Arranca el juicio contra el exagente de policía que mató a George Floyd

  • El jurado compuesto por 12 miembros ha sido seleccionado tras un complejo proceso

  • El juicio contará con abogados estrella, se llevará a cabo bajo estrictas medidas de seguridad y se retransmitirá en directo

  • El expolicía de Minneapolis enfrenta cargos de homicidio, homicidio en segundo grado y homicidio en tercer grado por la muerte del afroamericano

Todo está a punto para que comience la sesión. A las 9 de la mañana de este lunes, el exagente de policía Derek Chauvi se sentará en el banquillo de los acusados frente a los 12 miembros del jurado que, a lo largo de las próximas semanas, escucharan los argumentos de la fiscalía y la defensa para declararlo culpable o no culpable del asesinato de afroamericano George Floyd.

Las imágenes de la muerte de Floyd, grabadas el 25 de mayo de 2020 en Minneapolis (Minnesota) por las cámaras de seguridad de la calle y por algunos transeúntes que presenciaron sus últimos minutos de vida, dieron la vuelta al mundo y desataron una oleada de protestas a nivel nacional e internacional que reclamaban justicia racial y se manifestaban contra la brutalidad de la policía. Desde el asesinato de Martin Luther King Jr., a finales de la década de 1960, no se había visto un movimiento de masas por los derechos civiles comparable.

Quienes vieron el video, no olvidarán la agonía del hombre de 46 años, esposado y tendido en el suelo, que repitió en más de 20 ocasiones “no puedo respirar”, mientras la rodilla del policía Chaivu presionaba su cuello y espalda, utilizando -durante 9 minutos y 46 segundos-, una técnica letal de estrangulamiento que terminó en el fatal desenlace.

Chauvin, de 44 años, ha sido acusado de tres cargos: asesinato en segundo grado penado con hasta 40 de cárcel, asesinato en tercer grado con una condena máxima de 25 años, y homicidio en segundo grado, que conlleva hasta 10 años de privación de libertad.

La selección del jurado, un complejo proceso con gran influencia mediática

El proceso de selección de las personas que se encargarán de juzgar al exagente no ha sido nada fácil.

En el mes de diciembre se envió un cuestionario a los buzones de los vecinos de Minneapolis para iniciar la preselección del jurado en el que se preguntaban sus opiniones sobre una amplia serie de temas. En ellas se indagaba acerca de su posible relación con el movimiento Black Lives Matter (Las vidas negras importan) originado dentro de la comunidad afroestadounidense; con el contramovimiento Blue Lives Matter (Las vidas azules importan, haciendo referencia al color de los uniformes de la policía), o sus conclusiones sobre el si el sistema de justicia penal es racialmente discriminatorio.

Pero el caso de Floyd ha sido tan mediático, que la posibilidad de encontrar ciudadanos con perfiles adecuados pero ajenos a la información publicada, y que no tengan opinión sobre el tema o que sean capaces de dejarla a un lado para evaluar las pruebas del juicio con objetividad, era especialmente compleja. De hecho, tras más de un centenar de entrevistas, todos los miembros seleccionados finalmente tenían con anterioridad conocimiento del polémico suceso, y todos, o todos menos uno, según fuentes, han visto al menos uno de los vídeos.

Serán 12 personas las que determinen el veredicto final, pero el jurado seleccionado está compuesto por un total de 15 ciudadanos, aunque, tal y como determina la Ley de Procedimiento Penal de Minnesota, los últimos tres elegidos son los suplentes, siendo el decimoquinto un jurado “de reserva” que sustituirá a algunos de los dos anteriores en caso de que estos no puedan cumplir con su tarea.

El jurado: nueve blancos, cuatro negros y dos mestizos

La identidad de los miembros del jurado no será revelada durante el juicio, pero se sabe que está compuesta por nueve mujeres y seis hombres, de los cuales, nueve son de raza blanca, cuatro de piel negra y dos mestizas, con edades comprendidas entre los 20 y los 60 años.

Uno de los miembros del jurado elegido días atrás, manifestó que tenía una opinión “algo negativa” acerca de Chauvin, tras ver en el vídeo el tratamiento que le dio a Floyd estando bajo custodia policial. Pero también señaló que no apoyaba quitarle fondos económicos a la policía y creía que, por otro lado, que la policía trató de mantenerlo a salvo.

