"¡Vergüenza me daría, desahuciar a María!": expulsan de su casa en Alicante a una anciana de 71 años y su hijo con discapacidad

Entre lágrimas, con sus cosas en una pequeña maleta en una mano y en la otra un cartel de protesta, María era desahuciada de su casa en Alicante por la Policía Nacional. Su desalojo no ha sido por impago, sino por avaricia de un fondo buitre que se ha hecho con el edificio en el que había residido durante años junto a su hijo, quien tiene una discapacidad. Un caso similar ocurrió a una anciana de 87 años, quien después de más de 50 años pagando sistemáticamente el alquiler, fue desahuciada con la excusa de que tenía un perro. La anciana alicantina, de 71 años, hacía magia con su pequeña pensión de tan solo 700 euros para pagar la vivienda y todos los gastos. Esta injusticia llegó a oídos de distintos grupos, que han luchado hasta el último momento por que María pudiese recuperar su hogar.

María, llegó a la que hasta ahora ha sido su casa en 2013. Desde entonces, a estado pagando religiosamente los 300 euros que acordó con la inmobiliaria con la que firmó el alquiler. Pero los cosas cambiaron a inicios del pasado año cuándo un fondo buitre -un fondo de inversión que invierte las deudas públicas de las entidades- se hizo con el inmueble, quienes no le han renovado el alquiler, por mucho que lo han intentado.

María y su hijo no tienen a donde ir

Durante la jornada de hoy, se han concentrado a las afuera de la vivienda decenas de activistas del movimiento "Sindicat Barri Carolines" con el fin de evitar el desahucio de la anciana. Las protestas han generado momentos de mucha intención, por lo que ha sido necesario la intervención de los agentes antidisturbios, quienes se han encargado de expulsar a los activistas de la vivienda que se habían atrincherado en la vivienda. Mientras, el resto, que esperaban en las inmediaciones del edificio, han comenzado a gritar cánticos en protesta de esta injusticia: "¡Vergüenza me daría, desahuciar a María!" o "Este desahucio, lo vamos a parar".

Finalmente, María, junto a su hijo, que está a su cargo, han abandonado entre lágrimas pacíficamente la vivienda. De hecho, ya tenía preparadas las maletas con todos sus objetos personales para dejarla. Desde que se enteró de la intención del nuevo propietario de expulsarla de la vivienda, se ofreció a pagar más por ella con tal de no tener que abandonar su casa. Pero sus esfuerzos fueron en vano.

Ahora, María y su hijo no tienen donde ir, están en la calle. A pesar de contar con todos los requisitos para ser considerada una familia vulnerable, desde la administración, aún no se le ha concedido una vivienda alternativa.

El barrio de María en Alicante, foco de desahucios

Desde la organización que ha apoyado a María en estos duros momentos, denuncian que este solo es el primero de muchos desahucios previstos en el mismo barrio en los próximos días. La asociación vecinal ha hecho público en sus redes sociales los casos de otros vecinos como Jan, Maximiliano o Rafael que están a la espera de que se ejecute su desalojo durante este mes de febrero.

Para evitar situaciones similares, desde el sindicato hacen un llamamiento a los vecinos de la zona para tratar que se sucedan más desalojos promovidos por fondos buitres y bancos.