Epstein controlaba la disponibilidad de niñas menores de 12 años y cientos de mujeres en las Islas Vírgenes

  • Hasta ahora las demandas contra Epstein solo llegaban hasta el año 2005 y en Florida

  • Se trata de la primera demanda que buscar el resarcimiento de las víctimas en la fortuna del magnate fallecido en las Islas Vírgenes

  • El multimillonario acaba de ser demandado por tráfico de mujeres, algunas menores, en su isla del Caribe en el 2018

Desde que Jeffrey Epstein apareció muerto por suicidio en una celda del Centro Correccional de Nueva York el pasado 23 de julio de 2019, no ha habido semana en la que no se revelen nuevos detalles sobre su muerte, o en relación con los supuestos abusos sexuales que el magnate cometió durante años. La última información ha llegado de la mano del diario estadunidense The New York Times, que revela que Epstein ha sido acusado de traficar con niñas menores de 12 años y cientos de mujeres en su isla privada del Caribe, hechos ocurridos hasta el 2018. Hasta ahora, las acusaciones de los fiscales de Manhattan solo llegaban hasta el año 2005, por los abusos cometidos en Florida.

Nueva demanda presentada por la Fiscalía de Islas Vírgenes.

Era algo que se sabía, pero no existían pruebas suficientes para demostrarlo. Que Epstein había convertido su mansión de las Islas Vírgenes en una base para el tráfico de menores es algo que salió a la luz cuándo los investigadores llegaron a su casa del Caribe dos días después de que el multimillonario se suicidara. Lo que no se conocía hasta ahora, y es aún más escalofriante, es que el magnate y sus asociados utilizaron una base de datos para rastrear a las víctimas menores de 12 años y a cientos de mujeres y así conocer su disponibilidad. Una especie de agenda informática que les permitía saber en todo momento si podían contar o no con esa víctima.

Son algunos de los datos que constan en la nueva demanda presentada este miércoles ante la justicia. El multimillonario y reconocido magnate se dedicó durante mucho tiempo a llevar menores de 12 años y cientos de mujeres a su enorme mansión, apartada de la civilización y en medio de su isla privada conocida como Little Saint James (o la que algunos medios han bautizado de la ´Isla de las Orgías´), para su disfrute sexual. Al parecer, estos hechos ocurrieron hasta el 2018.

La demanda ha sido presentada por Denise N. George, fiscal general de las Islas Vírgenes y se convierte en la primera contra el patrimonio que el multimillonario posee en el territorio caribeño.

Un secreto a voces

Muchos fueron testigos de los viajes de Epstein en compañía de posibles menores en las Islas Vírgenes, pero nadie habló hasta que no quedó más remedio. El motivo de este silencio siempre es el mismo: Epstein sabía compensar muy bien a quien callaba y a quien le ayudaba, ya fuera económicamente o a nivel profesional.

A principios de septiembre del pasado año, uno de los pilotos que trabajaba en el aeropuerto Cyril E. King de las Islas Vírgenes reveló en plena investigación que había visto a Epstein bajar de su ¨avión privado con dos chicas blancas que parecía preadolescente¨. En otra ocasión, también se le había visto salir de un avión con otras jóvenes de entre 16 y 18 años, señalaron los testigos, de ¨raza mestiza¨. El piloto reconoció incluso haber utilizado unos prismáticos para observar a Epstein y a las niñas desde la torre de control. Pero ninguno levantó un teléfono para denunciar los hechos que se remontan también a 2018.

Una isla personal en medio del paraíso

La isla que Epstein tenía en propiedad en el Caribe la compró en el año 1998 por casi 8 millones de dólares. Dicen los vecinos de St. Thomas que, para su construcción, arrasó con la vegetación nativa y colocó enseguida dos enormes banderas de Estados Unidos en los extremos. Epstein marcó su territorio.

Los empleados encargados del mantenimiento de la casa explicaron a los investigadores que solo visitaban la mansión una vez al mes y permanecían allí entre 3 y 4 días. Epstein quería estar solo en su isla, con sus asociados y quien él decidiera. Algunos trabajadores, incluso aseguraron haber visto a mujeres que tomaban el sol en topless mientras Epstein se paseaba luciendo el torso desnudo.

Fue aquí mismo, en las islas Vírgenes, donde el magnate firmó su testamento y creó un fidecomiso para proteger su fortuna. Lo hace dos días antes de quitarse la vida. El testamento, que tiene más de 20 páginas, fue recogido por la división testamentaria de la Corte Suprema de las Islas Vírgenes, en Saint Thomas, y nombra único heredero a su hermano Mark Epstein, un empresario de bienes raíces que vive en Nueva york.