El enfrentamiento entre un propietario y su inquiokupa, tras ocho años de impagos: "Quería asegurar un futuro a mis hijas"

David, afectado por la inquiokupación, en 'Vamos a ver'.
Compartir

David alquiló su casa en 2017 a un hombre que, poco después de mudarse, dejó de pagar el alquiler. Decidió denunciarlo, pero el proceso judicial se alargó un año y medio. Cuando finalmente llegó la fecha del juicio, descubrió que su inquilino original ya no vivía en la casa y que en su lugar se encontraba su expareja. Esto significó tener que comenzar desde cero el proceso legal. La situación se complicó aún más con la llegada de la pandemia, cuando los plazos judiciales quedaron suspendidos. 'Vamos a ver' ha entrevistado a David, quien tras casi una década, sigue sin poder recuperar su propiedad, mientras acumula una deuda de más de 50.000 euros en impagos y gastos adicionales.

Desde entonces, David ha continuado pagando la hipoteca, los suministros y los impuestos, mientras que la actual inquilina no ha abonado ni un solo mes de alquiler. "Yo tengo las obligaciones de propietario, pero no puedo disfrutar de la vivienda", ha explicado, visiblemente frustrado.

PUEDE INTERESARTE

El propietario ha asegurado que ha sentido "impotencia" y "mucho sufrimiento" durante todo este tiempo. "No comprendo cómo hemos podido llegar hasta aquí ni por qué tengo que hacerme responsable de estas situaciones cuando hay una administración que debería encargarse", ha señalado.

Además, ha denunciado que existen abogados especializados en alargar plazos judiciales, lo que complica aún más la resolución del problema. "Perdí el pleito la primera vez porque el juez determinó que debía denunciar a la nueva ocupante", ha detallado. "En el segundo juicio, tres días antes de celebrarse, pidió un abogado de oficio y el proceso se paralizó de nuevo. Así llevamos ocho años sin solución".

PUEDE INTERESARTE

Paloma, la actual inquilina: "No puedo recibir ayuda si el contrato no está a mi nombre"

'Vamos a ver' ha conseguido hablar con Paloma, la mujer que actualmente ocupa la vivienda de David, para conocer su versión de los hechos. La conversación con el propietario ha sido tensa pero calmada, en la que ambos han expuesto sus argumentos.

"La casa está a nombre de mi ex y, si no la pone a mi nombre, los asuntos sociales no pueden ayudarme", ha explicado Paloma. Sin embargo, David ha rechazado esta justificación, asegurando que después de ocho años sin pagar, no se trata de un simple trámite administrativo. "Tú lo que quieres es volver a empezar desde el principio", le ha reprochado David.

PUEDE INTERESARTE

El propietario ha explicado que el alquiler en su día era de 370 euros al mes, una cantidad asumible. "La idea no era hacerme rico con esta vivienda", ha asegurado. Sin embargo, aunque Paloma cobra el salario mínimo, se niega a pagar cualquier cantidad.

"No quiero nada malo para esta persona, soy empático y seguro que tiene una mala situación, pero no entiendo por qué tengo que hacerme cargo yo de ella. Para eso están las administraciones y los servicios sociales", ha insistido.

David, propietario de la casa: "Si dejo de pagar la hipoteca, me embargarán la vivienda"

A día de hoy, la deuda acumulada por impagos de alquiler y gastos adicionales asciende a unos 50.000 euros, una cantidad que David sigue cubriendo sin recibir ninguna compensación. "Si dejo de pagar la hipoteca, supongo que me embargarán la vivienda y, probablemente, si no es suficiente, también mi sueldo o mi casa actual, donde vivo con mis hijas", ha lamentado.

El propietario ha criticado la falta de apoyo a los pequeños arrendadores y la indefensión que sufren ante situaciones como la suya. "No entiendo este ataque a los pequeños propietarios. Nuestro único error ha sido alquilar la vivienda y equivocarnos de inquilino. No hemos hecho nada ilegal, simplemente confiamos en alguien que dejó de pagar", ha afirmado.

David compró la vivienda con la intención de asegurar el futuro de sus hijas o garantizarse una jubilación más tranquila". Mientras la batalla legal continua, él sigue pagando las deudas que no le corresponden, sin saber cuándo podrá recuperar su hogar.