Secretos del ala oeste de la Casa Blanca: despidos, acusaciones y venganza

Rubén Fernández 28/02/2019 19:12

La última trifulca que ha protagonizado Donald Trump se ha producido en Vietnam, donde, pese a que todo parecía idílico en su encuentro con el líder norcoreano Kim Jong-un, al que no hace mucho apodaba ‘Rocket Man’ (El hombre cohete), todas esas sonrisas, toda esa cordialidad y todo ese optimismo que hacían ver ante los medios se ha dinamitado de forma abrupta. Cuando se han sentado a negociar todo ha saltado por los aires Ante la insistencia de Kim Jong-un para poner fin a las sanciones económicas ofreciendo –según Trump– el desmantelamiento parcial de sus instalaciones nucleares, el inquilino de la Casa Blanca, directamente, se ha levantado de la mesa y ha dejado Vietnam sin aventurar fecha para una tercera cumbre.

Otra tormenta en Estados Unidos

No obstante, no es la única tormenta que está azotando esta semana a la Casa Blanca. En Estados Unidos, la atención la ha centrado Michael Cohen, quien fuese abogado personal de Donald Trump, quien entrará en prisión este 6 de mayo para cumplir una pena de tres años por las irregularidades cometidas, precisamente, durante la polémica campaña que catapultó, –injerencias aparte– al magnate republicano hasta la presidencia.

Asediado por las circunstancias, Cohen ha estallado contra Trump, al que culpa de su inminente ingreso en la cárcel, durante su única comparecencia pública en el Congreso, de las tres que realizará.

"Trump se ha convertido en su peor versión"

“Trump es un enigma. Es complicado, como yo lo soy. Tiene cosas buenas y malas, como todos las tenemos, pero las malas sobrepasan de lejos las buenas, y desde que llegó a la Casa Blanca se ha convertido en la peor versión de sí mismo”, inició, en su declaración contra el presidente.

“Es capaz de ser amable, pero no es amable. Es capaz de cometer actos de generosidad, pero no es generoso. Es capaz de ser leal, pero es fundamentalmente desleal. Donald Trump es un hombre que se presentó a las elecciones para hacer su marca grande. No para hacer América grande. No tenía deseo o intención de liderar esta nación, solo alzarse a sí mismo y acumular riqueza y poder”, ha dicho Cohen, insistiendo en que Trump nunca esperó ganar las elecciones generales: “La campaña siempre fue para él una oportunidad de marketing”.

En este sentido, ha reconocido que desde muy temprano sabía que le “forzaría a mentir” para “servir a sus intereses de negocio”, afirmando sentirse “avergonzado”.

No obstante, la realidad es que Cohen trabajó con él, como su mano derecha, durante nada más y nada menos que una década. Fue cómplice y partícipe de los actos de un presidente al que hoy cataloga de “racista” y de “fraude”.

Michael Cohen saca los trapos sucios

Más allá, en su particular ‘vendetta’, que medios como CNN han analizado frase por frase, Michael Cohen ha dejado ver su arsenal ofensivo manifestando directamente que Donald Trump sabía que Roger Stone, uno de sus colaboradores, mantenía conversaciones con el fundador de WikiLeaks, Julian Assange al respecto de la filtración de los correos electrónicos del Comité Nacional Demócrata, lo que afectaba directamente a la máxima rival de Trump en la campaña, Hillary Clinton.

El inquilino de la Casa Blanca rechazó en sucesivas ocasiones que hubiese mantenido contacto con Stone sobre este tema. Según Cohen, el presidente habría mentido. Y no se queda en eso: asegura que presentará pruebas y documentos para acreditar que Trump mantuvo contactos con Rusia para ganar las elecciones.

De hecho, apunta al especial interés que tenía Trump en el proyecto de levantar una de sus torres en Moscú, un negocio en el que, dice Cohen, estuvo involucrado directamente durante la campaña, aunque mintió sobre ello. “Esperaba hacer cientos de millones en el proyecto en Moscú”, ha dicho, acusándole de estafar al fisco con sus inversiones mobiliarias.

“Su deseo de ganar le haría trabajar con cualquiera”

En la misma línea, dando cuenta de hasta qué punto puede llegar la ambición del magnate republicano y mandatario estadounidense, ha asegurado que “sería capaz de trabajar con cualquiera” en su deseo de ganar o cumplir sus propósitos, incluyendo con Rusia.

Un cheque para silenciar a la actriz porno Stormy Daniels

En otro orden de las cosas, Cohen, quien ha señalado que Trump no le dijo directamente que mintiese en el Congreso porque “no es así como opera”, también ha publicado la copia del cheque firmado por Trump para, según ha expresado, silenciar su affaire con la actriz porno Stormy Daniels y “prevenir que ello pudiese dañar a la campaña”.

En total, 35.000 dólares de un cheque que solo era “uno de los 11 pagos que se efectuaron durante todo el año mientras era presidente”.

Más allá, asegura a este respecto, también le hizo “mentir a su mujer”, Melania Trump.

“Los negros no me votarían porque son demasiado estúpidos”

No son los únicos trapos sucios del presidente que ha sacado a relucir. Michael Cohen también ha asegurado que Trump, quien llegó a asegurarle que los negros no le votarían “porque son demasiado estúpidos”, también le obligó, según afirma, a “amenazar a su instituto y sus universidades para que nunca se publicasen sus calificaciones”.

“Todo se hacía con el conocimiento de Trump”

Por último, Cohen, que se ha mostrado comprensivo y hasta condescendiente con los republicanos que se deshacían en críticas hacia él, asegurando que durante una década él estuvo en el mismo lugar sin cuestionar al presidente, ha asegurado que “todo se hacía con el conocimiento de Trump y bajo su dirección”.

Así mismo, ha finalizado su declaración temiendo que, si éste pierde las elecciones de 2020 “nunca haya una transición pacífica en el poder”.

Pese a toda tempestad, la economía respalda a Trump

Pese a todo lo declarado en la venganza particular de quien fuese su abogado, y pese a que la continua polémica asociada a su mandato y sus decisiones ha propiciado una fuga también incesante de cargos asociados a la Casa Blanca y el entorno del presidente, lo cierto es que hay un dato que sigue estando del lado del mandatario: como recientemente se ha conocido, la economía de Estados Unidos cerró 2018 con el mayor crecimiento en tres años. Esto es, su producto interior bruto (PIB) se incrementó en un 2,9%.

No obstante, cabría preguntarse objetivamente al respecto hasta qué punto esto se debe precisamente a sus políticas y cuál ha sido su incidencia.

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