Los cinco puntos en los que se produjo el robo de cobre que ha causado el caos en los trenes entre Madrid y Andalucía
“Es una acción bastante coordinada, quien lo hacía sabía perfectamente donde iba porque es una zona donde no hay cámaras", dice Óscar Puente
Los investigadores apuntan a un caso de delincuencia y ven poco probable el sabotaje por interés político
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La investigación del “robo de cable” de cobre que ha causado un auténtico caos en la circulación de trenes entre Madrid y Andalucía, –a lo que además se ha sumado el “enganchón” de un Iryo en una catenaria–, se centra ahora en cinco puntos a lo largo de la línea de alta velocidad entre la capital y Sevilla. El ministro de Transportes, Óscar Puente, ha apuntado a un acto deliberado asegurando que quien robase el cable “sabía lo que hacía”, como informan en el vídeo Malena Guerra y José Díaz Pando.
Los problemas se concentraron en la provincia de Toledo. Primero con cinco robos de cable a aproximadamente las 17:44; un “sabotaje” que, según Renfe, causó retrasos de 60 minutos, pero no la paralización total. Eso sucedió después: sobre las 21:40, cuando un tren Iryo, más al norte de eso, en La Sagra, destrozó la catenaria.
El robo de cable y el caos en los trenes de alta velocidad entre Madrid y Andalucía
Quienes robaron el cable, después de llegar a la zona a través de pistas forestales de Toledo, pudieron acceder a las vías tras cortar una alambrada. En otros puntos, los ladrones directamente saltaron la valla.
Tras ello, fueron a por unas cajas de seguridad y cortaron los cables de cobre, lo que afectó a la señalización de las vías.
Ello, junto al “enganchón” del Iryo, provocó el colapso de la línea de alta velocidad.
El robo del cobre, en cinco puntos distintos
Según el ministro Óscar Puente, el robo se produjo en cinco puntos distintos en diez kilómetros, en las proximidades de Manzaneque.
“Es una acción bastante coordinada. Quien lo hacía sabía perfectamente donde iba, porque es una zona donde no hay cámaras. Es una zona, digamos, de nada…”, ha expresado.
En total, se calcula que se llevaron 300 metros de cobre; menos de 1.000 euros, porque no era cobre de catenaria, sino un sensor dentro de unas cajas que avisa de obstáculos en la vía.
Por eso, en el Ministerio de Transportes ven un “sabotaje” para alterar el regreso tras el puente.
“Quienes hacen eso contemplan la hipótesis de que eso suceda. Deja a ciegas la vía. Hace falta una logística, saber dónde están los puntos, las cajas de seguridad, etc”, ha señalado Óscar Puente.
Los investigadores ven poco probable el sabotaje por interés político
Ese conocimiento también se les atribuye a las bandas que roban cobre instaladas en la provincia de Toledo, donde más robos de cable hubo el año pasado.
Así, los investigadores apuntan a un caso de delincuencia y ven poco probable el sabotaje por interés político.
El problema de los retrasos de una hora al reducir a 40 kilómetros por hora en ese punto se agudizó, además, cuando un Iryio reanudó la marcha y enganchó la catenaria. Hasta restaurarla y apartarlo, se pararon todos los trenes.
Al respecto, los enganchones de catenaria, dice el ministro, no son tan infrecuentes.
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