon. Sin embargo, ellas no tenían que dormir entre animales, sino que poseían un recinto especializado para eso apartado de la casa principal. Otro de los inconvenientes es la soledad. Al no tener familiares cercanos se haría muy difícil controlar sus propiedades a distancia.
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