Así convierte el efecto "isla de calor" a la ciudad de Madrid en un horno

  • El calentamiento del asfalto y de los edificios de las grandes ciudades, como Madrid, hace que sufran temperaturas superiores a las de su entorno

  • Madrid se sobrecalienta en verano, y este fenómeno es especialmente perceptible durante las noches

  • A medida que aumentan los efectos del cambio climático y la frecuencia de olas de calor, ciudades como Madrid necesitan saber qué barrios están en mayor riesgo

Isla de calor urbana. Hace poco, les explicábamos en qué consiste este fenómeno: el calentamiento del asfalto y de los edificios de las grandes ciudades hace que, en ellas, suban las temperaturas. Es algo que comprobamos cada vez que entramos o salimos de Madrid, por ejemplo. El calor típico de los veranos madrileños se agudiza como consecuencia del efecto de la isla de calor urbana, que, además, no afecta por igual a todas las zonas de la ciudad.

Hay puntos mucho más calientes que otros, y ello depende de variables como una cubierta verde disminuida, las propiedades térmicas de los materiales utilizados en las superficies urbanas y el calor residual de actividades humanas. Como consecuencia de la combinación de estos factores, la ciudad se “sobrecalienta”. Sobre todo, en verano. Pueden verlo, de un plumazo, en el siguiente mapa interactivo de la isla de calor en Madrid y su área metropolitana.

Para la elaboración de este mapa interactivo se ha utilizado este trabajo, publicado en 2018, por el geógrafo y profesor de la UAM Fernando Allende, junto con otros colegas de la UAM y la Universidad de Cantabria. En él, plantean una "modelización espacial de la isla de calor nocturna estival en Madrid y su área metropolitana", es decir, de una superficie de 2.500 km2 en la que habitan 3 millones de personas en el área urbana y más de 5 millones en un radio inferior a 50 km.

Un fenómeno nocturno

Lo primero que hay que tener claro, cuando hablamos de isla de calor, es que es un fenómeno nocturno. Se produce fundamentalmente durante la noche porque es cuando "el calor almacenado por el asfalto y los edificios es reemitido a la atmósfera en forma de radiación de onda larga", explican los autores en otro estudio sobre el clima urbano de Madrid, realizado para el ayuntamiento en 2016. Por tanto, cuando hablamos de isla de calor, lo que se está teniendo en cuenta para medirla son las temperaturas mínimas registradas, no las máximas. Como consecuencia de este fenómeno, durante la noche, la mayor parte de los días la ciudad es más cálida que su entorno.

Por otro lado, aunque este fenómeno está presente durante todo el año, "su frecuencia e intensidad experimenta oscilaciones estacionales", en función de las condiciones atmosféricas, que en verano, claro, son mucho más favorables: cielos despejados, elevada insolación y vientos en calma. Por eso, es ahora, en verano, cuando la frecuencia de islas de calor es más elevada.

Además, hay que tener en cuenta otra cosa importante: su intensidad aumenta en los periodos cálidos. El fenómeno de la isla de calor es más frecuente, y más intenso, durante esos periodos. Explica el estudio de Allende que los días considerados como "normales" en verano son "aquellos en los que las temperaturas máximas diarias son inferiores a 36,5ºC". Los días "cálidos" en verano son "aquellos en los que las máximas diarias son superiores a 36,5ºC". En su trabajo, comparan la isla de calor nocturna estival de los días "normales" con la de los días "cálidos". Y utilizan para ello datos correspondientes al periodo 2001-2015.

Dos tipos de isla de calor

Hay dos tipos de isla de calor urbana

  • la atmosférica, que representa las diferencias en la temperatura del aire entre las zonas urbanas y las rurales de su entorno
  • la superficial, que indica la diferencia de temperatura registrada en diferentes materiales absorbentes de calor, como el asfalto, el hormigón y el metal. Sus superficies se calientan rápidamente y, a su vez, emiten la energía absorbida. 

Explican los autores del informe de la UAM que entre ambos tipos de isla existe una estrecha relación. "La temperatura del suelo es uno de los factores esenciales en la formación de la isla de calor atmosférica. En consecuencia, el conocimiento de la isla superficial es clave a la hora de plantear las medidas más adecuadas para disminuir la temperatura en las zonas urbanas, actuando sobre el tipo de materiales del complejo entramado urbano", advierten.

En relación con esto, es importante saber, también -y se ve muy bien en el mapa interactivo del artículo- que no todas las zonas de esta isla de calor se calientan igual. Un proyecto llevado a cabo por la Universidad Politécnica de Madrid - 'MODIFICA: Modelo predictivo del comportamiento energético de edificios de viviendas bajo condiciones de isla de calor urbana'- constató que el calor no es el mismo en toda la capital, sino que cambia mucho según los barrios: en algunos, puede llegar a haber hasta 8 grados más que en otros.

Islas de calor y cambio climático

Por eso, el fenómeno isla de calor tiene una gran importancia de cara a la planificación urbana en general. Las ciudades españolas, no sólo Madrid, son cada vez más grandes, están más pobladas y sufren cada vez más este fenómeno de la isla de calor urbano, que además se ve acentuado por el cambio climático y la contaminación. El informe de la UAM recuerda que "las ciudades son las principales causantes del efecto invernadero y a la vez, son las zonas que, debido a la concentración de población, resultan más vulnerables".

La ONU advertía, recientemente, de que las ciudades 'sobrecalentadas' se enfrentan a costes climáticos "desproporcionados", precisamente por el efecto isla de calor, que puede elevar la temperatura media de las ciudades hasta 4 grados de aquí a final de siglo si no disminuyen las emisiones gases de efecto invernadero (GEI), según sus cálculos. El PNUMA presentaba un documento, en la Cumbre del Clima celebrada en Glasgow el año pasado, que explica como las ciudades se calientan cada vez más y más rápido como consecuencia de este fenómeno. La guía 'Combatiendo el calor: Guía para un enfriamiento sostenible de las ciudades' prescribe estrategias probadas en numerosas ciudades de todo el mundo para lograr un enfriamiento urbano sostenible. Esto es importante, porque a medida que aumentan los efectos del cambio climático y la frecuencia, por ejemplo, de olas de calor extremo, ciudades como Madrid necesitan saber qué barrios están en mayor riesgo de sufrirlo.