El asesino de Utoya "disparaba primero a las chicas más guapas"

INFORMATIVOS TELECINCO 24/07/2011 16:27

Los supervivientes de la matanza en la isla noruega de Utoya han podido describir cómo vivieron la larga hora y media de terror en lo que iba a ser un divertido campamento de verano y que se saldó con 86 muertos, según publica el diario británico Dailymail.

Algunos de los afortunados que sobrevivieron, de entre 15 y 25 años, lo consiguieron gracias a que se escondieron en una pequeña cabaña e hicieron una barricada con colchones. Otros se agazaparon detrás de los árboles, se tumbaron entre los cuerpos de sus compañeros fallecidos, se hicieron pasar por muertos o se lanzaron a las congeladas aguas para escapar de la isla.

Al principio, mucha gente pensó que era una broma, pero pronto se dieron cuenta de la gravedad de la situación cuando el asesino, Anders Behring Breivik, comenzó a dispararles. Otros aseguran que Breivik "disparaba antes a las chicas más guapas" y "reía y gritaba" mientras asesinaba a sus víctimas.

Dos chicas, de 19 años, permanecieron escondidas en un congelador durante dos horas mientras intentaban contactar con sus amigos y familiares.

Erlend Fosseida Selre cuenta que se encontraba viendo las noticias de las bombas en Oslo por la televisión cuando empezó el tiroteo y se escondió en el refrigerador. "Desde dentro podíamos oír disparos y voces. Supusimos que era el asesino paseándose a nuestro alrededor. Decidimos permanecer allí dentro hasta que alguien viniera a abrir la puerta, y rezamos por que no fuera él", ha narrado la joven al diario Sunday Telegraph.

Otra de las supervivientes, Prableen Kaur, asegura que el asesino disparó a varias personas a su alrededor. Desesperada por sobrevivir, se hizo pasar por muerta y se tumbó encima de uno de los cadáveres durante más de una hora. Después, un hombre se acercó a la isla en un pequeño bote y la sacó de allí. "Todavía estoy en 'shock'. He visto los cadáveres de algunos de mis amigos y no sé qué ha sido de otros muchos. Me siento afortunada por estar viva. Este cuento de hadas veraniego se ha transformado en la peor pesadilla de Noruega".

Adrian Pracon, uno de los organizadores del campamento, estaba trabajando en el puesto de información cuando comenzó la masacre. El chico, de 21 años, que recibió un tiro en el hombro cuando trataba de hacerse el muerto, asegura que la gente pensó que el asesino, que iba disfrazado de policía, estaba allí para ayudar. "El hombre llegó al campamento y la gente se acercó a él para preguntarle qué estaba pasando. Pero el hombre sacó un arma y empezó a dispararles. Se aproximaban a él para pedir ayuda y el hombre los mataba. Es increíble que algo así pueda pasar".

Pracon afirma que Breivik, rubio y alto, parecía salido de una "película de nazis".

El chico describe cómo Breivik sabía que sus víctimas tenían pocas posibilidades de escapar e iba comprobando que la gente a la que había disparado estaba muerta, pateándolos para buscar algún signo de vida. "Entonces empezó a buscar más gente a la que matar y los siguió hasta las tiendas de campaña. Disparaba a los que estaban dentro de las tiendas porque no tenían ningún lugar donde esconderse".

Pracon intentó escapar de la isla a nado, pero solo consiguió recorrer una corta distancia, así que decidió volver. "Había 20 o 30 cadáveres flotando en el agua. Eran tantos que el agua era de color rojo", asegura.

Desesperado por sobrevivir, se escondió entre varios cuerpos, se quedó inmóvil y oyó que Breivik se acercaba. Mientras se hacía el muerto, recibió un tiro en el hombro, pero no se inmutó. "Tenía los cadáveres de mis compañeros por encima de mí. Me quedé totalmente quieto. No quería mostrar ningún signo de vida. Se acercó a donde estaba yo, se paseó entre los cuerpos. Pude oír sus pasos y sentí su aliento. El asesino estaba tranquilo, no tenía prisa por apretar el gatillo. Sabía que, aunque la gente corriera, iba a acabar pillándolos sin problema". Ahora Pracon se recupera en el hospital.

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