La ola de calor aumenta las visitas al médico: "Ha sido una pretemporada de lo que nos espera"

  • Las altas temperaturas afectan sobre todo a personas con enfermedades crónicas que "se descompensan" por el calor

  • Centros de salud y hospitales empiezan a notar un aumento de visitas por efectos del calor

Rafael Micó, médico rural, está acostumbrado a que sus mayores, a los que atiende todo el año, se descompensen en verano. Llama así al sobreesfuerzo que tiene que hacer el corazón o los pulmones para adaptarse a las altas temperaturas de la ola de calor. Un trabajo que en el organismo de personas con insuficiencias o arritmias o enfermedades respiratorias crónicas, puede hacerles acabar en urgencias. En el caso de Micó, le hace terminar a él en sus domicilios, muchas veces. Por eso Sanidad ya activó a finales de mayo el plan contra el calor. "La gente mayor, si no tienen un cuidador, estos días vienen a consulta porque tienen cuadros banales, no se encuentran bien, sienten malestar. Ellos lo notan y hay más afluencia por eso. Si están con un cuidador tienen más cuidado, pero si están solos y salen, o no tienen aire acondicionado… se descompensan", explica el también vicepresidente de la Sociedad Española de Médicos de Atención Primaria.

Laura Carbajo, portavoz Sociedad Española de Medicina de Familia y Comunitaria y médico en una urgencia hospitalaria, contesta en plena guardia que sí, que "van poco a poco subiendo los pacientes que acuden con problemas relacionados con el calor". Y coincide en los términos que emplea Micó: "El problema es que por culpa de este calor muchos de nuestros pacientes crónicos se descompensan, como por ejemplo los que tienen insuficiencia cardiaca".

Este año Micó define las últimas semanas como una "pretemporada de lo que nos espera", ya que estos cuadros clínicos suelen presentarse en julio, pero rara vez a principios de junio. Porque aunque la ola de calor como tal ha comenzado esta semana, lo cierto es que los sanitarios llevan cerca de diez días viendo cómo aumenta la afluencia por dolencias asociadas al calor. "Una de las primeras urgencias que tuve hace dos semanas fue una persona que había ido al campo a cuidar su terreno a las 11 o las 12 de la mañana".

Un pico de afluencia que empezó por el colapso de la primaria

Una situación que se une al colapso previo de centros de salud, y a la saturación de las urgencias hospitalarias: "Lo normal es que vayan subiendo las visitas a urgencias por estos motivos, es lo que sucede todos los años. Lo que ocurre es que este año ha habido mucha afluencia en urgencias en abril y mayo, que antes de la pandemia solían ser meses tranquilos. Así que no esperamos mucho cambio porque la afluencia ya era alta", explica Carbajo.

La experiencia de Micó le hace pensar que tras este pico de temperaturas habrá un descenso de atenciones médicas " volveremos a bajar, pero ya hemos tenido que modificar tratamientos, ajustarlos, vigilar las tomas de tensión arterial...".

De momento los dos sanitarios afirman haber visto pocos golpes de calor o lipotimias, aunque Micó cuenta que "sí que he visto cuadros de inestabilidad en personas de mediana edad: trabajadores externos, que están sobre el asfalto, o en el campo, sometidos a más temperatura". Y Carbajo explica que el patrón en las urgencias hospitalarias ha cambiado en los últimos días por el calor: "Ahora cuando más pacientes vemos es a partir de las nueve de la noche".

Los profesionales del Hospital del Mar de Barcelona, por su parte, lamentan estar desbordados ante el gran volumen de pacientes que atienden en sus servicios de Urgencias. El centro sanitario atribuye el aumento de atenciones a varios motivos, entre ellos la llegada de la ola de calor de este mes de junio y que ha hecho que los termómetros registren antes de tiempo temperaturas propias de pleno verano. El calor, que supera los 30 grados de temperatura máxima en la capital catalana, puede poner en riesgo la salud de ancianos y ciudadanos con ciertas enfermedades crónicas. De hecho, gran parte de los pacientes atendidos por el personal del Hospital del Mar ha sufrido alguna "desestabilización" por el bochorno provocado por el episodio climático. 

Los efectos del calor en el organismo

Cuando hace calor estamos más cansados, tenemos más sed y aumentan las lipotimias o mareos. ¿Por qué? Porque nuestro cuerpo tiene que trabajar más para mantener una temperatura saludable. Y en los primeros días de calor hay que vigilar más estos síntomas, porque la naturaleza es sabia, pero no rápida, y podemos tardar hasta 15 días en adaptarnos a esta nueva temperatura.

"Cuando hace mucho calor externo se eleva la temperatura del organismo, y éste, que busca el equilibrio térmico, tiende a regularse a sí mismo. Esta función la realiza el hipotálamo, una parte del cerebro", advierte Guadalupe Blay, responsable del grupo de trabajo de Endocrinología y Nutrición de la Sociedad Española de Médicos Generales y de Familia (SEMG). Y cuando hay un cambio brusco de temperatura el organismo se pone a trabajar a toda máquina para adaptarse.

"Esta adaptación está descrita en 15 días, supone un estrés para el organismo", explica Alejandro Blanco, enfermero de urgencias y emergencias del Consejo general de Enfermería. Y se producen varias reacciones en el cuerpo. El cuerpo empieza a sudar, y perdemos líquido y sales minerales. Pero no los sustituimos inmediatamente, porque la sensación de sed puede tardar unos días. "Al principio nos cuesta adecuarnos al calor, lo mismo que pasa con el frío. Lo que ocurre es que cuando llega el calor de repente no tenemos la sensación de sed aumentada. Por eso recomendamos beber más agua de la que nos pida el cuerpo, o líquidos no dulces, para conseguir termorregularnos", aconseja la doctora Guadalupe Blay. Porque "la sed es un signo tardío. Cuando tienes sed tu cuerpo ya está deshidratado", alerta el enfermero Alejadro Blasco.

En resumen, que el cuerpo siempre está trabajando para mantener un equilibrio entre la cantidad de calor que produce y la cantidad que pierde. Demasiado calor causa sudor, y cuando el sudor se seca en la piel, la superficie del cuerpo se refresca y la temperatura baja. Así se termorregula. Pero si no tenemos sudor que expulsar porque nos falta líquido, el cuerpo no puede regularse. Por eso tanto los sanitarios recomiendan hidratar bien a las personas con un sistema regulatorio más precario como personas mayores y niños, intentar que la actividad sea moderada en estos grupos de edad a las horas de más calor, y vigilar síntomas como la desorientación, la fiebre -que se producirá si el cuerpo no está logrando termorregularse bien- o la hinchazón de manos y pies.