‘El tiempo justo’ destapa el abuso y el descontrol en el reparto de comida solidaria: coches de lujo y joyas en las colas del hambre
El programa desenmascara a quienes se aprovechan de la ayuda alimentaria: coches de alta gama, cadenas de oro y viajes en VTC en las colas destinadas a personas sin recursos
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‘El tiempo justo’ ha puesto el foco en el reparto de comida solidaria en organizaciones caritativas, donde la falta de control ha permitido que algunos se beneficien injustamente de la solidaridad colectiva.
“Nos ha llegado la denuncia de varios vecinos. Hablaban de descontrol y despilfarro”, anunciaba Joaquín Prat antes de dar paso al reportaje.
Durante varios días, las cámaras del programa grabaron la larga cola de personas que acudían a recoger alimentos. Una ayuda pensada para los más vulnerables… aunque las imágenes demostraron que no todos los asistentes cumplen ese perfil.
“Fíjense en ese coche de alta gama”, señalaba la periodista. “Asientos de piel, llantas de 18 pulgadas, cámara de 360 grados… valorado en 50.000 euros. Y su propietaria haciendo la cola del hambre”.
En las imágenes se observa cómo la mujer baja del vehículo, entrega una bolsa al personal de la fundación y, acto seguido, pide ayuda a su acompañante para cargar el exceso de comida. Escenas como esta se repitieron durante toda la grabación.
Los vecinos no dan crédito
El testimonio de los vecinos no deja lugar a dudas. “Me da vergüenza ajena, pero esta gente no la tiene”, denunciaba una vecina. “Vienen con coches de altísima gama, teléfonos de última generación y cadenas de oro”.
Otros testigos confirmaban el mismo patrón: “Aquí hay gente que no lo necesita tanto. Se están aprovechando”, aseguraba otro ciudadano ante las cámaras.
Sin control ni seguimiento
Durante el directo, la reportera explicó que la fundación asegura que los servicios sociales de la Comunidad de Madrid son quienes derivan a las familias y realizan el seguimiento. Sin embargo, el programa comprobó que ese control apenas existe.
“Nos contaron casos en los que se duplican tarjetas de puntos o se falsean los datos de los miembros de la familia”, explicaba la periodista. “Y muchos incluso piden un VTC para llevarse la comida, teniendo el metro a escasos metros”.
“No ponemos en duda que haya gente que realmente lo necesita, pero sí la coherencia de quienes, sin necesidad real, se benefician de ella”, concluyó la reportera.
