La nueva presidenta de la Comisión Europea apunta a ambición en clima, seguidismo en economía y mano dura en inmigración

  • La Comisión Europea estará formada por mucho "peso pluma" y pocos "pesos pesados"

La próxima presidenta de la Comisión Europea, Ursula Von der Leyen, repartió este martes las carteras a sus 26 comisarios. La estructura del futuro Ejecutivo comunitario, si pasa el filtro del Parlamento Europeo, muestra que la nueva presidenta pone el énfasis en la lucha contra la crisis climática y el futuro digital, que sigue la línea de la actual Comisión Juncker en materia económica y que endurece el discurso contra la inmigración.

13 mujeres y 14 hombres forman la primera Comisión Europea (casi) paritaria. Von der Leyen quiere que sea “geopolítica” para que la Unión Europea tenga más peso internacional. Más allá del reparto, los tratados imponen a los comisarios que trabajen por el interés general europeo. Que dejen el pasaporte en la puerta. La experiencia muestra que la mayoría cumple esa exigencia.

Los pesos pesados

Von der Leyen entrega mucho poder a la liberal danesa Margrete Vestager. A su cartera de Competencia, encargada de entre otras cosas castigar con multas millonarias los excesos de los gigantes digitales y de las multinacionales que buscan evadir impuestos, unirá toda la política digital. Que mantenga Competencia es un recado a Washington después de que Donald Trump dijera que Vestager “odia” a Estados Unidos.

El socialdemócrata holandés Frans Timmermans será el primer vicepresidente y tendrá bajo su paraguas todas las políticas contra la crisis climática, supervisando a varios comisarios. Será una de las grandes estrellas en los próximos meses porque tiene 100 días para hacer público un "European Green Deal".

El tercer peso pesado será el conservador letón Valdis Dombrovskis, quien supervisará toda la política de servicios financieros y buena parte de la política económica. En principio, su opinión pesará sobre la del socialdemócrata italiano Paolo Gentiloni, futuro comisario de Economía, el hombre que debe vigilar el cumplimiento del déficit.

Y mucho peso pluma

A Vestager, Timmermans y Dombrovskis se pueden sumar como pesos pesados el belga Didier Reynders (Justicia), el italiano Gentiloni y Josep Borrell (Exteriores). Los demás son pesos pluma aunque algunos tienen ya una larga carrera europea. Von der Leyen y esos seis (tres socialdemócratas, dos liberales y un conservador) deberían cargar con la responsabilidad y los focos.

Equilibrios

Von der Leyen ha construido una estructura compleja que equilibra este-oeste, norte-sur y a las principales familias políticas. El reparto de carteras otorga competencias importantes a varios comisarios de países del este, que habían quedado de lado cuando antes del verano se repartieron los altos cargos del bloque. El letón Dombrovskis será el hombre fuerte del área económica, pero además Polonia se lleva Agricultura con Janusz Wojciechowski y Letonia Energía con Kadri Simson.

El sur se lleva cargos importantes (Economía para Italia, Exteriores para España, fondos estructurales y regionales para Portugal, Migración para Grecia) y Francia una cartera (Mercado Interior, Industria y Defensa) con mucho nombre y menos peso del que aparenta.

Un recado a Londres

El Brexit seguirá marcando la agenda europea pero Bruselas mira ya al futuro y otorga la cartera de Comercio al irlandés Phil Hogan, que será el responsable de negociar la futura relación con el Reino Unido. Es un doble mensaje. A Londres se le dice que se pone al mando de esas negociaciones al país que más interés tiene en un buen acuerdo comercial con el Reino Unido. Y a la vez que todo el apoyo europeo lo tendrá Irlanda.

Los eurodiputados tienen la costumbre de cargarse a algún comisario en el proceso de ratificación.

Discurso reaccionario sobre migraciones

La cartera de Migración sigue en manos de un conservador griego, esta vez de Margaritis Schinas. Pero cambia de nombre para llamarse “Protección de nuestro modo de vida europeo”. Es un eufemismo que aplaudiría George Orwell y que copia sin disimulo la forma que tienen de entender las migraciones los gobiernos más reaccionarios, como el húngaro y el polaco. El Parlamento Europeo podría exigir un cambio de nombre para esa cartera.

¿Caerá algún comisario?

Los eurodiputados tienen la costumbre de cargarse a algún comisario en el proceso de ratificación. Apunten estos nombres: la rumana Rovana Plumb (Transportes) por un caso de corrupción nacional que se arrastra desde 2017 y el húngaro László Trócsányi (Ampliación), quien fuera el ministro de Justicia de Viktor Orban cuando Budapest maniobró para limitar la independencia judicial. También, por escándalos con fondos europeos, la francesa Sylvie Goulard (Mercado Interior, Industria y Defensa) y el polaco Janusz Wojciechowski (Agricultura).