El incierto futuro de los senadores republicanos que votaron a favor del juicio político a Trump

  • Sólo siete senadores republicanos se han unido a las filas del partido demócrata

Desde que comenzó el segundo juicio político del expresidente Donald Trump, acusado de “incitación a la insurrección”, uno de los grandes focos de atención se ha proyectado especialmente sobre unos pocos miembros del jurado: los senadores republicanos que se postulan para futuras reelecciones.

De los 50 senadores republicanos que ocupan los asientos de la Cámara Alta de los Estados Unidos, sólo siete de ellos se han unido a la totalidad de los demócratas (otros 50), para aprobar que el juicio político contra el exmandatario es constitucional. El último en sumarse a la breve lista de disidentes, fue el senador de Louisiana, Bill Cassidy, el único republicano que cambió su voto tras la votación inicial sobre la constitucionalidad, llevada a cabo el mes pasado.

"Estoy tratando de digerir los hechos", dijo Cassidy esta semana a los periodistas, razonando que emitió un voto a favor del impeachment contra Trump porque, tras horas de debate y exposición de los hechos -en los que se proyectaron numerosos vídeos del asalto al Capitolio el pasado 6 de enero-, “los argumentos que dieron (los fiscales) eran argumentos sólidos”.

Dado que la legislatura del mandato de Trump ha había finalizado al inicio del impeachment, la única consecuencia de una condena habría sido una votación posterior inhabilitaría al expresidente para ocupar cargos públicos en el futuro.

A lo largo de las últimas semanas, algunos senadores republicanos han demostrado claramente su fidelidad hacia el expresidente, defendiendo su causa y exculpándolo de cualquier acusación. Otro, andan más callados. No tienen intención de defender a Trump, aunque tampoco quieren votar para condenarlo. Los primeros lo hacen por plena convicción o por conveniencia. Los segundos, porque saben que convertirse en disidente, haría que muchos, tanto colegas como ciudadanos votantes, lo señalaran con el dedo tachándoles de traidores con consecuencias poco apetecibles: presión, amenazas, falta de apoyo, y un futuro mucho menos prometedor dentro de las filas del partido que podría tener unos resultados devastadores en las siguientes postulaciones electorales.

En Estados Unidos, los comicios legislativos llamados midterm, se celebran cada dos años entre dos elecciones presidenciales, lo que quiere decir que, a aquellos senadores que forman parte del jurado y tienen intención de presentarse de nuevo, les convendría guardar sus espaldas si quieren ser reelegidos.

Siete senadores republicanos a favor del impeachment de su exlíder

Siete senadores republicanos a favor del impeachmentLos siete republicanos que decidieron sacar los pies del tiesto y votar a favor del juicio político contra Trump son: Susan Collins, senadora de Maine; Bill Cassidy, senador de Louisiana; Lisa Murkowski, senadora de Alaska; Mitt Romney, senador de Utah; Richard Burr, senador de Carolina del Norte; ; Ben Sasse, senador de Nebraska y Pat Toomey, senador de Pensilvania.

Bill Cassidy, que acaba de comenzar un mandato de seis años después de ser reelegido en 2020 por un holgado margen de 40 puntos, no tiene intención de postularse a un segundo mandato el año que viene. "Siempre dije que abordaría esto con una mente abierta”, dijo a los medios de comunicación tras emitir su voto.

La reacción desde las bases de su partido ha sido tajante y contundente: "Condenamos las acciones del senador Cassidy de la manera más enérgica. No representa a la gente de este estado ni al Partido Republicano. Él se representa a sí mismo y se ha unido a algunas de las fuerzas más deshonestas y de mala reputación de nuestro país para ser parte de esta despreciable farsa", trasmitieron en un comunicado.

Estamos "profundamente decepcionados por el voto del senador Bill Cassidy", continúa diciendo el documento, declarándolo “objeto de vergüenza”, aunque el senador de Louisiana no parece preocupado por la furia desatada en el bando republicano.

Pat Toomey, senador por Pensilvania, reelegido en 2016 con casi el 49% de los votos, anunció en octubre del pasado año su decisión de jubilarse.

En declaraciones a la prensa, ha manifestado que Trump “cometió delitos imputables”, considerando “claramente constitucional” el hecho de que el expresidente se haya enfrentando a un juicio político, además de señalar que “el mejor resultado hubiera sido que el presidente hubiera renunciado”.

En senador de Carolina del Norte, Richard Burr, quien a igual que Toomey tiene previsto retirarse de la política para iniciar su jubilación, también ha recibido duras críticas de su partido por condenar a Trump.

"Los republicanos de Carolina del Norte enviaron al senador Burr al Senado de los Estados Unidos para defender la Constitución, y su voto para condenar en un juicio que declaró inconstitucional es impactante y decepcionante", ha manifestado en un comunicado el presidente estatal, Michael Whatley.

