Edwin Torres, juez federal de Estados Unidos del Distrito Sur de Florida, ordenó el pasado viernes que David Knezevich, el marido de Ana Knezevich, la mujer estadounidense de origen colombiano desaparecida el 2 de febrero en Madrid, permanezca detenido bajo custodia del FBI sin derecho a fianza, rechazando así el argumento que sostenía el equipo de abogados del arrestado de que el caso tratado por la Fiscalía es "totalmente circunstancial" y que "no debería ser juzgado en EEUU". No habrá libertad provisional para él.
Así lo recogen medios locales como 'ABC News'. El juez federal aseguró que la decisión de retener a David Knezevich hasta el juicio fue "una decisión difícil", pero afirmó que la riqueza del propietario de un negocio de Fort Lauderdale, en Florida, y sus estrechos vínculos con su Serbia natal hacen que exista el riesgo potencial de fuga, incluso si se le exigiera una fianza de un millón de dólares, usar una pulsera en el tobillo y entregar su pasaporte. Y es que tanto David como Ana son ciudadanos estadounidenses naturalizados.
David Knezevich, de 36 años, fue arrestado el pasado sábado 4 de mayo por el FBI en el Aeropuerto Internacional de Miami acusado de secuestro. Los investigadores creen que es la única persona detrás de la desaparición de Ana María (Knezevich) Henao, a quien se le perdió el rastro el 2 de febrero en el barrio de Salamanca de Madrid después de que un hombre con un casco de moto -que con gran probabilidad podría ser el acusado- pintara con un spray negro las cámaras de seguridad del bloque donde vivía. La mujer de 40 años, cabe recordar, se mudó de Florida a la capital española a finales del año pasado después de su separación.
La decisión del juez Edwin Torres de que David permanezca detenido sin fianza se produjo tras una polémica audiencia de dos horas en la que la fiscal federal Lacee Monk y la abogada defensora del sospechoso, Jayne Weintraub, discutieran sobre cuán sólidos son los argumentos del Gobierno contra el arrestado y si EEUU tiene jurisdiscción para juzgar un presunto crimen ocurrido en Europa.
La fiscal federal Lacee Monk expuso ante el juez federal que los fiscales creen que Ana está muerta y que el FBI y la Policía Nacional de España tienen pruebas sustanciales de que David está detrás de la desaparición de su esposa, que ocurrió cinco semanas después de que ella lo dejara y se mudara a Madrid, en pleno proceso de divorcio tras unos meses muy complicados entre ambos. Lacee Monk subrayó que ambos, después de 13 años de matrimonio, discutían sobre cómo dividir una fortuna sustancial que amasaron con su empresa de informática y sus inversiones inmobiliarias. Él, según la fiscal federal, no quería una parte igual, como hemos informado en reiteradas ocasiones en Informativos Telecinco.
Lacee Monk destacó que David voló a Turquía desde Miami tan solo seis días antes de la desaparición de Ana e inmediatamente viajó 950 kilómetros hasta Belgrado, en su Serbia natal. La fiscal federal asegura que "estaba cubriendo sus huellas" en ese momento. Allí, en el país balcánico, alquiló un Peugeot, y el 2 de febrero, tal y como recoge un vídeo de una cámara de seguridad, aquel vehículo aparece a 2.600 kilómetros de Serbia en una ferretería de Madrid. Lacee Monk dice que David usó dinero en efectivo para comprar cinta adhesiva y la misma marca del spray negro que el hombre con el caso de moto usó en las cámara de seguridad del bloque de Ana. Aquel individuo tiene la misma altura y las mismas cejas que él y, además, su teléfono móvil se conectó a Facebook desde la capital española.
