La Guardia Civil acusa de asesinato a Arancha Palomino y Luis Lorenzo tras urdir un plan para expoliar el patrimonio de su tía anciana

  • La Guardia Civil considera que la cuidadora colaboró con los dos acusados: Arancha y su marido, el actor, Luis Lorenzo

  • La cuidadora de la tía de Arancha Palomino, A.E. Vaca, ha pasado de testigo a investigada por las sospechas que la Guardia Civil

  • Arancha y Luis están señalados en el último informe por la Guardia Civil como autores del asesinato de Maria Isabel por motivos económicos

La cuidadora de la tía de Arancha Palomino, A.E. Vaca, ha pasado de testigo a investigada por las sospechas que la Guardia Civil tiene sobre su colaboración con los dos acusados: Arancha y su marido, el actor, Luis Lorenzo. Los dos están señalados en el último informe por la Guardia Civil como autores del asesinato de María Isabel. El día que murió ellos dijeron que estaban de viaje a Asturias, un extraño viaje, emprendido de madrugada.

Pero sus teléfonos los sitúan en Madrid. Primero, es verdad, en Chamartín y en Valladolid. Volvieron a la estación a las 11:28. De ahí se fueron a su casa, según los teléfonos. Pero la cuidadora declaró que no llegaron hasta después de comer. La llamada de emergencias la hizo Luis Lorenzo horas después del fallecimiento. ¿Por qué tardaron en llamar y por qué querían una coartada?

El cuerpo de Isabel estaba maquillado

La cuidadora, en una situación muy comprometida, se ha negado a declarar. Otro de los aspectos oscuros que destaca la Guardia Civil es sobre el maquillaje que tenía el cuerpo de María Isabel cuando le hicieron la autopsia. La empresa funeraria asegura que no maquilló ni arregló el cuerpo, pero los moratones y traumas que tenía fueron maquillados según la autopsia. Es curiosos que los dos acusados no avisaron a nadie. Tuvieron obligación de enterrarla en Asturias, pero no se lo dijeron a la familia. Fue una vecina la única que alertada, avisó a la familia que se presentó en el tanatorio e impidió el entierro que se pretendía sin autopsia. Así se descubrió el plan.

La Guardia Civil habla de un plan para conseguir el patrimonio de María Isabel

La Guardia Civil habla de un plan. El plan para conseguir el control del patrimonio de María Isabel era provocando deterioro físico y cognitivo, por medio del abandono, la desnutrición y un coctel de antipsicóticos con los que conseguir doblegar su voluntad. Los investigadores creen que aceleraron su muerte cuando la familia asturiana de Maria Isabel les denunció por llevársela y dejarla incomunicada, secuestrarla. Dos días antes de morir creen que también hubo un detonante.

María Isabel falleció el 28 de junio 2021. El instructor de la causa abierta en la Guardia Civil en Madrid, por la detención ilegal, denunciada por la familia, habló por teléfono con Arancha Palomino el 26 de junio, pero no logró hablar con su tía. La acusada le dijo que se encontraba muy mal y por eso el guardia civil decidió enviar a una pareja de guardias a inspeccionar la vivienda. No pasaron de la puerta porque Arancha les dijo que sin orden judicial no entrarían. Y no entraron. Dos días después María Isabel fallecía.

Las otras cuidadoras

La cuidadora también es sospechosa por sus contradicciones. Por reportar a la empresa para la que trabajó el abandono de María Isabel y negarlo cuando la contrató directamente Arancha Palomino. Su antecesora en el puesto duró una semana y contó que María Isabel estaba descuidada, sucia, no la dejaban usar el baño de la casa, no tenía ropa para mudarse y no paraba de decir que se quería volver a Asturias. La cuidadora califica a Arancha Palomino como víbora y dice que está desequilibrada. Se hacía pasar por abogada. En la vivienda no había comida, solo galletas y leche.

Los hijos de la pareja, uno de una relación anterior de ella y otro de él, y un pequeño común que pegaba patadas a María Isabel constantemente. Los vecinos la veían bajar al baño del garaje porque no le dejaban usar el de casa, a Arancha le “daba asco”. Otra de las veces, los vecinos grabaron cómo intentaba escapar de ese horror y la sorprendían los dos acusados, diciéndole que tenía que estaba confundida por su enfermedad mental. Pero no era verdad.

El dinero

Cada vez que María Isabel se quedaba a solas con el notario, o con el médico, sin que estuviera su sobrina por medio, ella explicaba lo contrario de lo que asegura la sobrina. De hecho, la segunda vez que Arancha intentó conseguir el poder de ruina en el notario, la firma sobre un depósito de 70.000 euros a plazo fijo que tenía en Asturias su tía, el notario se lo negó por el estado de Isabel. Acababan de salir del hospital, con un alta voluntaria, firmada por Arancha como si fuera su tía, y se la había llevado casi directa al notario. Ya tenía autorizado disponer de la cuenta corriente con 60.000 euros, y ya había conseguido ser heredera. Pero les faltaba el depósito. Y eso se resistía. Luis Lorenzo se había hecho pasar por abogado en la sucursal de Asturias y a pesar de sus dotes de actor, no los había convencido.

Descontrol, mala praxis y negligencia

No hay ningún examen neurológico bien hecho, ni hecho en todo el proceso. En la clínica privada Nuestra Señora de América, primera visita en agosto de 2020, en Madrid, un informe a mano en el que Arancha Palomino se hace pasar por hija de la fallecida. Según los especialistas que han visto el informe y pueden traducir lo que significa, no le hicieron pruebas necesarias para diagnosticar ningún tipo de demencia. La doctora que firmó ese documento asegura que se sintió muy presionada por Arancha Palomino para emitir ese informe y ese diagnóstico.

Cuando regresó a Asturias tras esa primera visita sí que hay un médico de cabecera que le hace un examen neurológico y concluye que tiene un deterioro cognitivo leve, el escáner es normal para la edad que tiene, y le quita el primer antipsicótico que de la mano de la investigada Arancha Palomino, le están dando a Isabel. Cuando se la vuelven a llevar a Madrid el 11 de marzo de 2021, no tarda ni un día en llevarla de nuevo a la clínica privada para que le den otra vez la medicación.

Arancha en su declaración dice que su tía ha empeorado, aunque no hay ningún testimonio en Asturias que avale eso. De nuevo sin pruebas adecuadas, el hospital privado o esa doctora que firma, la doctora le vuelve a pautar el antipsicótico. Como son muy caros, la sobrina investigada se lanza a la Seguridad Social. Y en el sumario se comprueba el descontrol, la mala praxis y las negligencias que hubo en época de pandemia. Los médicos del ambulatorio, y del centro de especialidades donde se hizo una pequeña comprobación, no exploraron nunca como debe ser a Isabel. Dieron por bueno el informe de la clínica privada y con eso y sin pruebas, le recetaron más antipsicóticos y distintos. Los han reconocido en sus declaraciones.

Así según la Guardia Civil se logró hacer acopio de fármacos para conseguir el deterioro cognitivo y volitivo que buscaban los dos acusados con su plan. Los expertos consultados dicen que un diagnóstico de demencia tarda en hacerse hasta un año, que degenera muy lentamente y que es imposible que en cuatro meses avanzara así. A no ser que una mezcla de antipsicóticos como los que acumuló María Isabel en su cuerpo le aceleraran el deterioro que supuestamente buscaban. La defensa sigue centrada en que no está clara la causa de la muerte por envenenamiento, por intoxicación de cadmio y manganeso. Esa es probablemente la estocada final, para la Guardia Civil el final del plan que tuvieron que acelerar al verse investigados. 

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