Los amigos del español fallecido en un hotel de Londres piden justicia 3 años después de su intoxicación por monóxido de carbono

  • La petición de Change.org, que se ha vuelto viral, solicita al Ministerio de Exteriores que ayude a acelerar la resolución del caso

  • El padre del mallorquín Marcos Servera solo quiere que se acabe todo y se dicte sentencia

  • La caldera, que la Policía comprobó que estaba defectuosa y mal ajustada, había sido supuestamente reparada el día anterior del incidente por el yerno del dueño del establecimiento

Los amigos del mallorquín Marcos Servera Menéndez no entienden por qué más de tres años después de que perdiese la vida en la capital británica su caso sigue sin resolverse. Su frustración e impotencia les ha llevado a lanzar una petición a través de la plataforma 'Change.org', que se ha vuelto viral. En ella solicitan al Ministerio de Asuntos Exteriores y Cooperación de España que "ayude a acelerar el caso para que la Policía de Londres haga justicia".

Se unen así a la lucha del padre de Marcos, que comparte nombre y apellido con su hijo, que se pregunta todos los días cómo es posible que el caso continúe abierto "sabiendo el dónde, el cómo y el cuándo". En declaraciones a NIUS explica que "solo desea que se cierre de una vez, que se acabe todo y se dicte sentencia, aunque los absuelvan; no tengo ningún interés en que metan a nadie en la cárcel, pero sí que se llegue al final". Y deja claro que "no quiere dinero, no quiere ninguna indemnización".

Fin de semana en Londres

Marcos y su amigo Esteban García aterrizaron en el aeropuerto de Gatwick la noche del 3 de marzo de 2018. Empezaba así una escapada de fin de semana en la que tenían planeado visitar Londres, quedar con amigos y ver el musical 'Hamilton'. Habían reservado la estancia en el hotel Mayflower, a unos minutos de la parada de metro de Earl’s Court, en el barrio de Kensington. En recepción les asignaron la habitación B3.

Al mediodía del día siguiente el director del establecimiento y una persona de mantenimiento entraron en el cuarto después de haber escuchado un ruido extraño. Cuando se les tomó declaración después aseguraron que vieron "restos de vómito" y a los amigos actuando "de manera absurda". Y explicaron que decidieron salir de la habitación porque pensaron que "estaban borrachos".

Fue a la hora de comer del 5 de marzo cuando una camarera encontró a Marcos y a Esteban sobre la cama, inconscientes. Este ingresó en estado crítico en un hospital de la capital británica. Marcos, realizador audiovisual de 33 años, tenía un 62 por ciento de monóxido de carbono en sangre, según reveló después el análisis forense. Su amigo sobrevivió de milagro, pero el incidente le originó un daño cerebral que le ha marcado para siempre.

Escape de gas de una caldera defectuosa

Su habitación estaba junto a la sala de calderas del edificio. La cantidad de ese gas era tal que dos policías que acudieron al lugar de los hechos se sintieron indispuestos y tuvieron que ser atendidos. Además, al intentar medir el nivel de monóxido de carbono que había allí resultó superar el máximo que el dispositivo usado para ello era capaz de detectar. En el hotel sabían que las calderas no funcionaban bien. De hecho, un día antes de que Marcos y Esteban llegasen a Londres se había estropeado una de ellas y llamaron al yerno del dueño para que la arreglara.

La autopsia fue clara: Marcos murió intoxicado por monóxido de carbono. El informe forense explica cómo "la inhalación de este tipo de gas provoca en un primer momento dolor de cabeza, náuseas y vómitos". Dicho documento descarta claramente que fuese la ingesta de alcohol lo que provocó su comportamiento extraño cuando el director accedió al cuarto el día anterior. Para el padre la actuación del responsable del establecimiento constituye una clara "omisión del deber de socorro".

Más de tres años sin respuestas

En su momento, el caso generó muchos titulares en la prensa británica desde 'The Times', pasando por el 'Daily Mail' o el 'Daily Express'. Y desde el principio todo apuntó, como se confirmó después, a que se había tratado de un escape de gas por "una caldera defectuosa y mal ajustada".

La Policía de Londres también parecía tenerlo todo muy claro. Ya en septiembre de 2018 confirmó al padre de Marcos que "estaba investigando un posible homicidio involuntario por imprudencia" y en abril de 2019 aseguró que el caso era "prioritario".

NIUS se ha puesto en contacto con todos los organismos e instituciones involucradas, que remiten a quien ha liderado la investigación: Scotland Yard (Metropolitan Police). Esta afirma que "continúa trabajando mano a mano con el Ayuntamiento de Kensington y Chelsea y el Health & Safety Executive", que es el organismo público que investiga, conjuntamente con la Policía, los incidentes en los que fallece una persona por culpa del gas.

Hotel para los sanitarios

"Mi hijo fue envenenado y la responsabilidad es del hotel", insiste Marcos Servera. El Mayflower, cuya dirección no ha respondido a las llamadas o correos electrónicos de la prensa, se clausuró tras el incidente tan solo unos días. En la actualidad está alojando a sanitarios del NHS (el Servicio Nacional de Salud, en sus siglas en inglés). Es de los pocos establecimientos abiertos en la capital británica. La mayoría está cerrado hasta el 17 de mayo por las restricciones que ha impuesto el Gobierno británico por la pandemia.

Mientras tanto, el padre de Marcos vive a la espera de recibir un mensaje o una llamada de la Policía o del Consulado de España en Londres. Según fuentes diplomáticas, dicha institución "viene realizando un estrecho seguimiento de este caso y de la investigación en curso para esclarecer el fallecimiento del Sr. Servera" y asegura "haber asistido a varias reuniones con el forense, con la policía, con la oficina del 'Health and Safety' y con los abogados del hotel para recabar información que poder trasladar a la familia". Sin embargo, el padre siente que "el consulado ha cometido errores" y no ha recibido de él el apoyo que esperaba: "Si no les escribo ellos no me contactan". La madre de Marcos, que cuenta con un abogado en Londres, no desea hacer declaraciones.

Muchos interrogantes desconcertantes

El mejor amigo de Marcos, Joan Ramis, sigue también haciéndose muchas preguntas que expone en la petición que ha creado para visibilizar el caso: "¿Cuánto tiempo hacía que esa caldera soltaba ese gas tóxico? ¿Por qué el empleado de mantenimiento salió del país después de que Marcos muriese? ¿Cuál es la razón por la que tardó tanto en regresar? ¿Cómo es posible que la policía se esté demorando tanto en adjudicar responsabilidades? ¿Por qué nadie ha movido un dedo para que un suceso así no vuelva a ocurrir?".

Ramis, escritor y profesor universitario, que también es de Mallorca y reside en Madrid, asegura que "el luto lo vamos a arrastrar toda la vida; Marcos no nos será devuelto. Pero estamos convencidos de que hay algo que nos ayudaría a tener la mente en paz: la seguridad de que se está haciendo todo lo necesario para que una situación así no se repita".