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No se requiere experiencia, solo pasión por la comida. Es la primera condición para asistir a las clases de cocina gratuitas que ofrece la ciudad de Nueva York a sus jóvenes. El programa se llama First Course NYC y su objetivo es apoyar a los futuros chefs locales que quieran labrarse un futuro entre fogones, y no puedan permitirse el alto coste de unos estudios.
Este programa es lo que aquí se conoce como un ¨win to win¨, es decir, todos ganan. Los restaurantes reciben la ayuda que tanto necesitan por parte de profesionales cualificados, y los jóvenes tienen la oportunidad de formarse y conseguir un trabajo con un salario decente en el mundo gastronómico.
¨First Course NYC fue desarrollado en respuesta a la demanda de cocineros calificados de nivel básico. En la ciudad de Nueva York, la industria de restaurantes da trabajo a más de 300,000 personas. SBS está comprometido con este programa y quiere capacitar a los aspirantes culinarios con las herramientas necesarias para que tengan éxito¨, explican a NIUS desde el Departamento de Servicios para Pequeños Negocios, impulsores de este programa.
Las clases comienzan cada trimestre y están formadas por alrededor de 28 alumnos, que antes realizan un día de prueba y una entrevista con los restaurantes que colaboran con el programa. Los elegidos son mayores de 18 años, tienen permiso de trabajo, viven en la ciudad de Nueva York y sienten devoción por la cocina.
El programa dura 14 semanas. Durante las 8 primeras, los alumnos se centran en la parte más formativa: conocimientos culinarios, diferentes habilidades técnicas en la cocina y una visión de lo que será más tarde la vida real. ¨He aprendido bastante, como las técnicas reales para hacer ciertas cosas. Al principio, hicimos un curso de manipulador de alimentos. Ese curso me enseñó no solo sobre la comida en sí misma, sino también cómo cuidarla¨, explica a NIUS Jasmine Scott – Brayboy, una de las participantes en este curso. Y es que, al finalizar, los alumnos reciben incluso el NYC Food Protection Certificate (Certificado de protección de Alimentos de Nueva York), que les permitirá continuar con su carrera en la industria alimentaria.
Jasmine tiene 23 años y vive en Brooklyn, durante los dos meses que ha asistido a este programa también ha recibido una remuneración de $120 (111 euros) a la semana. ¨Creo que es muy beneficioso. Puede ayudar a mucha gente, especialmente a las personas de las comunidades a las que se dirige. Y sé que mucha gente está interesada en el arte culinario, pero no pueden ir a la escuela porque es muy caro. Y este programa es gratis¨, nos explica.
Nadie quiere invertir tiempo en formar a un trabajador y luego dejarle escapar si es bueno, así que el programa no acaba aquí. Tras acabar la parte formativa y durante 6 semanas, los alumnos realizan prácticas remuneradas en uno de los muchos restaurantes que participan en este proyecto. ¨Comenzarán en nuestras cocinas de producción aprendiendo a producir recetas desde cero. Luego trabarán con nuestros chefs y comenzarán a entrenar en la línea de producción. Pasarán un total de 6 semanas con nosotros absorbiendo la cultura y las habilidades necesarias para seguir una carrera en el arte culinario¨, nos cuenta Cynthia Lehr, directora de entrenamiento del grupo de restaurante Corner Table.
$16 (14.77 euros) la hora es el salario que obtendrán durante estas seis semanas de prácticas. Si las superan con éxito, podrán optar a un puesto de trabajo en uno de los restaurantes asociados al programa, como por ejemplo, Noho Hospitality Group, Momofuku Restaurants, The Smith o, Jean-Georges Restaurants. Marcas muy reconocidas en Estados Unidos y algunas hasta pueden presumir de tener más de una estrella Michelin.
Al frente de estas clases, en las cocinas cedidas por el Art and Food Center, se encuentra el chef David Waltuck. David no es un chef cualquiera. Quizá su nombre aún no le suene, pero en Estados Unidos es una celebridad. Con tan solo 24 años abrió su primer restaurante y hoy en día, 20 años después, continúa en la cresta del éxito como uno de los principales destinos de la alta gastronomía en Nueva York. Y eso, en esta ciudad, tiene mucho más mérito si tenemos en cuanta que en la Gran Manzana hay más de 24.000 restaurantes. Pocos establecimientos pueden presumir de mantenerse en pie después de tantos años.
Los alumnos de este programa no solo podrán conocerlo en persona, sino que además aprenderán con él trucos y habilidades que les permitan convertirse en grandes cocineros, para quien sabe, quizá en un futuro no muy lejano, llegar tan lejos como él.