El príncipe Harry y Meghan Markle, nuevos duques de Sussex
En una ceremonia oficiada por el arzobispo de Canterbury, Justin Welby, los contrayentes han pronunciado sus votos ante la familia real británica y más de 600 asistentes, entre ellos celebridades como el actor George Clooney, su esposa y abogada Amal Clooney, el ex futbolista David Beckham o la presentadora de televisión Ophrah Winfrey, así como compañeros de trabajo de Markle en la serie 'Suits', que coprotagonizó.
La boda ha estado marcada también por un fervoroso sermón del obispo de Chicago, Michael Curry: "Hay poder en el amor. No lo subestiméis. Cualquiera que alguna vez se haya enamorado sabe a qué me refiero", predicó Curry en un espectacular discurso con menciones al activista Martin Luther King y en el que donde mencionó al filósofo jesuita Pierre Teilhard de Chardin: "Si los seres humanos somos capaces de recoger la energía del amor, habremos descubierto el fuego por segunda vez en nuestra historia".
La ceremonia también se caracterizó por ciertas rupturas consensuadas de la tradición. Markle no declaró obediencia a su esposo durante los votos y caminó durante cierto trecho hasta el altar sin acompañamiento, mientras que el príncipe Harry eligió ponerse en el dedo el anillo de boda.
Decenas de miles de curiosos y entusiastas monárquicos flanquearon el recorrido de la limusina Rolls-Royce en la que Markle llegó el castillo, ondeando banderas británicas y gritando mientras el vehículo pasaba con la novia y su madre.
Los controladores de tráfico aéreo del cercano aeropuerto de Heathrow, uno de los más activos del mundo, dijeron que el espacio aéreo sobre Windsor estuvo cerrado durante 15 minutos antes de la ceremonia.