Crisis en Ecuador: ni el Gobierno ni los indígenas ceden

  • Los índigenas amenazan con no irse del centro de Quito hasta que el Gobierno derogue el decreto 883

  • Las protestas han dejado al menos 9 muertos y centenares de heridos

Ecuador termina otro día de incertidumbre política en el país. El gobierno de Lenín Moreno no cede y el movimiento indígena tampoco. La noche terminó con nuevas movilizaciones por parte de los manifestantes que aseguran que no se irán del centro histórico de Quito, donde han montado sus campamentos improvisados, hasta que el Gobierno derogue el decreto 883 que estableció el alza del precio de los combustibles desde el pasado 3 de Octubre.

La Confederación de Nacionalidades Indígenas (CONAIE), principal opositora al "paquetazo" económico decretado por Lenín Moreno, ha aumentado la presión en la calle. Son miles los indígenas que continúan apostados en los espacios públicos y no parece que tenga mucha intención de irse.

"Nosotros tenemos asegurado el agua y el alimento porque nos lo traen nuestros hermanos indígenas desde las comunidades", asegura Marco Gutemal, uno de los líderes que se encuentra acampando día y noche en el conocido parque del Arbolito, centro neurálgico de su estadía y donde suelen realizar asambleas y actos de cualquier tipo.

Y no solo las comunidades están organizadas entre sí, sino que los vecinos de la zona, algunos jóvenes universitarios voluntarios y miembros de organizaciones no gubernamentales están haciendo todo lo posible para que su estadía sea más llevadera. Reparten comida, papel higiénico, agua y hasta cocinan en improvisadas fogatas al aire libre.

Durante la jornada de este jueves hubo una multitudinaria Asamblea en el Arbolito donde el movimiento ratificó su negativa a cualquier tipo de negociación que no pase previamente por una derogación del decreto sobre el combustible. El presidente de la CONAIE, Jaime Vargas, cabeza visible de las protestas, aseguró que "han hecho temblar al poder" y que "nuestra palabra está puesta: esto no para hasta que el FMI salga de Ecuador", dijo, refiriéndose a la ayuda de 4.209 millones de dólares que el gobierno ecuatoriano aceptó a cambio de un duro paquete de reajuste económico fiscal. El pueblo ya está expresando su opinión al respecto.

Por la tarde, en el mismo lugar, en el Ágora de la Casa de la Cultura, se celebró una misa por el compañero Enosencio Tucumbí, indígena de la comunidad de Yanahurco, en Pujilí, y muerto tras la represión policial sufrida por los manifestantes el día anterior. Aseguran que Tucumbí habría fallecido por el impacto de una bomba lacrimógena.

Lo cierto es que a día de hoy y a pesar de que las protestas se extienden por el país durante diez días, no hay cifras oficiales de muertos y heridos. Las únicas cifras que se manejan son las aportadas por la Coordinadora Ecuatoriana de Contrainformación que habla de al menos 9 muertos, 95 heridos graves, más de 500 heridos leves, 83 desaparecidos, de los cuales 47 son menores de edad y más de 800 detenidos.

Varios policías nacionales fueron retenidos el mismo jueves en esta zona por la comunidad indígena y se mantuvieron en el interior del mismo centro cultural que funciona en el parque hasta bien avanzada la noche, cuando fueron liberados por la coordinadora. "Queríamos que estuvieran presentes en una jornada de encuentro con nosotros", aseguraba uno de los indígenas que les custodiaba. "Y que supieran qué pensamos y qué queremos y cómo de doloroso es escuchar a las familias que no saben donde están sus seres queridos o que ya les están llorando, como la de Enosencio, por culpa de su brutal represión", concluye.

Durante todo el día, la situación en la que se encontrarían estos policías fue objeto de controversia pero en varios comunicados lanzados a través de sus redes sociales, la CONAIE aseguró que se encontraban bien y que estaban allí "de manera voluntaria". "Están siendo respetados sus derechos humanos", aseguraba uno de los párrafos.

El presidente Lenín Moreno puso sobre la mesa en las últimas horas la disposición de su gobierno para llegar a algunos acuerdos y presuntamente compensar los efectos del fin del subsidio a los combustibles, pero hasta el momento no ha trascendido ningún avance al respecto. Moreno continúa en la ciudad de Guayaquil donde trasladó su sede de gobierno el pasado lunes tras la creciente ola de inestabilidad y violencia en la capital del país.