Una joven de 22 años fue detenida el pasado miércoles en Las Vegas, Estados Unidos, después de supuestamente intentar asfixiar a su recién nacido de camino al hospital por decir que era un bebé "malvado" y "gruñía".
Ashley Hollingsworth, la madre del bebé, había dado a luz en casa el sábado y se dirigía al hospital MountainView cuando envolvió la cabeza del bebé con una manta. Ahora se enfrenta a un cargo de intento de asesinato y abuso de menores, según la policía de Las Vegas en unas declaraciones recogidas por el New York Post.
Ashley dio a luz en el baño del cuarto de invitados de la familia de su novio, con la que se hospedaba esos días por encontrarse cerca de un hospital. Cuando su pareja entró en el baño se encontró a la mujer de espaldas al inodoro y al bebe dentro de éste. Lo cogió en brazos y fueron al hospital. Fue cuando el novio conducía cuando Ashley intentó asfixiarle con una manta.
"Después de ver los ojos del bebé, oler lo que describió como un olor anormal y el bebé gruñéndole, Ashley decidió envolver la cabeza del bebé con la manta y la presionó contra su cara y nariz", asegura el informe policial.
Una vez que llegaron a las urgencias del hospital, la joven se negó a entrar y fue el padre del bebé quien se quedó con él. Hollingsworth fue encontrada dos horas más tarde con "lesiones auto infligidas" en la cabeza y la cara", aunque dijo que la habían golpeado con una piedra.
Finalmente, la mujer admitió que había intentado suicidarse golpeándose contra una roca al menos 15 veces. Cuando llegó al hospital, comenzó a hablar de profecías e ideas religiosas y dijo que el bebé era "malvado" y "le gruñía", además de referirse a él como un "bebé diabólico".
Según el personal médico, el bebé podría no haber sufrido lesiones. La madre estaba siendo recetada por una afección médica mental, pero tuvo que dejar la medicación por el embarazado, además es madre de otros dos menores.