Un acuerdo de 27 millones de dólares en pleno proceso de selección

Mientras la fiscalía y los abogados defensores del agente acusado interrogaban en un plazo de tres semanas a los posibles miembros del jurado, en pleno proceso, la ciudad de Minneapolis anunció un acuerdo con la familia de Floyd para indemnizarla con 27 millones de dólares ante la demanda penal presentada por estos, lo que intranquilizó a la defensa y a la acusación, aunque por diferentes razones: a los abogados de Chauvin les preocupa que los miembros del jurado piensen que su defendido es culpable porque Minneapolis haya decidido indemnizar a los parientes de la víctima; la defensa, por su parte, teme que el jurado opine que no se debe condenar al expolicía porque ya ha habido un compensación económica para la familia de Floyd.

Y en efecto, con los titulares de los 27 millones de dólares publicados en la prensa, algunos miembros del jurado reconocieron que al tener conocimiento del pago, su opinión tendía a culpabilidad de Chauvin, por lo que no podían ser justos e imparciales. Otros han dicho que podrían mantenerse al margen de lo que se ha dicho en los medios de comunicación y ser justos.

Dada la situación, el juez Chaill tuvo que despedir a dos de los componentes del jurado ya seleccionados y hacer los cambios pertinentes. Y aunque todo finalmente se ha hecho en el plazo establecido, los intentos de la defensa para que el juicio se aplazara y cambiara de sede, han sido rechazados por el magistrado.

El juez Cahill, un hombre blanco y con fama de ser directo, dijo que la base de la moción de la defensa para una demora es "la esperanza de que a medida que pase el tiempo, la gente olvide algo de la información publicada antes del juicio".

Pero “desafortunadamente – continuó diciendo el magistrado-, creo que la información previa al juicio en este caso continuará sin importar cuánto tiempo la retrasemos. Quizás la gente pueda olvidar algo de él con el tiempo”, pero tendría que pasar demasiado.

En cuanto al traslado a otra localidad, el magistrado ha argumentado que no cree “que eso dé al acusado ningún tipo de juicio justo más allá de lo que estamos haciendo hoy aquí. No creo que haya ningún lugar en el estado de Minnesota que no haya estado sujeto a cantidades extremas de cobertura mediática sobre este caso".

Floyd ya había sido arrestado por la policía en 2019

George Floyd fue detenido el pasado 25 de mayo por ser sospechoso de haber intentado usar un billete falso de 20 dólares en un supermercado, la misma cantidad que cobrarán al día cada uno de los miembros del jurado mientras la ley requiera su presencia en la Corte.

En un fallo aparte, el juez Cahill ha dado autorización a la defensa para que mencione en el juicio los detalles de un arresto de Floyd por parte de la policía de Minneapolis en mayo de 2019, casi un año antes de su muerte.

El incidente de 2019, según ha argumentado la defensa, es notablemente similar a las circunstancias dadas antes de que Floyd fuera presionado contra el suelo durante más de nueve minutos mientras intentaba respirar.

En ambos casos, pesa sobre Floyd una acusación por ingerir drogas cuando se enfrentaba a la policía, así como actuar de forma errática. La pieza central de la estrategia de defensa de Chauvin es argumentar que Floyd murió de una sobredosis de drogas y no por el uso de la fuerza del expolicía. Aunque el informe de la autopsia encargado por la familia confirma que Floyd murió por asfixia.

Los fiscales han dicho que la admisión del incidente de 2019 es el argumento que la defensa pretende utilizar para que Floyd sea más verdugo que víctima. No obstante, señalan una diferencia importante entre los dos episodios: en 2019, los agentes buscaron tratamiento médico para Floyd y sobrevivió. En 2020, el afroamericano no corrió la misma suerte.

Una prueba de fuego

Los casos judiciales contra agentes de policía por actos de violencia cometidos en el desempeño de sus funciones se dan en muy pocas ocasiones en Estados Unidos y las condenas, proporcionalmente, se dan menos aún.

Pero el juicio por la muerte de George Floyd es visto como una prueba de fuego para la justicia estadounidense teniendo en cuenta que, si ya históricamente el país arrastra un largo recorrido de discriminación racial, en el último año, el eco de las manifestaciones contra el racismo y la violencia policial surgidas a raíz de la muerte del afroamericano se mantienen más vivo que nunca. Tanto, que todo el proceso de selección del jurado se ha desarrollado en el juzgado de Minneapolis en medio de enormes medidas de seguridad, con un tribunal protegido con barreras de cemento, alambre de púas y patrullado por soldados de la Guardia Nacional con el fin de evitar enfrentamientos, la llegada de milicias de la ultraderecha o miembros de grupos racistas.

El caso de Chauvin, que arranca con la exposición de los argumentos preliminares, promete ser extraordinario por varias razones: contará con abogados estrella, se llevará a cabo bajo estrictas medidas de seguridad y se transmitirá en directo.

Los juicios de los otros tres exoficiales involucrados en el arresto de Floyd, acusados de complicidad de un homicidio en segundo grado, están programados para agosto.