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La industria textil estará sometida al pasaporte digital en 2030

Ropa
Una dependienta colocando ropaEuropa press
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La Unión Europea (UE) ha marcado como objetivo que, para 2030, toda la ropa que se fabrique esté compuesta por fibras recicladas y producidas bajo condiciones que respeten tanto el medioambiente como los derechos laborales. Para lograrlo, será obligatorio incorporar un pasaporte digital, que supondrá un freno para la "moda ultra rápida" que llega de otros continentes.

"En el mundo se tira un camión de ropa cada segundo. Se necesita mayor voluntad para parar toda esta avalancha", afirma Paloma García López, directora de “The Circular Project”, una iniciativa centrada en la moda sostenible.

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Este pasaporte digital, considerado como “la gran esperanza del sector”, será una herramienta que certificará el origen de las prendas, quién las ha fabricado y en qué condiciones, acompañándolas hasta el final de su vida útil.

Además, recogerá si se han cumplido los estándares medioambientales y los derechos laborales, señala García López, quien destaca que esta herramienta aportará una mayor transparencia a la industria de la moda desde enero de 2026.

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Según el informe de “Circle Economy” publicado en 2024, el 99 % de los materiales empleados actualmente en la industria textil no son reciclados. Solo el 1 % de los tejidos proviene de material reciclado.

"La ropa y el calzado desechados suponen 5,2 millones de toneladas, 12 kilos por persona y año. Menos del 1 % de los textiles del mundo se reciclan para fabricar nuevos productos", indican datos de la Unión Europea.

Durante la última década, tanto en España como en otros países europeos, se ha intentado incorporar materiales recuperados con el objetivo de lograr una moda más circular. Sin embargo, García asegura que los avances han sido escasos por falta de valentía en el sector.

Las grandes trituradoras del textil ya no buscan ropa usada de los contenedores, "sino la que no ha salido a la venta porque el hilo es de mejor calidad", explica García, quien señala que se está fabricando ropa por encima de la que puede asumir el mercado.

"La moda no deja de crecer, su vida útil es cada vez menor, es un residuo potencial desde que sale al mercado". García también lamenta el crecimiento constante del sector de la moda, cuya vida útil se acorta cada vez más, convirtiendo cada unidad en un residuo desde el momento en que se fabrica.

La sostenibilidad no es tarea única de los negocios textiles

A su juicio, la sostenibilidad en la moda no debe ser una carga únicamente para las empresas. “Consumimos con obsolescencia programada”, advierte, señalando que se sigue invirtiendo en materias primas altamente contaminantes para fabricar prendas de usar y tirar que, a veces, cuestan menos de un euro, "una cosa que es vergonzosa".

Además, ya no se repara ni se cuida la ropa. Simplemente se desecha. “En el mejor de los casos, se deposita en un contenedor de reciclaje textil, lo cual solo sirve para tranquilizar conciencias”.

"El pasaporte digital evitará estos desenlaces, en él se deberá incluir el fin de su vida útil"," explica García. Sin embargo, muestra su preocupación ante el volumen insostenible de consumo actual.

"No sé dónde está el freno, la franja de edad que consume esta moda ultra rápida va de los 30 a los 50 años y solo se está reciclando bien un 5 % de lo que se pone en los contenedores", apunta.

En España, existen tres grandes entidades gestoras de residuos textiles, "entre ellas pueden asimilar un 15 % de toda la ropa que se que vuelca en esos contenedores , concluye.