Miles de chinos se marchan de Occidente por el coronavirus: “¡China es más seguro!”

  • El estado chino ha organizado hoteles de pago para los chinos que regresan de Occidente y tienen que pasar cuarentena

Hong lleva días posteando en sus redes sociales chinas su desesperación por salir de España. Vídeos de supermercados vacíos, fotos de gente paseando libremente por la calle y comentarios contra las medidas del Gobierno español en la lucha contra el coronavirus. “Creo que España no está preocupada por el virus. Quiero volver a China, pero no puedo porque me han cancelado el vuelo. De momento no puedo hacer nada más que esperar”, exclama.

Hong vive en Barcelona y ansía regresar a China, donde se siente más seguro.

No es el único. En las últimas semanas, miles de ciudadanos chinos están saliendo de Europa y EEUU para volver a su lugar de origen. Muchos ven a su país como un oasis sanitario después de que las cifras oficiales chinas no hayan registrado prácticamente contagios locales de coronavirus en los últimos días.

“Espero que los españoles se lo tomen en serio”

La percepción general en China es que en Occidente, donde los casos crecen en varios miles cada día, ni los gobiernos ni la población se están tomando en serio la gravedad de la epidemia, o no están haciendo demasiado por frenarla.

“Mis amigos españoles me decían que no creían que fuera grave, solo como un resfriado”, cuenta con asombro Li, dueña de un restaurante chino en Barcelona. “¡Creo que China es más seguro! Aquí todo el mundo lleva mascarilla y mantiene la distancia de seguridad”, opina desde Shenyang, su ciudad.

Por ello, Li decidió volver a China con sus hijos hace unos días. “En algunos grupos de WeChat -el WhatsApp chino- de amigos chinos residentes en España hay muchos que opinan que la epidemia allí será muy grave”, comenta. “Espero que los españoles se tomen en serio este virus. Mi madre se ha quedado en España para dirigir el restaurante. Pero ahora le he dicho que no salga de casa porque es peligroso”, cuenta.

“Llevo viviendo en Barcelona seis años. Me encanta España. Tengo pensado volver en septiembre, pero solo si la epidemia ya está controlada. Si no, no volveré”.

Si tienen síntomas, no vuelvan

China teme una segunda oleada de contagios por las personas infectadas llegadas de fuera en las últimas semanas, que ya rondan las 300, en su mayoría procedentes de Irán, Italia, España y Reino Unido. Pero no se trata de ciudadanos de estos países, sino de chinos que quieren buscar refugio en casa.

Son tantos que el Gobierno chino pidió la semana pasada a aquellos que tengan síntomas que no vuelvan y busquen, en su lugar, ayuda médica en el país en el que se encuentren.

También las redes sociales chinas se han llenado de comentarios despectivos contra los compatriotas que vuelven del extranjero y los acusan de traer el virus de nuevo.

Cuarentena en un hotel

Las autoridades han establecido un plan de contingencia para forzar a todos los que lleguen de fuera a pasar 14 días de cuarentena. Muchos de ellos tienen que pasar ese aislamiento en un hotel específico designado por el Gobierno.

Li también tuvo que pasarlo, aunque en su caso la dejaron marcharse al poco tiempo. “A los cuatro días de estancia, mis análisis dieron negativo y me dijeron que podía pasar el resto del aislamiento en mi casa”, cuenta, aunque salió muy satisfecha del hotel en el que la alojaron. “Todo muy limpio, con baño en la habitación, televisión, internet y calefacción”, afirma.

Estos centros de aislamiento son de pago y cada persona que regresa del extranjero tiene que cubrir los gastos de su estancia.

Es el caso también de Lin Xi, que estudiaba un máster en comunicación en Los Ángeles hasta que decidió volver a China y aparcar su propósito de buscar un trabajo y establecerse en Norteamérica. “El día que me fui, California declaró el cierre del estado y hubo más de 5600 casos nuevos en un solo día en todo EEUU. Mi familia estaba muy preocupada por mí”, comenta.

“Mi mayor miedo en EEUU era lo ignorante que es mucha gente sobre la pandemia. Intenté convencer a mi compañera de habitación para que cancelara sus vacaciones y se puso furiosa. Traté de advertir a varias personas y todas me miraron como si estuviera loca”, se queja.

Conseguí un billete solo ida a Guangzhou por 2100 euros, cuando antes los había comprado de ida y vuelta por 1600. Me tomaron la temperatura al subir al avión. Me puse mascarilla, guantes, gafas de plástico y un traje protector y no me moví en 16 horas de vuelo para no contagiarme”, recuerda.

Tras todo el proceso que tuvo que seguir a la llegada, la llevaron a su hotel de cuarentena, donde espera los resultados de su análisis en los próximos días.

“Sé que mucha gente dice que estamos huyendo del coronavirus. No me gustan esas palabras. No hay ningún sitio al que huir”, aclara. “Aunque China lo haya controlado, con cada vez más casos importados es difícil mantenerse aislado”.