El voto de Burr fue una sorpresa especialmente porque unos días antes había votado que el juicio del Senado era inconstitucional. Según sus declaraciones, la razón por la que cambió de idea se debe a que “cuando comenzó el proceso, creí que era inconstitucional acusar a un presidente que ya no estaba en el cargo”, dijo. “Sigo creyendo que así es el caso. Sin embargo, el Senado es una institución basada en precedentes, y dado que la mayoría en el Senado votó para proceder con este juicio, la cuestión de constitucionalidad ahora es un precedente establecido".

"El presidente promovió teorías de conspiración infundadas para poner en duda la integridad de unas elecciones libres y justas porque no le gustaron los resultados. El presidente es responsable de estos trágicos eventos. La evidencia es convincente. Trump es culpable de incitar una insurrección en el Senado”, continuó.

Conmigo o contra ti

A diferencia de Cassidy y Toomey, los otros cuatro republicanos que se han desmarcado de la línea del partido, sí aspiran a ser reelegidos en futuras reelecciones, aunque saben que no se lo van a poner fácil, empezando por el exmandatario Trump, quien ya lo dejó claro antes de la certificación de Biden en el Congreso.

Tanto él como sus aliados, amenazaron el futuro político de aquellos republicanos que anunciaron que no plantearían objeciones a la votación del Colegio Electoral: "Cualquier senador o cualquier congresista que no pelee, les digo, su carrera política ha terminado", advirtió Eric Trump

“Yo personalmente trabajo para derrotar a cada senador republicano que no resista contra este fraude”, dijo el segundo hijo del presidente en Twitter.

Amenazados e insultados en cualquier parte

El senador Mitt Romney fue en aquellos días acosado en el Aeropuerto Internacional de Salt Late City, en Utah, por una mujer desprovista de mascarilla: "¿Por qué no apoya al presidente Trump?", dijo la señora que afirmó ser una votante de ese estado, llamándolo "repugnante" y "payaso", además de retarle, especulando que sería eliminado en las elecciones primarias.

En un vuelo con destino a Washington DC, los seguidores de Trump gritaron a Romney "¡traidor, renuncia!", se podía ver un video viral de Twitter.

En 2020, Romney fue el único senador republicano que votó a favor de la condena durante el primer juicio político de Trump.

Tras vivir en primera persona el asalto al Capitolio el pasado 6 de enero, dijo: "Obviamente es muy preocupante ver la gran violencia a la que están sometida nuestra Policía del Capitolio y todos los demás. Te desgarra el corazón y te hace llorar. Eso fue abrumadoramente angustioso y emocional", declaró el senador de Utah.

En senador de Nebraska, Ben Sasse, ganó fácilmente la reelección de 2020 y es considerado un candidato en potencia para la nominación presidencial republicana de 2024. En un vídeo dirigido al comité de su propio partido, cuando se preveía su voto para el último proceso judicial de Trump, dijo “Podéis censurarme de nuevo, pero seamos claros sobre por qué actúo así. Creo, como siempre he pensado, que la política no se basa en la extraña adoración de un tipo".

La senadora republicana con más años de servicio de un estado tradicionalmente demócrata, Susan Collins, en el estado de Maine, ha sido reelegida tres veces, en todos los casos por márgenes de dos cifras.

Perteneciente al ala más moderada, Collins se ha distinguido por alejarse de la línea de su partido en algunos temas importantes como la atención médica o la confirmación en a Corte Suprema de la ultraconservadora jueza Ami Coney Barret, que sustituyó a la liberal Ruth Bader Guinsburg. De la misma manera que sus otros colegas discordantes al Partido Republicano, considera que “Trump alentó los disturbios del Capitolio”.

La posible vuelta de Trump a las elecciones presidenciales en 2024

La relación de senadores republicanos que tendrán un futuro más incierto a priori que los que incondicionales de Trump y que votaron a favor del polémico proceso contra el expresidente, se completa con la republicana Lisa Murkowski, titular de tres mandatos en el estado de Alaska. Votó a favor de Trump cuando fue sometido al primer impeachment. Tras su oposición a algunas iniciativas del exmandatario, este se comprometió a hacer implícitamente campaña contra la senadora.

Murkowski hizo un llamamiento a Trump para que renunciara después de que los insurrectos seguidores del líder republicano se amotinaran en el Capitolio: "Francamente, después de que el público estadounidense vea la historia completa aquí ... no veo cómo Donald Trump podría ser reelegido nuevamente para la presidencia", dijo Murkowski a los periodistas.

Con la victoria de Trump en el Senado tras haber logrado la absolución de su segundo juicio político, es posible que aspire a recuperar la presidencia en 2024, aunque aún es pronto para saberlo. En cualquier caso, para muchos, los siete senadores republicanos disidentes pasarán a formar parte de la política estadounidense como los desleales desertores. Para otros, habrán escrito parte de la historia al plantarle cara al “trumpismo” más ferviente y perseverante.