Sanidad retira un lote de collares antiparasitarios para perros y gatos: "Todavía no han sido autorizados"
Dichos productos están destinados a la prevención de infestación de pulgas y garrapatas y para reducir el riesgo de leishmaniosis
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Con la llegada del verano, las altas temperaturas y los largos paseos con nuestras mascotas aumentan el riesgo de que éstas sufran la picadura de una garrapata, que le podría contagiar la peligrosa enfermedad de Lyme. El periodo estival es también un potenciador de la leishmaniosis, patología transmitida por el parásito Leishmania infantum, presente en la picadura del mosquito flebotomo, que afecta de forma integral a la salud del can.
Los dueños, conscientes de los riesgos a los que sus pequeños compañeros se exponen, sobre todo, durante los meses de calor, deben protegerlos de la forma indicada por los profesionales veterinarios. Una de las principales recomendaciones es la utilización de collares antiparasitarios, que se colocan en el cuello de los animales y evitan dichas picaduras, para tranquilidad de propietarios y mascotas. Sin embargo, Sanidad se ha visto obligada a prohibir y retirar un lote concreto de este tipo de productos para perros y gatos, porque se han comercializado de forma ilegal.
"No se ha podido verificar su seguridad y eficacia"
Concretamente, la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (AEMPS) ha adoptado la medida cautelar de prohibir la comercialización y pedir la retirada del mercado de todos los ejemplares de los productos SCUDO collar antiparasitario para perros (38 cm, 62 cm y 68 cm) y SCUDO collar antiparasitario para gatos, comercializados por la empresa SCUDO VET S.L.
Estos productos declaran los principios activos imidacloprid y flumetrina, indicados para la prevención y tratamiento de distintas infestaciones y la reducción del riesgo de infección por leishmania. Dichos productos tienen la consideración legal de medicamento veterinario, pero "no han sido evaluados ni autorizados por la AEMPS", por lo que no se ha podido "verificar su calidad, seguridad, eficacia ni la veracidad de la información" proporcionada para un uso seguro.
Sanidad recuerda que "la evaluación previa a la autorización es un proceso indispensable" para asegurar que cualquier medicamento veterinario cumpla con los requisitos exigidos en cuanto a calidad, seguridad y eficacia. Cuando esta evaluación no se ha llevado a cabo, existe un riesgo potencial para la salud animal, motivo por el que la AEMPS ha ordenado su retirada del mercado.