La tarde del martes transcurría con normalidad en el centro de Estrasburgo hasta que sobre las 20:00 horas un hombre abrió fuego en la calle Orfevres, cerca de un mercado navideño donde se concentraba gran cantidad de gente.
Ante el sonido de los disparos, el pánico cundió entre la multitud, que corría a esconderse en las calles aledañas. Según algunos testigos del momento, el autor de los disparos, quien iba armado con un arma de fuego y un arma blanca, gritó “Alá es grande” cuando abrió fuego, dejando tres muertos y hasta 13 personas heridas, algunos de ellos de extrema gravedad.
La policía ha identificado al presunto asesino, Chérif Chekatt de 29 años, mientras que la Fiscalía ha confirmado la hipótesis terrorista en el ataque y señaló que el sospechoso se había "radicalizado" tras arrastrar un largo historial por delitos comunes, con hasta 27 condenas a sus espaldas en Francia, Alemania y Suiza.
El mismo día del atentado, pocas horas antes los agentes registraron su casa tratando de detenerle por un atraco y encontraron varias granadas de mano. Todos sus compinches fueron detenidos ayer mismo. Desde 2016, está fichado por su posible radicalización.
Chérif Chekatt huyó en taxi del lugar del tiroteo y se cree que se encuentra herido, mientras las autoridades francesas han elevado al máximo la alerta antiterrorista.
"El terrorismo ha golpeado de nuevo nuestro territorio", ha lamentado el fiscal de París, Rémy Heitz, que ha admitido que el ataque podría haber tenido como detonante una operación policial el martes por la mañana en el domicilio del presunto tirador.
Cuatro personas del entorno de Cherikk están bajo custodia policial. Dos hermanos de 29 años, uno de ellos con antecedentes policiales y otras dos cercanas al sospechoso, que se busca aunque la Policía gala cree que podría haber salido del país, según informa el diario Le Figaro
En total se han movilizados hasta 500 agentes, con 2 helicópteros y se ha elevado al máximo el nivel de alerta. No obstante, el ministro asegura que se abrirán colegios y universidades, donde el ejército ha aumentado su presencia. También en las fronteras, donde se ha reforzado especialmente la seguridad.
Solo se han cerrado los mercadillos de Estrasburgo, donde también se han prohibido las manifestaciones, incluidas las de los chalecos amarillos.
Los presidentes del Parlamento europeo, Antonio Tajani; de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker; y del Consejo europeo, Donald Tusk; han condenado con firmeza el ataque en el centro de Estrasburgo (Francia), que anoche dejó al menos tres muertos y varios heridos, en una ciudad estrechamente ligada a la "paz y democracia europeas".
"Nos mantenemos unidos al lado de Francia en esta nueva etapa", ha dicho Tusk.
Desde España, tanto el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, como la Casa Real han mostrado su solidaridad con las víctimas y han lamentado lo sucedido en la ciudad francesa. Sánchez ha comenzado su comparecencia en el Pleno del Congreso para hablar sobre Cataluña y el Brexit enviando "un abrazo muy fuerte" al pueblo francés.
La extrema derecha francesa ha aprovechado una vez más para pedir la expulsión del país de los inmigrantes que hayan delinquido. Unas palabras de Marine Le Pen que no ha tenido en cuenta que en sospechoso es nacido en Estrasburgo.