También, subraya la fiscal federal, se robaron varias matrículas en Madrid que fueron detectadas por lectores de las autoridades cerca de una tienda de motos donde se vendió un casco idéntico al que portaba el individuo que pintó con un spray las cámaras de seguridad del bloque de Ana. Y, horas después de que aquel hombre abandonara la zona la noche de la desaparición, un Peugeot idéntico al que alquiló David -y con las matrículas robadas- fue grabado pasando por un peaje cerca de Madrid. Eso sí, no se pudo ver al conductor, al estar los cristales tintados.
Otro indicio más que contundente para los fiscales es que la mañana después de la desaparición de Ana, David le envió un mensaje de texto a una mujer colombiana que conoció en una aplicación de citas para pedirle que tradujera al español, en "perfecto colombiano", dos mensajes en inglés, recalcó Lacee Monk. Después, según la fiscal federal, ella los devolvió y dos amigas de Ana recibieron aquellos mensajes exactos a través de WhatsApp desde el teléfono móvil de la mujer de 40 años. Aquellos textos, que ya tratamos en este medios al ser "muy extraños para la familia", indicaban que Ana se había ido con un hombre que acababa de conocer, cuando eso era impensable. Lacee Monk dijo que eso es una prueba de que David tenía el móvil de su esposa.
Finalmente, destacan los fiscales, cuando David devolvió el Peugeot a la agencia de alquiler cinco semanas después de tomar el vehículo, el turismo había sido conducido 7.700 kilómetros. Las lunas estaban tintadas, dos pegatinas identificativas habían sido retiradas y había pruebasde que se había quitado la matrícula y vuelto a colocar con posterioridad. Lacee Monk recalcó que David tiene un fuerte incentivo para huir, ya que se enfrenta a una posible sentencia de cadena perpetua si es declarado culpable de secuestro y muerte y si se puede demostrar que asesinó a su esposa. El cuerpo, según las autoridades españolas, lo habría metido en una maleta y se habría desecho de ella antes de salir del territorio nacional. Se baraja como un caso de violencia machista.
Mientras, la abogada defensora de David, Jayne Weintraub, aseguró que el caso, que está siendo evaluado por el Gobierno, está "basado en suposiciones". La letrada negó que la separación de la pareja fuera agria e interrogó extensamente a la agente del FBI Alexandria Montilla sobre la investigación, tratando de encontrar posibles incoherencias en la versión que sostienen los fiscales.
La agente Montilla dijo que los únicos artículos que faltaban en la vivienda de Ana del barrio de Salamanca de Madrid eran su ordenador portátil y su teléfono móvil. Jayne Weintraub señaló que, tal vez, tomó una muda de ropa y se escapó con un hombre. La policía del FBI también afirmó que se encontraron restos de sangre no identificada en la vivienda que están siendo analizados y la letrada defensora cuestionó por qué este proceso tarda unos tres meses. Jayne Weintraub también puso en duda las entrevistas de la Policía Nacional de España a todos los hombres que se vieron con Ana desde su llegada a Madrid. Dijo que cómo saben que no hay nadie más y que Ana tenía antecedentes de enfermedad mental, llegando a hablar de suicidio. La abogada dijo que la mujer tal vez se fue "de vacaciones por su salud mental" y pronto regresaría "con quenquiera que esté", una sugerencia que causó gran malestar entre los familiares de Ana, presentes en la sala.
Jayne Weintraub también argumentó que no hay evidencia de que la desaparición de Ana haya sido forzada, un componente esencial de un cargo de secuestro. “Y nunca lo habrá”, puntualizó. Luego cuestionó si el Gobierno de Estados Unidos tiene siquiera jurisdicción. Lacee Monk explicó que, según las revisiones realizadas a la ley federal sobre secuestros de 2006, EEUU puede acusar a alguien si el delincuente participó en el ámbito "interestatal o extranjero" para cometer el delito. Jayne Weintraub respondió y dijo que le parecía una exageración. La abogada podrá preparar una defensa sustancial, pero la Fiscalía tiene pruebas suficientes para acusar a su cliente y corre riesgo de fuga, según el juez federal, que le invitó a la letrada a apelar su decisión, pero no obtuvo respuesta.
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