Amorebieta se vuelca en una fiesta solidaria para Álex, el joven al que casi matan de una brutal paliza

Álex, el joven el que casi matan de una brutal paliza en Amorebieta, recibe una fiesta solidaria
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Residentes de Amorebieta se han volcado en una fiesta solidaria para Álex, el joven al que un grupo de individuos sin escrúpulos dieron una brutal paliza que lo dejó en coma hace dos años, en julio de 2021, cuando se ensañaron contra él acorralándole y propinándole todo tipo de golpes. Con graves secuelas que le impiden la autonomía, hoy es casi un milagro verle saludar, presente en el acto que le han preparado para expresarle apoyo a él y su familia.

“Es una fiesta solidaria para recaudar fondos para la rehabilitación privada de Álex, que se está llevando a cabo en Barcelona”, cuenta Alexandra Buric, portavoz y amiga del joven, quien se manifiesta feliz por la gran acogida que ha tenido el acto y el cariño que les están brindando.

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Con ese objetivo, han preparado toda una jornada en la que no faltan detalles para niños y adultos, y para que él disfrute de un momento especial: “Con mucha ilusión, mucho trabajo, mucho empeño, mucha gente que nos ayuda. Toda la gente que está aquí trabajando son voluntarios. Hemos tenido donaciones de carne para hacer barbacoa, bebidas de los bares de Amorebieta, de particulares, gente que ha querido colaborar y ayudar”, cuenta Alexandra a Informativos Telecinco.

Para la ocasión no faltan espectáculos de magia, de baile e incluso actuaciones de DJ con música de Rumanía, de donde es originaria la familia, que se extenderán durante la noche.

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“Todo apoyo es poco”, como señalan los vecinos, emocionados hoy al ver a Álex luchando contra las secuelas de la brutal paliza, pero aferrándose a la vida.

La lucha de Álex contra las secuelas de la paliza en Amorebieta

“Ha mejorado un poco”, cuenta Alexandra, quien explica que el joven ha dicho ya una palabra, y ha sido una “muy importante y especial”: mamá. “Por ahí se empieza”, señala con una sonrisa.

“Ya le han quitado la sonda que tenía en la tripa para comer. Está comiendo comida por la boca. Es un progreso muy grande que nos habían dicho que nunca iba a llegar”, cuenta, revelando que incluso está avanzando más de lo esperado en algunas facetas.

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El lado derecho de su rostro, “que estaba paralizado por completo”, “lo está moviendo”, añade, bromeando con que a su madre “le sube la tensión con cada progreso pequeño de Alexandru”.

“Está muy ilusionada y muy feliz de verle así, de verle progresar”, explica, señalando que el joven, de 25 años, les contesta “con la mirada, con gestos, con la cabeza”… “Poco a poco. Cada progreso pequeñito para nosotros es enrome”, insiste.

La madre de Álex, siempre junto a su hijo y agradecida por el cariño de Amorebieta

Durante todo este proceso, el padre y la madre de Álex han luchado junto a él, arropándole en todo instante. “Nunca ha dejado de esperar un milagro. Todo el mundo nos decía que no, y ella decía: ‘Sí, que va a pasar un milagro. Con mi hijo va a pasar un milagro, ya veréis”, cuenta Alexandra, dejando clara la determinación de la progenitora: “No se deja, no se va a rendir”. “No se aleja para nada de él”, asevera.

Ahora, contagiados con esa fuerza, una multitud también le arropa en Amorebieta, que hoy ha podido ver a Álex durante unos instantes en los que ha acudido al acto llevado por sus padres, que querían asistir y estar presentes para agradecer personalmente todo lo que están haciendo por ellos con esta fiesta solidaria para recaudar fondos que le ayuden en su rehabilitación privada en Barcelona, donde no dejan de alabar el trato recibido.

Alex avanza lentamente, pero de forma extraordinaria dos años después de la paliza

Quienes le propinaron la brutal paliza, linchándole y robándole, pertenecían a un grupo asociado a la llamada banda de ‘los Koala’. Fue una jauría de individuos de entre 15 y 38 años que le golpearon reiteradamente sin piedad. A botellazos, con palos y patadas por distintas zonas del cuerpo, todos se ensañaron al unísono con una violencia extrema. “¡Matadlo, matadlo! ¡Graba eso, graba eso!”, llegaron a gritar mientras le apalizaban, tal como quedó registrado en unas imágenes que posteriormente las autoridades pudieron examinar para su juicio y condena.

Hoy, dos años después de aquello, el progreso de Álex en la clínica de Barcelona, contra todo pronóstico, es extraordinario, como lo son también las personas que se han volcado en Amorebieta para ayudarle y no dejar de apoyarle.