EEUU: los estados clave en los que Trump y Biden se juegan la presidencia

  • El cambio del color político en anteriores elecciones hace que su resultado electoral sea imprevisible

  • Los estados más disputados conocidos como 'swing states' sostienen una batalla electoral muy igualada

Los aspirantes a la Casa Blanca han recorrido el país en un esfuerzo por convencer a los votantes, que acuden el martes a las urnas, y han enfocado todas sus fuerzas en los llamados swing states (estados claves o bisagra) en el intento de proclamarse vencedores en un país con sentimientos polarizados y profundamente dividido entre demócratas y republicanos.

El complejo sistema electoral del país se basa en una elección indirecta, en la que los votantes no eligen (directamente) al presidente, sino a unos representantes o electores que forman el Colegio Electoral. Cada estado tiene un número de electores en proporción a su representación en el Congreso. Cada elector representa un voto electoral. El candidato que más representantes se lleva en cada estado se adjudica todos los delegados del estado.

El aspirante a la Casa Blanca que mantendrá su hospedaje, en el caso de Donald Trump si es reelegido, o se mudará por primera vez a la residencia presidencial, si ganara Joe Biden, debe conseguir al menos 270 electores de los 538 disputados que están en juego en los 50 estados del país.

El primer candidato que llegue a este número, independientemente del cómputo del voto popular, es el que llega a la Casa Blanca.

Si bien estados como Kansas, Wyoming y Alabama, se decantan por el Partido Republicano otros, como California, Massachusetts, Vermont o el distrito de Columbia votan de manera incondicional al Demócrata.

Los primeros, denominados red states (estados rojos)red states, suelen estar asociados a votantes de clase rural. Los segundos, llamados blue states (estados azulesblue states ), se caracterizan por ser de origen diverso y localizarse en las zonas costeras.

Sin embargo, hay otros los estados que en los que su población tiende a cambiar el voto entre un partido y otro. A los estados bisagra se les conoce también como purple states (estados púrpuras)purple states. Se les llama así porque sus votantes son una mezcla de los azules y los rojos, y es difícil pronosticar con claridad la tendencia en los sondeos previos a las elecciones.

Entre las dos opciones políticas, la diferencia de votos electorales en estos estados es escasa. Apenas suele superar dos puntos porcentuales, por lo que son, en última instancia, los que determinan quién gana las elecciones.

Estos son los estados en los que el pronóstico del resultado electoral es especialmente imprevisible:

Florida

Florida, con 29 electores, es uno de los estados que más ha cambiado de color a lo largo de la historia más reciente. Se considera, de hecho, una de las joyas de la corona electoral. Durante las últimas cinco elecciones presidenciales, se ha posicionado tres veces a favor de los republicanos y dos veces a favor de los demócratas.

En las elecciones de 2016, Donald Trump derrotó a la candidata demócrata Hillary Clinton en el estado por casi 113.000 votos en su camino a la Casa Blanca.

Michigan

El estado de Michigan se posiciona en el centro de atención para la carrera presidencial de 2020 después de ser uno de los estados que en 2016 se inclinó sorprendentemente a favor de Trump, con sus 16 electores, teniendo en cuenta que se ha considerado un estado de tradición demócrata.

En las últimas cinco elecciones presidenciales, el estado ha sido dominado cuatro veces por los demócratas y una vez por republicanos.

Hasta 2016, Michigan formaba parte de lo que se conoce coloquialmente como el “Blue Wall” o “Muro Azul", por formar parte de los estados que han votado por el candidato presidencial desde 1992 hasta 2012.

Cuatro años más tarde, en 2016, Trump recondujo a Michigan a su favor por unos 10.700 votos sobre Clinton.

De los 18 estados que históricamente han formado parte del “muro azul”, además de Michigan, se sumaron a la lista Pensilvania y Wisconsin cuando cambiaron de color en las últimas elecciones por un escaso margen de votos.

Carolina del Norte

Se trata de uno de los estados indecisos más cruciales de la nación, con 15 electores. Durante las últimas cinco elecciones presidenciales, en Carolina del Norte ha han ganado cuatro veces los republicanos y una vez los demócratas.

Históricamente, ha servido fielmente al Partido Republicano, especialmente durante las últimas dos décadas. Barack Obama es el único demócrata que en 2008 ha ganado el estado de Tar Heel en las últimas cinco elecciones. En 2016, Trump consiguió la victoria por unos 173.000 votos sobre Clinton.

