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El príncipe George, primogénito de los duques de Cambridge, sufrió en primera persona la dolorosa derrota de Inglaterra frente a Italia en la final de la Eurocopa 2020 que se disputó este domingo en el estadio de Wembley. El joven heredero al trono británico disfrutó del fútbol y fue consolado por su padre, el príncipe Guillermo, después de la tanda de penaltis que decidió el campeonato.
El príncipe George tuvo el privilegio de asistir junto a sus padres, Guillermo y Kate, a la final de la Eurocopa 2020. El nieto de Isabel II, a sus siete años, vivió el encuentro con pasión y nerviosismo. Los duques de Cambridge, muy pendientes del pequeño, que mostró en su rostro la decepción una vez finalizado el partido, le hicieron gestos de consuelo acariciándole la cabeza o tocándole el hombro.
No era el primer partido del torneo al que George acudía, pero este era un partido especial. Inglaterra se quedó cerca de conseguir el triunfo. Con chaqueta y corbata, el príncipe George no dejó de compartir impresiones. Su padre le explicó las jugadas más importantes con verdadera pasión. La selección inglesa no pudo estar más arropada. Al encuentro también acudieron el primer ministro inglés, Boris Johnson, el actor Tom Cruise y David Beckham.
El príncipe Guillermo, después del partido, lamentó la derrota de Inglaterra y la calificó de "desgarradora". "Todos han llegado muy lejos, pero lamentablemente esta vez no fue nuestro día. Todos pueden mantener la cabeza en alto y estar muy orgullosos de ustedes mismos. Sé que hay más por venir", escribió en redes.
La duquesa Kate Middleton reapareció este fin de semana tras guardar la cuarentena por haber estado en contacto estrecho con un positivo en coronavirus. Antes del partido en Wembley, el sábado acudió a entregar un premio en el All England Tennis Club.
La reina Isabel II también envió un mensaje a los jugadores ingleses poco antes del encuentro. Además de trasladar su admiración, recordó algunas de las experiencias más importantes que vivió en este deporte junto a su marido, Felipe de Edimburgo. "Hace 55 años tuve la suerte de presentarle la Copa del Mundo a Bobby Moore y vi lo que significaba para los jugadores, la gerencia y el personal de apoyo llegar y ganar la final de un importante torneo de fútbol internacional", recordó.