En 2025 el décimo de Navidad estará ilustrado con La Natividad de la Virgen, obra barroca de Juan García de Miranda
Lotería Navidad 2024: un paseo por el Museo del Prado con los décimos
Lo que muchos ven como un billete con un número al azar, y ya, es en realidad una pieza gráfica con historia, simbología y diseño evolutivo. Los décimos de lotería en España han evolucionado desde sus orígenes, con formato utilitario y sin ornamentación, hasta convertirse en lienzos de arte accesible para millones de manos y usuarios. Esta metamorfosis revela tanto cambios técnicos como aspiraciones culturales.
De esta forma, cuando la lotería entró en España, su objetivo era recaudar para causas sociales más que cautivar con estética. El primer sorteo real organizado por Carlos III se celebró el 10 de diciembre de 1763, autorizado para beneficiar hospitales, hospicios y otras obras pías, antes de que naciera la lotería nacional en 1812. En aquellos tiempos, los billetes no estaban decorados y su funcionalidad primaba sobre el embellecimiento gráfico.
Durante el siglo XIX y principios del XX, los billetes fueron adoptando adornos modestos: cenefas, orlas, escudos nacionales y elementos tipográficos decorativos. Por ejemplo, en los primeros décimos de lotería de Navidad no se incluían ilustraciones; solo una simple orla y un escudo decoraban el número del portador.
Décimos con motivos artísticos
La transición hacia el arte ilustrado comenzó cuando la Fábrica Nacional de Moneda y Timbre asumió la tarea de diseñar billetes de lotería con grabados y motivos simbólicos. En el siglo XX se introdujeron alegorías como la rueda alada o el cuerno de la abundancia, especialmente en sorteos extraordinarios.
Pero fue en 1954 cuando se dio un paso decisivo: los décimos empezaron a incorporar obras pictóricas del Museo del Prado. Desde 1960, los décimos del Sorteo Extraordinario de Navidad se decoran con pinturas religiosas de maestros como Goya, Velázquez, El Bosco o Rafael.
Muchos cuadros del Prado se han convertido en las imágenes con las que Loterías ha ido decorando sus billetes desde 1960. Asimismo, la selección artística responde a criterios tanto estéticos como funcionales, eligiéndose tan solo fragmentos que se adapten bien al espacio del décimo y que conserven legibilidad luego de la impresión.
Así, cada sorteo navideño ha presentado un diseño único. Las ilustraciones, en torno a la Navidad y a escenas religiosas, buscan fusionar cultura, tradición y estética. El proceso creativo se inicia en enero con una preselección de obras del Museo del Prado, que luego son adaptadas por la FNMT mediante pruebas de color y recorte para encajar en el formato del décimo. En 2025, por ejemplo, el décimo de Navidad estará ilustrado con La Natividad de la Virgen, obra barroca de Juan García de Miranda custodiada en el Prado. Este tipo de decisión confirma cómo el décimo sigue siendo un vehículo de difusión artística masiva.
Los cambios más recientes
En ediciones más modernas, los décimos no solo muestran arte: integran elementos gráficos funcionales (códigos de barras, numeraciones, logos) en armonía con la ilustración. En 2024 se introdujo un formato más estilizado, donde el diseño interior defiende un equilibrio entre modernidad y respeto por sus raíces históricas.
De este modo, los décimos de lotería han viajado de la austeridad funcional al esplendor artístico sin dejar su papel social fundamental. Lo que empezó como un billete sin más ornato es ahora una pieza visual anual que mezcla historia, arte y tradición con diseño gráfico contemporáneo. Cada edición no solo representa una apuesta de suerte, sino una celebración simbólica de la identidad cultural española.