Wisconsin

Con 10 electores o representantes, Wisconsin entra en el centro de atención en la carrera presidencial de 2020 después de ser uno de los estados que inclinó las elecciones de 2016 a favor de Trump, y que le dieron el triunfo junto a Pennsylvania y Michigan.

Durante las últimas cinco elecciones presidenciales, los demócratas han vencido cuatro veces y los republicanos, una vez.

Hasta 2016, este estado también formaba parte del "muro azul". Los expertos asumieron que Wisconsin no vacilaría en su compromiso con el Partido Demócrata y predijeron que Clinton reclamaría la victoria en el estado. Sin embargo, la noche de las elecciones demostró lo contrario con Trump que derrotó por un estrecho margen de 13.000 votos a Clinton.

Arizona

Arizona, que cuenta con 11 electores, ha sido típicamente un estado republicano. Antes de que el presidente Bill Clinton ganara en 1996, sólo otro demócrata había sido proclamado ganador: Harry Truman, en 1948.

Donald Trump se alzó con la victoria en este estado en 2016 con un 48,0% de los votos, frente al 44,5% obtenido por la demócrata Clinton. Sin embargo, el bastión republicano podría dar un giro en gran parte por la evolución de su población que llegó de estados liberales como California, además del aumento de la comunidad latina y de las mujeres blancas que viven en suburbios.

Según las encuestas, el líder republicano marcha a la zaga en los sondeos, donde Biden saca una ventaja de algo más de dos puntos a Trump. Los demócratas creen que el exvicepresidente Biden tiene podría cubrir este estado de color azul en la carrera presidencial.

Pensilvania

Los 20 electores del estado de natal de Joe Biden podrían también ser fundamentales en la carrera de 2020. Después de Florida, es el estado con más votos en juego.

Durante las últimas cinco elecciones presidenciales, Pensilvania ha sido conquistado cuatro veces por los azules y una vez por los rojos. En las de 2016, pasó de manos de unos demócratas confiados en su victoria, a las de los republicanos. Trump ganó en por aproximadamente 44.000 votos, convirtiéndose en el primer estado que cambió el color desde George H.W. Bush en 1998.

Pennsylvania, Ohio y Iowa, conforman los tres estados bisagra del Medio Oeste estadounidense.

Ohio

El dicho popular “As Ohio goes, so goes the nation” (“Como va Ohio, así va la nación”), recuerda a los candidatos presidenciales demócratas y republicanos que si pierden Ohio, la presidencia está prácticamente fuera de su alcance, puesto que en todas las elecciones, han votado al candidato que resulta ganador, a excepción de 1960, que se decantaron por Nixon y ganó Kennedy.

Ohio es uno de los estados indecisos más importantes de la nación, un clásico “estado púrpura”, con 18 electores. Durante las últimas cinco elecciones presidenciales, ha sido ganado tres veces por los republicanos y dos veces por los demócratas.

El presidente Trump obtuvo una gran victoria en el estado con 2,84 millones de votos en 2016, superando a Clinton con más de 446.000 votos.

Iowa

Es el estado rey en el llamado “Corn Belt” (Cinturón del Maíz), que agrupa la región del norte donde abundan estas plantaciones. En las elecciones presidenciales otorga seis votos electorales colegio electoral.

Desde 1846, el estado de Iowa se ha caracterizado por ser principalmente republicano. En menos de diez ocasiones los ciudadanos optaron por el Partido Demócrata, sobre todo a partir de las elecciones de 1988, cuyos electores han votado al partido rojo excepto en 2004 y 2016.

Donald Trump ganó en este territorio a Clinton por casi un 10%, una diferencia de 15 puntos con respecto a las elecciones de 2008 en las que escogieron a Obama, quien salió vencedor con un 5.8% más.

Texas

Texas está posicionado como un bastión tradicionalmente conservador y preciado trofeo que aporta 38 electores. Aunque no todos los analistas lo incluyen en la lista de los estados bisagra, algunos sí consideran que podría dar un vuelco virando del rojo republicano al azul demócrata, aunque esto no sucede desde el triunfo de Jimmy Carter en 1976.

No obstante, los cambios demográficos y una contienda muy reñida por el Senado en 2018 entre el senador republicano Ted Cruz y el candidato demócrata Beto O'Rourke, han hecho que Texas sea etiquetado como un estado de batalla en las elecciones de este año.

Trump y Biden han estado codo a codo en las encuestas, aunque algunos análisis dan una ligera ventaja al líder republicano sobre el demócrata.