España se acerca a la tasa cero de alcohol al volante: "Puedes beber, pero no beber y conducir"

El Congreso de los Diputados tramita una reforma legal para reducir la tasa de alcoholemia permitida al 0,1.. Informativos Telecinco
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España se prepara para endurecer aún más su lucha contra el alcohol al volante. La Dirección General de Tráfico (DGT) quiere dejar claro un mensaje contundente: ni una sola cerveza antes de conducir. El Congreso de los Diputados ya tramita una reforma legal para reducir la tasa de alcoholemia permitida al 0,1, una cifra prácticamente simbólica que refuerza la idea de tolerancia cero, informan Juan Tejón y Antonio Lasso.

Puedes beber, pero no beber y conducir, ni alcohol, ni botellín pequeño, ni nada”, subraya el director de la DGT, Pepe Navarro, convencido de que la única vía para reducir los accidentes es eliminar cualquier margen de consumo.

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Educación vial más estricta

Uno de los pilares de este plan es la formación. La DGT plantea incluir más preguntas sobre alcohol en los exámenes teóricos de conducir. “Procuramos hacer todo lo posible para inculcar una conducta adecuada al volante”, señala Juan Diego Martínez, profesor de la Autoescuela Molina.

La idea es que el aprendizaje sobre los peligros del alcohol comience desde la base, en las aulas de formación vial, y no solo con sanciones o campañas de concienciación.

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Controles y consecuencias más severas

Además de la educación, las autoridades apuestan por aumentar los controles en carretera y endurecer las penas. La mitad de los conductores fallecidos en accidentes en España habían consumido alcohol o drogas. Para el catedrático de seguridad vial de la Universidad de Valencia, Luis Montoro, el problema no se resuelve solo con recomendaciones.

“El riesgo percibido de poder sufrir un control de alcoholemia impacta más en el comportamiento”, afirma. Y añade una propuesta directa: “Por qué no decirlo, aumentar las consecuencias en el Código Penal”.

Modelos a seguir: Suecia y Noruega

España aspira a seguir la estela de países como Suecia o Noruega, donde las tasas de siniestralidad vial son mínimas gracias a políticas estrictas de tolerancia cero con el alcohol y controles frecuentes.

El objetivo es ambicioso pero claro: lograr que beber y conducir sea una combinación completamente inaceptable, no solo desde el punto de vista legal, sino también social.

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