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Las autoridades argentinas han detenido a un hombre acusado de abuso sexual simple por haber manoseado a una pasajera en el tren Sarmiento.
Los hechos ocurrieron minutos antes de las 6 de la mañana del sábado y las cámaras de seguridad del vagón grabaron toda la agresión sexual. En las imágenes se puede ver cómo la joven iba dormida en el tren y el hombre se levanta de su asiento y en un primer momento se dirige hacia la puerta, cuando el recorrido estaba llegando a la estación Floresta. Sin embargo, retrocede sobre sus pasos y se sienta al lado de la mujer y comienza a agredirla sexualmente.
La víctima se despertó porque sintió que la estaban manoseando. Al darse cuenta de lo que estaba ocurriendo, reaccionó rápidamente y dio un manotazo al agresor para que dejara de tocarla, como recoge Clarin.
Tras una breve discusión, en la que el hombre negaba en todo momento los hechos gritando frases como "¡estás enferma, cómo te voy a tocar", trató de bajarse del vagón pero fue retenido por otros pasajeros hasta que los guardias de seguridad del tren lograron detenerlo. Mientras, otros pasajeros del vagón asistieron a la víctima para que intentase tranquilizarse ante lo ocurrido.
El agresor fue trasladado a la división Sarmiento de la Policía Federal, acusado de un abuso sexual simple. El acusado tiene varios antecedentes por hechos similares, según los registros. La víctima fue acompañada a la fiscalía donde interpuso una denuncia.
El Tribunal Superior de Justicia de Andalucía (TSJA) ha confirmado la condena de ocho años de prisión impuesta por la Audiencia de Málaga a un hombre por abusar sexualmente de una menor que se había fugado de un centro de protección y a la que dio drogas y alcohol. Así, se desestima el recurso presentado por la defensa del acusado.
Los hechos sucedieron en febrero de 2019. Según se declaró probado en la sentencia de Málaga, y recoge la resolución dictada ahora por el alto Tribunal andaluz, a la que ha tenido acceso Europa Press, la víctima tenía entonces 14 años y decidió no regresar al centro de protección en el que estaba internada.
Así, la menor estuvo "deambulando por el pueblo sin rumbo fijo" y, cansada de ir de un lado a otro, se tumbó en un banco, donde la encontró el procesado, entonces de 38 años, que le ofreció su casa para que se quedara a dormir, tras exponerle la joven que se había fugado del centro de menores.
Una vez en la vivienda, le dio a beber alcohol, facilitándole, además, cigarrillos de polen de hachís, sin que consumiera dichas sustancias. A consecuencia de este consumo, la joven entró en estado de intoxicación quedando sin conciencia y voluntad, señalaba la sentencia, ahora confirmada.
Posteriormente, ella se retiró a la habitación que le había indicado el hombre y se despertó, sin embargo, en la cama de éste y con él sobre su cuerpo, "desconociendo lo que había sucedido con anterioridad, apartándose y huyendo del lecho, yendo a vomitar". El hombre, mientras ella se vestía, "no cesó de realizarle fotografías".
La Audiencia de Málaga lo condenó por un delito de abuso sexual con penetración a menor de 16 años y el TSJA coincide en que el acusado era "consciente de que era menor de 16 años o, cuando menos, asumía la posibilidad e incluso la probabilidad de que así fuese", descartando por tanto error o desconocimiento de la edad.