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La Iglesia católica de Roma ha manifestado su rechazo y su indignación por el uso de una bandera nazi durante su funeral en una iglesia de la capital italiana.
En una fotografía publicada por el diario La Repubblica aparecen los dolientes frente al templo de Santa Lucía, en el exclusivo distrito de Prati, rodeando el ataúd cubierto con una bandera roja adornada con una esvástica y gritando lemas pronazis.
Se trataba del funeral de Alessia Augello, integrante del partido de extrema derecha Forza Nuova (Fuerza Nueva). Augello, también conocida como 'Tungsy', falleció el pasado viernes, 7 de enero, a los 44 años de edad a causa de una trombosis.
La diócesis de Roma, de la que es obispo el papa Francisco, confirmó que el ataúd estaba cubierto con una bandera nazi, condenó el uso de ese "símbolo horrible incompatible con el cristianismo". Se trató de un incidente "ofensivo e inaceptable", precisó en un comunicado.
El párroco de Santa Lucía, Alessandro Zenobbi, expresó su "profunda tristeza, decepción y consternación por lo sucedido y se distanció de cada palabra, gesto y símbolo utilizado fuera de la iglesia". Dicha iglesia se encuentra a escasos cuatro kilómetros del Vaticano.
También la comunidad judía de Roma manifestó su indignación de que tales eventos aún pudieran ocurrir más de siete décadas después del final de la Segunda Guerra Mundial y la caída de la dictadura fascista de Italia.
Forza Nuova es una formación neofascista de ultraderecha creada en 1997, cuyo manifiesto incluye prohibir el aborto, detener la inmigración y derogar las leyes que castigan la incitación al odio. Dicho partido figura entre los organizadores el año pasado de manifestaciones violentas en el centro de Roma contra la sede de instituciones nacionales así como del mayor sindicato.
La Policía detuvo a varios sospechosos relacionados con el partido y posteriormente se presentó una moción en la Cámara Alta italiana para aprobar la disolución de Forza Nuova y de todos los movimientos políticos de clara inspiración neofascista.
La División de Investigaciones Generales y Operaciones Especiales (DIGOS), un departamento de la Jefatura de Policía, está investigando lo ocurrido. En Italia constituye un crimen penado con la cárcel hacer apología del fascismo.