El truco con un alfiler para mejorar la visibilidad del parabrisas cuando conduces

Circular con un limpiaparabrisas sucio no solamente supone un riesgo para nosotros y el resto de usuarios de la vía, sino que puede suponer una multa de hasta 200 euros.
El truco del alfiler es una solución de andar por casa para desatascar el eyector del limpiaparabrisas y solamente nos debería llevar un minuto.
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Al volante, una correcta visibilidad es clave para conducir de manera segura, por lo que cualquier truco que nos pueda servir para mejorarla, es bienvenido. Si encima se puede realizar en poco tiempo, sin necesidad de amplios conocimientos mecánicos y con una herramienta tan común como una aguja o alfiler, todavía mejor. Vamos a contarte en qué consiste el llamado “truco del alfiler” y por qué puede que te salve de una costosa reparación o de un aumento en el riesgo de accidentes.
En qué consiste el truco del alfiler
El uso del alfiler en nuestro vehículo como herramienta para mejorar la visibilidad tiene que ver con la mejora del conducto por el que sale el líquido limpiaparabrisas. En ocasiones habrás podido notar que este líquido que nos ayuda a tener limpia la luna sale con menos presión, por lo que la limpieza no es tan eficiente. Esto no solamente puede tener su influencia en un mayor riesgo de tener un percance debido a una reducción de la visibilidad si el cristal está sucio y el sistema no lo limpia adecuadamente, sino que nos exponemos a una posible sanción de hasta 200 euros si las fuerzas de tráfico observan que un conductor circula con visibilidad reducida por falta de limpieza o daños en los cristales.
Sin embargo, lejos de tener que realizar costosas reparaciones, tanto en dinero como en tiempo, la solución puede ser “de andar por casa” y nos llevará apenas un minuto. Valiéndonos de un objeto fino y punzante, como un alfiler, aguja o imperdible, lo introduciremos suavemente en el orificio del que sale el líquido. De esta forma, podemos limpiar dicho minúsculo conducto y eliminaremos cualquier resto de suciedad que se haya podido acumular con el paso del tiempo.

Estos sistemas de eyección de agua (en el que generalmente diluimos algún producto de limpieza de lunas) suelen estar localizados en la parte superior del capó, cerca de las escobillas del limpiaparabrisas. Simplemente realiza esto cuando notes un descenso en la presión y asegúrate de hacerlo en todos los orificios de salida (generalmente un par en la luna delantera y uno en el cristal trasero), ya que las obstrucciones en ambos pueden afectar la presión del chorro y que solucionar uno no sea suficiente para que el sistema regrese a la normalidad.
El otro método, algo más profesional, aunque sin necesidad de acudir al taller, sería la alternativa de utilizar aire a presión por el tubo del agua, consiguiendo un objetivo similar: ayudar a limpiar cualquier tipo de obstrucción en la boquilla del eyector y librarnos de lo que esté obstruyendo el sistema. La ventaja en este caso es que nos aseguramos de no hacer ningún daño en la boquilla, aunque como hemos dicho antes, si se usa un elemento punzante tiene que ser lo más fino posible y retirar con cuidado la suciedad acumulada con cuidado de no pinchar donde no debemos.
En el caso de que no notes la mejoría esperada, este truco puede servirnos como señal de alerta de que algo más está mal. El sistema de líquido del limpiaparabrisas está compuesto por una bomba que envía el agua, así que, si sigues notando que hay un descenso en la presión con la que sale el chorro pese a tener el depósito lleno, ya la aguja no sería suficiente y deberás consultar con un experto mecánico. Si notas que el líquido dura poco, puede que haya alguna fuga en algún punto intermedio entre el depósito de líquido limpiaparabrisas y los eyectores del chorro.
Las escobillas son clave en el limpiaparabrisas
Por supuesto, por mucho que nos pueda ayudar el truco del alfiler para desatascar los conductos por los que sale el líquido, hay que recordar que de nada sirven si las escobillas no están en un estado correcto, puesto que estas son la fundamental del sistema de limpiaparabrisas. El mantenimiento de las mismas no se limita a cambiarlas cuando estén muy desgastadas, sino que también se pueden hacer una serie de acciones para tenerlas lo más a punto posibles.
Sobre todo después del verano, donde la subida de temperaturas ha podido secar las gomas (y también precisamente porque se prevé el comienzo de la temporada de lluvias), podemos hidratar las gomas del limpiaparabrisas para conseguir su mayor efectividad. Tras realizar una limpieza con agua y jabón suave, se puede aplicar una fina película protectora usando vaselina sobre la goma, para que el caucho absorba dicha vaselina y así no solamente se mejore su rendimiento, sino que se prolonga el uso y no sea necesario cambiar las gomas tan a menudo y que todavía estén en perfecta condición para que podamos conducir con seguridad de tener la mejor visibilidad posible.